Los siete mejores lugares del mundo para dormir bajo las estrellas

Viajamos por el mundo para descubrir los siete mejores santuarios en los que vivir una experiencia de (literalmente) mil estrellas

Desde la isla de La Palma en España, primera Reserva Starlight del mundo, hasta el Monte Megantic en Quebec, pasando por el Pic du Midi, en Francia, o la reserva libre de contaminación lumínica Aoraki Mackenzie en Nueva Zelanda, recorremos el mundo buscando los lugares más fascinantes para pasar noches enteras mirando a las estrellas.

Cada vez son más los aficionados al astroturismo o turismo estelar, capaces de recorrer cientos o miles de kilómetros en busca de los mejores cielos estrellados, mirando mapas de contaminación lumínica y soñando con telescopios que les permitan penetrar en las maravillas del espacio.

Entidades como la Fundación Starlight y la Dark Sky Association velan por la protección de los cielos nocturnos frente a la contaminación lumínica y el derecho a observar las estrellas

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Incluso existen santuarios y reservas que buscan proteger los cielos nocturnos y defienden el derecho a observar las estrellas, como la Fundación Starlight, en España, una entidad sin ánimo de lucro creada por el Instituto de Astrofísica de Canarias y que, cuenta entre sus funciones con la certificación de los alojamientos más adecuados para abandonarnos a la contemplación del cielo estrellado. También la Dark Sky Association, que certifica y protege los mejores lugares del mundo para la observación de estrellas.

La Palma, Islas Canarias

La Palma, también conocida como la isla Bonita lo que, por sí mismo, ya promete, es la primera Reserva Starlight del mundo que cuenta con uno de los destinos más deseados por los aficionados: el Observatorio del Roque de los Muchachos, a 2.426 m y por encima del persistente mar de nubes, cuenta con un total de 12 telescopios, entre ellos el mayor del mundo hasta la fecha, el Gran Telescopio de Canarias (GTC).

 

También en la isla, y para continuar un viaje con las estrellas como referencia, podemos alojarnos en hoteles y casas rurales ‘astrotematizados’, entre ellos las casas rurales El Pósito y Felipe Lugo, en la Villa del Mazo.

Típicas construcciones canarias de cal blanca con piedras esquineras, se erigen en una zona tranquila para disfrutar de la naturaleza y, especialmente, bajo uno de los cielos estrellados más impresionantes que jamás hayas contemplado. Durante las noches el astrónomo y fotógrafo Toño González nos acompañará en nuestros viajes astrales.

Entre estrellas y encinas, Badajoz

En la localidad extremeña de Fregenal de la Sierra (Badajoz) se oculta el complejo de astroturismo Entre estrellas y encinas. Dirigido por Cristina Fabo y José Luis Quiñones, es un original concepto que suma un hotel rural con actividades enfocadas al astroturismo con un hosting de telescopios.

De la dehesa extremeña al cosmos. Foto Entre Encinas y Estrellas.
De la dehesa extremeña al cosmos. Foto Entre Encinas y Estrellas.

Como si de un “alquiler del cielo” se tratase, en un total de seis módulos alojan casi 50 telescopios robotizados, que sus dueños manejan desde un total de 15 países de Europa. Solo uno es español.

Además de ser un alojamiento especializado en astroturismo, Entre encinas y estrellas ofrece una especie de «alquiler del cielo» a través del hosting de telescopios

Mientras buscan exoplanetas y supernovas desde el corazón de la dehesa extremeña, toman también fotos que son frecuentemente seleccionadas por la NASA como APOD o, lo que es lo mismo, Astronomical Picture of the Day, un preciado galardón para los aficionados a retratar el cielo estrellado.

NamibRand Nature Reserve, Namibia

Porque en Namibia no solo se pueden realizar safaris para observar grandes animales, sino también estrellas. En concreto, la Vía Láctea luce con todo su esplendor en la Reserva Natural de NamibRand.

Se trata de una de las reservas naturales más grandes y accesibles de África y permite alojarse al aire libre por lo que nada se interpondrá entre las estrellas y nosotros.

Cielo estrellado en Namibia. Foto Jonatan Pie | Unsplash.
Cielo estrellado en Namibia. Foto Jonatan Pie | Unsplash.

Monte Megantic, Quebec

Nombrado la primera Reserva Internacional Dark Sky por la International Dark Sky Association en 2007, el Parque Nacional del Mont Mégantic en Quebec (Canadá) se considera uno de los mejores destinos de astroturismo del mundo por sus excelentes condiciones geográficas, su calidad de cielo y oferta de actividades de ocio relacionadas con la observación de estrellas.

Coronado con su propio observatorio astronómico, Mont Megantic, cuenta con diferentes opciones de alojamiento que van desde el camping a los albergues, pasando por coquetos hoteles de montaña.

Pic du Midi, Francia

El hogar del planetario más alto de Europa, en el Pirineo francés, es también un magnífico destino para el turismo estelar, gracias a la pureza del aire y de la luz, así como a la estabilidad de su atmósfera.

De hecho, la Reserva Internacional Dark Sky del Pic du Midi atrae a alrededor de 1,5 millones de visitantes por año, que además de la observación participan en diferentes actividades y eventos, algo así como star parties, relacionadas con la astronomía.

El observatorio de Pic du Midi se alza en el Pirineo francés. Foto Mélody P Unsplash.
El observatorio de Pic du Midi se alza en el Pirineo francés. Foto Mélody P | Unsplash.

Cosmic Campground, Nuevo México

Incluso más remotas que las reservas Dark Sky son los santuarios Dark Sky, que garantizan una cantidad menor de fuentes de luz en las proximidades, lo que hace que los elementos celestes brillen aún más.

El Cosmic Campground de Nuevo Méxito, cerca del área de Blue Range Primitive, está a 65 km de la fuente de luz más cercana, por lo que no es apto para turistas con miedo a la oscuridad. A cambio podrán acampar bajo un manto de constelaciones con vistas de 360º.

Reserva Aoraki Mackenzie, Nueva Zelanda

Desde que fuese declarada como Reserva Internacional Dark Sky en 2012, Aoraki Mackenzie, un área de 4.300 km2 en Nueva Zelanda, se mantiene como la única reserva de cielo oscuro del hemisferio sur.

Con escasísima contaminación lumínica y paisajes que parecen extraídos de una película, y que incluyen el Lago Tekapo y el Parque Nacional Monte Cook, ofrece una experiencia de observación de estrellas casi insuperable.

Cuenta también con un observatorio propiedad de la Universidad de Canterbury y a su alrededor se organizan muchas actividades como tours guiados.

 

 

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