Morir de éxito: Galicia frena su oferta de casas rurales

La Xunta pide detener la proliferación de nuevos alojamientos mientras que los empresarios reclaman ayudas para mejorar la calidad de las casas

Galicia busca la fórmula con la que dar salida a la burbuja de turismo rural que vive desde hace tiempo. En 1992 se desató el boom inducido, en parte, por las ayudas que otorgaba la Xunta, según fuentes del sector. La misma que ahora pide al sector que deje de ampliar su oferta por una razón muy sencilla: hay un desajuste respecto a la demanda.

En los últimos siete años, coincidiendo con la crisis, la oferta de casas rurales ha crecido un 11,8% hasta rozar los casi 600 establecimientos y más de 6.500 plazas disponibles. Ahora ven como las pernoctaciones quedan lejos del récord de 2010, coincidiendo con el Xacobeo, y sobran casas para el nivel de ocupación actual.

El sector lo ha pasado mal durante la crisis, con niveles de ocupación muy bajos, y solo las casas ubicadas en el Camino de Santiago han mantenido altos niveles de ingresos.

La situación preocupa al gobierno autonómico que pide aumentar los servicios, pero no el número de establecimientos, como avanzaba Faro de Vigo. El mercado está saturado. Y según la Xunta, los empresarios tienen que preocuparse de mejorar la calidad para dar un plus con el que atraer a un cliente que no llena las habitaciones disponibles.

Pero el sector empresarial ve la situación con otros ojos. El presidente de la Federación gallega de turismo rural, Cesáreo Pardal, apunta que de esos casi 600 establecimientos, poco más de la mitad son los que trabajan a pleno rendimiento durante todo el año.

¿Por qué ha proliferado tanto el negocio de las casas rurales en terreno gallego? Para este representante del sector, hay tres motivos principales: para muchas personas era una actividad secundaria que con la crisis o tras perder su empleo se ha convertido en su nueva y única ocupación laboral. Además, hay muchos empresarios que ante el éxito cosechado en los últimos años, han comprado más casas.

Pardal ve con bueno ojos que se quiera redireccionar el negocio primando la calidad y no la cantidad. Pero para ello, el presidente de la Fegatur apela a la Xunta a que ayude en la transformación. Básicamente, reclama que la financiación congelada desde hace tres años para la construcción de nuevas casas se reactive. Pero esta vez, de destine a reformar las viviendas rurales en activo.

«Sentémonos, dialoguemos y mejoremos. Pero todo ello sin dejar de mirar hacia las casas ilegales, sobre todo en el camino francés», requiere Pardal.

El primer encuentro entre el gobierno y el sector se podría realizar en las próximas semanas, coincidiendo con el inicio del curso político. Justo en el momento en el que se tienen que negociar los presupuestos de 2015.

a.
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