Palacio Pinello: el hotel 100% sevillano de Carlos Herrera

En pleno Barrio de Santa Cruz, a pocos metros de Real Alcázar con sus jardines, el Hotel Palacio Pinello ocupa un palacete renacentista que perteneció a una ilustre figura de finales del siglo XV. Ahora exhibe algunos elementos de época y un ambiente típicamente andaluz.

En la manzana que hay entre las calles Segovia y Argote de Molina estaba la residencia de Francisco Pinello, un banquero y rico comerciante genovés relacionado por aquel entonces con la aristocracia local, financiador de los Reyes Católicos en la Guerra de Granada y de Cristóbal Colón en su segundo viaje a las Indias. Este mecenas también participó activamente en la gestación de la Casa de la Contratación de Sevilla, institución encargada de realizar las compras destinadas a las Américas y de custodiar las mercancías que desde allí llegaban. Como curiosidad: falleció en 1509 y permanece enterrado junto a su esposa en la Capilla del Pilar de la Catedral de Sevilla.

Aposentos, alcobas y cámaras

El palaciego edificio se construyó siguiendo las pautas del estilo medieval y mudéjar, al que los hijos y descendientes de Pinello añadieron su impronta renacentista. Ahora, en su restauración, se han tenido muy en cuenta su historia, su distribución original y los elementos de la época, como las columnas de mármol de Carrara o el artesonado mudéjar que todavía presiden el patio principal (por cierto, donde se sirve a diario el desayuno).

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Esta fusión de tradición y vanguardia se aprecia tanto en las zonas comunes –dispone de un precioso torreón y bar en la azotea con vistas a la Giralda-, como en sus 30 habitaciones, de tres tipos diferentes. Los llamados Aposentos de Palacio ocupan antiguas estancias de unos 18 m2, mientras que las Alcobas, algo más grandes, cuentan con mejor iluminación natural, y las dos Cámaras Reales añaden hasta 44 m2 de espacio y artesonados antiguos de madera en el techo. Todas responden a los criterios de confort más actuales: insonorización, climatización independiente, caja fuerte con capacidad para ordenador portátil, pantalla de TV plana con canales vía satélite, amenities de baño como zapatillas y albornoz…

Pintxos y asador

El hotel, que es sólo para adultos y libre de humo, ofrece wifi gratuita en todo el recinto y un restaurante de Sagardí Cocineros Vascos, el primero del grupo en Andalucía. Este concepto de restauración está inspirado en las antiguas tabernas vascas y compuesto por dos ofertas: una barra de pintxos con más de 80 variedades que pueden degustarse a cualquier hora del día; y un asador, cuyos máximos alicientes son la parrilla a la vista y platos absolutamente apetitosos: tartar de atún rojo de almadraba de Barbate y guindilla de Ibarra; ensalada de Idiazábal, espinacas y nueces; morro y kokotxas de bacalao con almejas en salsa verde; rabo de buey al Rioja Alavesa; txuletón de vaca vieja, tarta fina de manzana al Sagardoz…

Carlos Herrera añade así este negocio hostelero al otro que inauguró el pasado noviembre en Sevilla junto al torero Francisco Rivera, el mercado gourmet Lonja del Barranco, enclavado en un edificio del siglo XIX considerado Patrimonio Histórico de la Humanidad, y que cuenta con hasta 20 puestos de diferentes especialidades gastronómicas. Y se suma de esta forma a la corriente de recuperar edificios históricos sevillanos para uso hotelero: la cadena One Shot, por ejemplo, está reconvirtiendo el Palacio Conde de Torrejón (en la Alameda de Hércules) en un hotel de lujo con 70 habitaciones, y los arquitectos Cruz y Ortiz ya han iniciado el proyecto para transformar el Convento de San Agustín en otro exclusivo hotel.

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