Así ha arrastrado Ámsterdam a Airbnb hasta la legalidad

Mientras Barcelona abre rendijas para que Airbnb opere legalmente en la ciudad, Ámsterdam ya marca el camino. La capital holandesa firmó un acuerdo con la web de alquiler el año pasado. El documento legaliza el alquiler durante 60 días al año y permite recabar la tasa turística.

«Airbnb es la plataforma que más aporta en tasa turística a Ámsterdam». Así de contundentes se muestran los representantes de la web de alquiler. La capital holandesa arrastró a la multinacional estadounidense a la legalidad con un acuerdo de buenas prácticas en 2014. Tres meses después, Airbnb empezaba a cobrar impuestos a los anfitriones y hoy, mientras Barcelona y Madrid buscan su encaje legal en España, es un actor consolidado más del sector turístico local.

«Si trabajamos junto a Airbnb, nos vemos con capacidad para aprobar normativas simples que faciliten el alquiler de viviendas y que permitan, por ende, repartir los beneficios del turismo por toda la ciudad», ha asegurado Laila Frank, responsable del consistorio para el Viajero Social, durante una audiencia pública con medios españoles.

En efecto, una de las obsesiones del ayuntamiento de la ciudad de los canales, que recibe 15 millones de visitantes al año, es no congestionar su centro histórico. «El 73% de los apartamentos listados en la página no están en los barrios más castigados por el turismo», insiste la profesional.

Lejos del distrito rojo

«Las conversaciones con otras capitales europeas [para encontrar un encaje legal para Airbnb] son similares a las que se mantuvieron con Ámsterdam, pero seguro que el carácter abierto de la ciudad ayudó aquí». Quien habla és Ángel Mesado, director general de Políticas Públicas de Airbnb en España.

El directivo hace hincapié en cómo, según él, la web reparte a los visitantes por la Venecia del norte, y cómo contribuye al gasto turístico total. «El perfil de huésped más habitual de Airbnb tiene 41 años y gasta una media de 792 euros en la ciudad –por 521 euros los clientes de hotel–. Busca vivir como un vecino más y compra en los comercios del barrio», indica.

Cuadratura del círculo

Sin embargo, el aterrizaje legal no ha sido fácil. «Hemos tenido reuniones con decenas de hoteleros vociferando delante nuestro», admite Laila Frank. Así, ha minado Airbnb parte del tejido hotelero de la capital no administrativa de Holanda? «En absoluto. Las cifras de ocupación hotelera siguen aumentando en la ciudad desde que se firmó el acuerdo», subraya Peter Hurtingford, responsable de Comunicación del portal en Europa.

Además del aspecto impositivo, Ámsterdam busca evitar molestias a los vecinos y no ceder ni un milímetro a los alojamientos ilegales, dentro y fuera de Airbnb. «La web de Ámsterdam es especial, y en la misma se explicita cómo funciona el alquiler de viviendas en la ciudad», añade Laila Frank.

Negocios, no

Con lo que respecta al alquiler como negocio, un problema que se ha detectado en, por ejemplo, Barcelona, la ciudad lo tiene claro. «Si se detecta un negocio sin licencia tras el alquiler, o hay ruidos o molestias a los vecinos, hay inspecciones», insiste el Ayuntamiento.

Durante el primer trimestre de 2015, el destino centroeuropeo ha visto aumentar el número de pernoctaciones un 5,2%, con fuertes incrementos en la demanda internacional (4,7%) y doméstica (7,6%). Parte del incremento lo explica el crecimiento del destino en el mercado europeo, que es precisamente donde los casi 12.000 alquileres de Airbnb en la ciudad funcionan mejor: el 50% de huéspedes tiene un pasaporte de un estado miembro de la UE.

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