Europa ignora los llantos de taxistas y hoteleros contra Uber y Airbnb

La Comisión Europea recomienda a los estados miembro nuevas reglas que faciliten el desarrollo de las empresas que fomentan la economía compartida

La Comisión Europea elige bando. En la pugna entre hoteleros y Airbnb, entre taxistas y Uber, Europa ya se ha decantado. La CE ha fijado directrices y ha presentado recomendaciones a los países miembros de la Unión Europea que facilitan el desarrollo de la economía compartida y de empresas que han suscitado en los últimos años polémicas, como la plataforma de taxi alternativo y la de alojamientos entre particulares.

El vicepresidente de la Comisión para el Empleo, el Crecimiento, la Inversión y la Competitividad, Jyrki Katainen, ha señalado que los «modelos de economía colaborativa surgirán de todas formas» y que «ahora la pregunta es si Europa está abierta a nuevas innovaciones o «si aleja a personas y negocios por ser demasiado restrictiva y por proteger modelos de negocio existentes». «Debemos alentar un entorno regulador que permita el desarrollo de nuevos modelos de negocios y a la vez proteger a los consumidores y una fiscalidad y unas condiciones de trabajo justas», ha añadido.

La comisaria europea de Mercado Interior, Industria, Emprendimiento y Pymes, Elzbieta Bienkowska, ha sostenido que estas plataformas «ofrecen posibilidades y no son una amenaza». «En algunos países existe una prohibición absoluta y en otros son más que bienvenidas. No es un enfoque del mercado único», ha subrayado. Además, ha remarcado que las directrices no van dirigidas a una u otra empresa específica, en referencia a Uber y Airbnb.

 Estas plataformas no deberían tener que obtener autorizaciones o licencias si solo actúan como intermediarios entre consumidores

Las directrices no son legalmente vinculantes pero sí guiarán a la CE

Bruselas ha explicado que en virtud de la legislación comunitaria solo se debería obligar a los proveedores de servicios a obtener autorizaciones o licencias empresariales cuando sea absolutamente necesario para cumplir objetivos de interés público relevantes. Estas plataformas no deberían tener que obtener autorizaciones o licencias si solo actúan como intermediarios entre consumidores y los que ofrecen el servicio final, por ejemplo servicios de transporte o de alojamiento, señala la CE.

La Unión Europea considera asimismo que los países miembros deben diferenciar entre ciudadanos individuales que ofrecen servicios de manera ocasional y proveedores profesionales, por ejemplo mediante la fijación de umbrales basados en el nivel de la actividad y los ingresos que genera, como han hecho varios Estados de la UE.

Algunas ciudades permiten alquileres y servicios en los que se comparte vivienda de corta duración sin autorización o licencia si se limita la oferta a una serie de días al año, y otras diferencian entre la primera vivienda y otras propiedades, estableciendo que la residencia principal no puede ser alquilada nunca ocasionalmente.

 

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