Uber presenta por sorpresa su nuevo negocio en España

La multinacional estadounidense lanza este miércoles Uber Eats en Madrid para competir con las grandes repartidoras de comida

A la tercera va la vencida. Uber anunció por sorpresa este miércoles en España el relanzamiento de Uber Eats, el servicio de reparto de comida a domicilio. La versión de la web para Madrid ya está disponble en versión de prueba en esta dirección. La empresa había probado suerte con su servicio en Barcelona en 2015, pero la escasa aceptación precipitó su cierre pocas semanas después del inicio de operaciones. En diciembre de 2014 también se vio obligada a abandonar el servicio de taxi.  

Para el reestreno en España, la polémica multinacional ha elegido Madrid, donde comenzará a trabajar con 200 restaurantes en la capital entre los que se encuentran algunas enseñas como Tuc tuc, Picsa y Bump Green. El esquema de negocios de Uber será similar al del resto de empresas repartidoras de comida, como Deliveroo y Just Eat. Uber cobrará el 30% de la facturación de los pedidos a los restaurantes que trabajen en su red, según ha podido saber Economía Digital.  

La empresa, que ha desplazado a ejecutivos de la central en Estados Unidos para el relanzamiento, prevé un agresivo plan de captación de locales. Intentará arrebatar el mercado a Just Eat y Deliveroo, las dos grandes del sector. Este medio se ha puesto en contacto con Uber para conocer los detalles de su nuevo negocio en España pero no ha recibido respuesta antes de la publicación de este artículo. 

Una de las características más llamativas del nuevo servicio de Uber es que no habrá cantidad mínima para hacer pedidos. De este modo, un usuario podrá encargar una simple bebida o un postre en cualquier establecimiento asociado a la red de Uber. La modalidad sin consumo mínimo hace pensar que la multinacional estadounidense también podría cobrar un pago a los clientes, algo que todavía no ha desvelado Uber. Lo contrario podría suponer un exceso de pedidos que amenazarían la continuidad del proyecto.

El nuevo servicio no fijará una cantidad mínima para hacer pedidos

En el lanzamiento fallido en Barcelona, Uber había fichado a conductores de coche, lo que complicó los repartos por el centro de la ciudad, especialmente en horas punta. Ahora la compañía ha optado por contratar a motociclistas y ciclistas, a quienes exige estar dado de alta como autónomos y tener vehículo propio y con capacidad de carga de hasta 15 kilos en el caso de motos o scooters. La empresa ya cuenta con un anuncio en Internet para la captación de los conductores.

Tras el primer cierre de operaciones de Uber en España por decisión judicial, que apuntaba a una competencia desleal con el taxi, la compañía reconoció que se había apresurado en su estrategia de expansión. En abril del año pasado reabrió el servicio de transporte, que ha sido atacado por el gremio del taxi. Ahora, optará por contratar sólo a «conductores profesionales». Con su nuevo negocio de comida, será más laxo y sólo exigirá la condición de autónomos.

La compañía ya ha iniciado operaciones (o está a punto de hacerlo) en Italia, Alemania, Dinamarca, Austria, Suecia, Rusia, México, Sudáfrica, Emiratos Árabes Unidos, Singapur y Malasia. 

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