¿La mejor colección arqueológica del mundo? Está en Chicago

La sede del Chicago Tribune está repleta de reliquias de todo el planeta: desde la Gran Muralla China a la Basílica a las pirámides de Guiza, en Egipto

Hay un edificio en Estados Unidos que reune una porción de la mayor parte de edificios que han marcado la historia de la humanidad. No es un museo, ni tan siquiera una exposición itinerante: se trata de la Tribune Tower, sede del periódico Chicago Tribune y que alberga una de las mejores colecciones de restos arqueológicos del planeta. Desde la Gran Muralla China hasta la cueva donde se dice que nació Jesús están presentes en el edificio.

La antología nace de los restos que los periodistas han logrado recoger en sus viajes por el planeta. El origen de la tradición, un desafío que el histórico editor del medio, Robert R. McCormick, lanzó a sus redactores: volver con objetos de valor de sus desplazamientos.

Por ejemplo, en 1933 un diplomado finlandés logró recaudar varios ladrillos del Kremlin de Moscú gracias al contrabando. Más tarde, el corresponsal del periódico en Roma se hizo con parte de la cúpula de la Basílica de San Pedro ya que estaba en obras.

Tribune Tower rock The Great Wal of China 1024x768[1]

El inventario completo lo ha realizado ahora Chicago Architecture y ha inmortalizado las 149 reliquias recogidas de distintos lugares históricos y culminados, de momento, por una pieza de metal recogida de las ruinas del World Trade Center, derribado en 2001.

Otro de los elementos destacados son porciones del Muro de Berlín o parte del Partenón, en el Acrópolis ateniense. La colección parece interminable al continuar por un bloque de la tumba del presidente estadounidense Abraham Lincoln o un ladrillo de la Casa Blanca tras ser remodelada en 1950.

Tribune Tower rock The Parthenon Athend Greece 1024x768[1]

La Tribune Tower llegó a contar con una piedra de 3.400 millones de antigüedad recogida por la NASA en una misión del Apolo 15. No obstante, ya no se encuentra en el edificio debido a que se trató de una donación de la agencia espacial para celebrar el 30 aniversario de la llegada del hombre a la luna, en 1969.

Un sinfín de objetos que comenzaron con un bloque de una catedral medieval en Ypres, Bélgica, destrozada en un bombardeo alemán durante la I Guerra Mundial. McCormick la recogió y la trajo al edificio para demostrar el “alcance global” del medio de comunicación.

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