Alaska, el destino ideal para huir del calor en verano

Viajes desde 2.000 euros a uno de los lugares más reconditos del planeta. Los parajes naturales que dispone, con la montaña más alta de Norteamérica, son sólo algunos de los motivos para acudir al estado número 49 de EE UU.

El calor sofocante es uno de los grandes peros del verano. Las temperaturas pueden llegar a hacer que deseemos la vuelta del invierno. Sin embargo, hay un modo para disfrutar de un clima fresco, aunque no está al alcance de cualquier bolsillo. Alaska es el destino ideal para huir del bochorno estival.

Pese al frío habitual, en la región de los Estados Unidos se llega a alcanzar los 30º C durante julio y agosto, con unas 20 horas de luz solar en las que aprovechar al máximo las maravillas del país. Por ello es una escapada habitual entre los ciudadanos americanos en los meses de más calor.

¿Qué ver?

Una estancia en Alaska cuesta, al menos, unos 2.000 por cinco o seis días. Con una superficie de más de 1.700.000 kilómetros cuadrados, el enclave cuenta con la cima más alta de Norteamérica: El monte McKinley, de 6.194 metros. Además, Juneau, la escondida capital del estado, inaccesible por tierra, ya que ninguna carretera conecta la ciudad con el sistema de autopistas estadounidense.

Los encantos de la zona son especialmente naturales. Grandes montañas, fiordos, lagos y glaciares. Los viajeros y locales recomiendan encarecidamente el Parque Nacional Denali, con diferentes alturas que propician ecosistemas diversos en escasos kilómetros de diferencia. Existen pocos lugares donde ver tan claramente la aurora boreal.

Viajar a Alaska

Además, para aquellos que obvien en sus viajes los largos trayectos en avión. El acceso a Alaska no es complicado. Existen rutas en las que se puede volar atravesando el Polo Norte, gracias a los vuelos directos en Reykjavik hacia la ciudad de Anchorage.

 

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