Así se vive Palermo Soho, el barrio de moda de Buenos Aires

El bohemio Palermo es un hervidero de tendencias que incluye eclécticos espacios de moda y diseño, librerías y restaurantes

Algo tiene Buenos Aires que nos seduce y atrapa. A medio camino entre la nostalgia que destilan los tangos y la multiculturalidad de la que hacen gala los porteños, la ciudad se alza como uno de los destinos favoritos de Latinoamérica.

La devaluación de su moneda, el peso, también hace del país uno de los lugares donde el euro se puede estirar mucho más en las vacaciones, lo que compensa el gasto del billete de avión.

Y aunque te dirán que hay visitas imprescindibles en la capital y que no puedes perderte el Teatro Colón, la Casa Rosada, el cementerio de La Recoleta, Caminito o el Puente de la Mujer; que debes deambular entre los puestos de la feria de Plaza Dorrego, ver pasar el tiempo en el mítico café Tortoni o pasar una noche de milongas, también hay un barrio, Palermo Soho, que emerge con fuerza en la escena porteña.

El barrio más bohemio de la ciudad aglutina centros culturales y cines; librerías y tiendas de diseño; hoteles boutique y restaurantes de moda; locales de cerveza artesana y choripanerías con un toque gourmet

El Soho porteño

El barrio más bohemio de la ciudad aglutina las propuestas más sugerentes, ya sea en centros culturales y cines; librerías y tiendas de diseño; hoteles boutique y restaurantes de moda; locales de cerveza artesana o choripanerías con un toque gourmet.

Todo el posible en estas calles, el barrio gris y apartado de la niñez de Borges y ahora máximo exponente del chic porteño, que da cita a cazadores de tendencias y futuros artistas, pero también a visitantes ávidos de conocer otra cara de Buenos Aires, la que se perfila entre viejas casonas recicladas y calles empedradas, locales comerciales modernos y ferias artesanales.

Arte y naturaleza (más arte)

Al norte de la ciudad, Palermo es uno de los 48 barrios en que se divide Buenos Aires. Una zona más residencial acoge tesoros como el Museo Malba, quizás el mejor museo de arte latinoamericano del continente, diseñado por los arquitectos Gastón Atelman, Martín Fourcade y Alfredo Tapia para acoger la colección de Eduardo Costantini.

Calles de Palermo Soho, en Buenos Aires.

Cuenta con alrededor de 400 obras de pintura, escultura y fotografía, de más de 160 artistas contemporáneos y modernos de la región procedentes de países como Argentina, Brasil, México,  Cuba, Colombia, Venezuela, entre otros.

Entre los tesoros del Malba se cuentan joyas como Autorretrato con chango y loro, de Frida Kahlo, o el Baile en Tehuantepec, de Diego Rivera

Entre sus tesoros, además del propio edificio, de estilo deconstructivista, merece la pena detenerse ante joyas como Autorretrato con chango y loro, de Frida Kahlo, o el Baile en Tehuantepec, de Diego Rivera, por el que el coleccionista Eduardo Costantini pagó la cifra de 15 millones de dólares.

A la salida, una opción pasa por recorrer el Rosedal de Palermo, con nada menos que 18.000 rosas, diseñado por el paisajista Carlos Thays y ubicado en un parque con nada menos que 350 hectáreas llenas de porteños paseando en bici, paseaperros, yoguis y familias haciendo picnic.

Palermo Soho

Palermo Viejo, paradójicamente el más moderno, se subdivide a su vez en Palermo Hollywood, lleno de estudios de televisión y publicidad, y Palermo Soho, en torno a la plaza Cortázar, el más actual y desenfadado.

Entre las novedades que exhibe el Soho porteño sobresale Desarmadero, una novedosa propuesta que une arte, un beer truck en una terraza al aire libre y variedad de platos de primera calidad, así como 27 grifos por los que desfilan cada mes “las mejores cervezas artesanales del país”.

Su imponente entrada, en el cruce de la calle Gorriti con Lavalleja, destaca por una asombrosa puerta, mitad infraestructura y mitad obra de arte que el reconocido Alfredo Segatori diseñó especialmente con recortes de metales reciclados. La cara del Viejo que observa desde la fachada invita a descubrir todo lo que este establecimiento tiene para ofrecer.

Desarmadero es una de las últimas novedades de Palermo Soho.
Desarmadero es una de las últimas novedades de Palermo Soho.

En clave gastro

Para conocer lo más nuevo, nos dejamos caer por Niño gordo, un nuevo restaurante ubicado en la calle Thames, especializado en carne asada pero, ojo, en clave asiática. La decoración es tan original, colorida e ‘instagrameable’ que caerás rendido.

Los choripanes – chorizo, pan, condimentos y un buen chimichurri- son una auténtica tradición porteña. Incluso esta muestra de la gastronomía popular se abre a reinterpretaciones gourmet, como la que ofrece Chori, también en la calle Thames.

Y, entre las opciones más sorprendentes, Nicky Harrison, un bar oculto detrás de un elegante restaurante de sushi y actualmente el speakeasy por excelencia en la ciudad. En su interior, un ambiente inspirado en la ‘ley seca americana’ de los años 20 y muchas propuestas de coctelería sofisticada.

Proper, en Palermo Soho.
Proper utiliza solo materias primas argentinas y renueva constamente su carta.

Especializado en cocina italiana –otro gran clásico en Buenos Aires-, no podemos dejar de pasar por La Alacena, que representa una opción perfecta para un brunch relajado mientras, en el  capítulo de platos de autor destacan Proper, centrado en materias primas argentinas y de temporada, y Gran Dabbang, que esconde una sabrosa propuesta de platos indios y del sudeste asiático.

Que empiece la fiesta

Para tomar la primera copa, nos desplazamos a Peuteo, un bar gayfriendly en una casona reciclada de Palermo, con un ambiente relajado y una buena carta de bebidas. En una clásica esquina del barrio se erige Fakin , que renace de las cenizas de Fu-King Bar, un rincón de Asia en Buenos Aires con el formato de las tradicionales cantinas asiáticas.

Y cambiamos de ambiente en Victoria Brown, un bar oculto, inspirado en la época victoriana que trajo consigo grandes cambios a la industria, el arte y la literatura. Mezcla de tradición y modernidad, el bar es una celebración de la invención más importante del último siglo: la máquina. Lo mejor: hacer caso a su lema ‘live, love & drink’. 

Fu King, Palermo Soho.
Fakin, en Palermo Soho, recoge el testigo del antiguo Fu King Bar, un rincón de Asia en Buenos Aires.

Librerías y mucho más

Como ya es costumbre en los barrios más modernos de las grandes ciudades, no faltan en Palermo espacios que incluyen restaurante, tienda de diseño, librería o, por qué no, cursos de cocina.

Es el caso de Facon, en la calle Nicaragua, o de Paul French Gallery, en la calle Gorriti, que engloba una tienda de decoración, los tés gourmet de Tealosophy, los dulces de Decata y la Floristería de Gabriela Crespi.

Mishka, con una colección de calzados de diseño, Casa Chic y su micromundo de decoración, Jazmín Chebar y sus propuestas de moda femenina, y Kostume, con ropa de diseño minimalista y geométrico, son otras direcciones que tener en cuenta para una tarde de compras en el barrio.

Diseño y moda en Facon, Palermo Soho.
Diseño y moda se dan cita en Facon, en Palermo Soho.

Además, no se puede pasar de largo de sus librerías, que en Palermo no son tiendas sino lugares para sentarse a leer o conversar. Eterna Cadencia y Libros del Pasaje son algunas de las fundamentales.

Y como todo viajero merece un buen reposo, abandonémonos a los placeres que propone alguno de los hoteles boutique de la zona, como el Legado Mítico o el Jardín Escondido, que se alza, entre plantas tropicales, sobre la que fuera residencia del cineasta Francis Ford Coppola –que vivió aquí mientras rodaba Tetro y luego sumó a su catálogo de hoteles con encanto en todo el mundo-.

Hotel Jardín Escondido, Palermo Soho.
Francis Ford Coppola transformó su residencia en el Hotel Jardín Escondido.

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