La avenida que se convirtió en la meca cultural de Sudamérica

La Avenida Paulista, antes un epicentro de la economía brasileña, cambia de registro y renace como centro de gravedad de la cultura en el continente

Atravesando la jungla de cemento y cristal que es San Pablo, la Avenida Paulista protagoniza una revolución artística. En su trazado rectilíneo se congregan diversos centros que la están convirtiendo en la meca cultural del país, y seguramente, también de Sudamérica.

Este puede ser el tercer cambio de registro de esta arteria, que si fuera una ciudad independiente, estaría entre las 150 más pobladas del país.

Los tres cambios de la Avenida Paulista

Primero fue elegida por las grandes fortunas burguesas, surgidas gracias a la producción del café, para que construyan sus mansiones a imagen y semejanza de las residencias europeas.

Primero elegida por los industriales del café, luego por bancos y empresas, ahora la Avenida Paulista es una meca cultural

En los años ’50, de la mano del desarrollismo, llegaron otras fortunas a instalarse. Bancos, aseguradoras, financieras y diversas compañías abrieron sus sedes en la avenida. La Paulista se convirtió en el motor económico del país.

El mayor centro cultural de San Pablo

Casi no quedan grandes mansiones cafeteras y muchas compañías decidieron mudar sus oficinas a otros distritos. Pero ahora es el turno de la cultura.

No es una novedad: en 1968 se encuentra el prestigioso Museo de Arte de San Pablo (MASP), una estructura de hormigón sostenida por columnas rojas frente al oasis urbano que es el parque Trianon.

masp

Poseedora de unas de las colecciones de arte más valiosas y grandes de Latinoamérica, entre sus 8.000 obras se encuentran obras de Boticelli, Rafael, Rembrandt, Velázquez, el Greco, Van Gogh y Picasso, entre muchos otros grandes artistas.

El MASP tiene una de las colecciones de arte más grandes y valiosas de Latinoamérica

A pesar de sus dimensiones de mastodonte, con 10.000 metros cuadrados, solo cuenta con dos salas para exposiciones. Lo original es que las obras se despliegan en paneles translúcidos, por lo que se puede ver la parte inversa de los cuadros, con detalles del marco, el número de catálogo, etcétera.

Dos mega centros enfrentados

Una de las sedes del Servicio Social de Comercio se encuentra en el número 119 de esta avenida, donde funciona un centro de nada menos que 18 pisos. Su despliegue de actividades es inabarcable, que van desde cursos a deportes, y con una interesante agenda cultural, desde exposiciones de arte a obras de teatro, pasando por conciertos de música, talleres literarios y jornadas de debate.

itau cultural

A un lado está el centro Itaú Cultural, perteneciente al Banco Itaú, uno de los más poderosos del país. También cuenta con un intenso programa de conciertos, exposiciones, talleres y cursos de toda clase.

Influencias del Japón

En el número 52 se levanta Japan House, la casa que presenta la oferta cultural de las tierras niponas y de sus descendientes en Brasil, así como de artistas de otras latitudes.

[Para leer más: Tras las huellas del arquitecto que revolucionó Brasil (y el mundo)]

La importancia de la inmigración japonesa no es menor, muchos se concentran en el barrio Liberdade, donde gran parte de los comercios parecen extraídos de Tokio.

japan house

Japan House es como el país que lo patrocina: en sus salas se pueden ver desde obras de arte milenarias hasta los últimos avances en tecnología, desde diseños gráficos a cursos para hacer té.

Epicentro de la fotografía

También cabe destacar el trabajo del IMS, una fundación creada por el banquero Walter Moreira Salles y ahora a cargo de sus herederos. Uno de ellos, Walter Salles, es un reconocido director recordado por Diarios de Motocicleta.

IMS

Su actividad se centra en la fotografía, pero en el lugar también destaca la gigantesca escultura Echo, de Richard Serra, dos placas de acero de casi 19 metros de altura.

La avenida tomada

Al margen de los edificios, la cultura popular tiene un importante lugar cuando cada domingo el tránsito de la avenida se cierra a los coches y la vía es tomada por un ejército de cantantes, artesanos, malabaristas, músicos y creadores de toda clase.

Es una manera de que la cultura salga de las instituciones y sea apropiada por el ciudadano de a pie. San Pablo, una vez más, toma la iniciativa.

a.
Ahora en portada