Barra libre para los chiringuitos de la Comunidad Valenciana

El Gobierno autonómico ha ofrecido una moratoria a los restaurantes y bares de playa para mantener la superficie actual de las terrazas

Hasta 150 metros cuadrados de terraza. Esta es la superficie máxima de la que dispondrán los propietarios valencianos de bares y restaurantes de primera línea de playa. A pesar de que la ley de costas amenazaba con acabar con estos amplios espacios al aire libre y limitarlos a una tercera parte, el Gobierno valenciano ha iniciado negociaciones con el Ejecutivo español para dar un respiro a los empresarios afectados.

“Ahora la aplicación de la ley queda en stand by y una comisión mixta representada por ambos gobiernos gestionará la particularidad de cada zona”, explica el portavoz de la Federación de Hosteleros de la Comunidad Valenciana, Federico Millet.

“El impacto de las terrazas a nivel de hostelería es muy importante”, asegura. La moratoria para los chiringuitos de la Comunitat supone “mantener 5.000 empleos” en un contexto en el que ya hay más de medio millón de desempleados en la región valenciana, según ha explicado el consejero de Gobernación, Serafín Castellano.

Buena acogida

“Estamos muy contentos porque ha sido un problema muy grave para nosotros”, asegura uno de los afectados de la playa de Pinedo-El Saler, Emilio Vázquez. Los propietarios de los establecimientos de las zonas veraniegas llevaban nueve años con la misma normativa hasta que en 2008 se limitaron las terrazas a 50 metros cuadrados “e incluso llegó un momento que se habló de cerrarlas”, se lamenta Vázquez.

Tan sólo en Valencia hay cerca de una treintena de bares afectados en una ciudad “en la que la tradición de comer al aire libre está muy arraigada”, asegura el empresario. De modo que, con la restricción del negocio “la muerte era segura”. La facturación “ya ha caído entre un 30% y un 40% en los últimos tres años”, declara Vázquez.

La gran preocupación de los hosteleros valencianos se ampliaba a otros aspectos encadenados a la caída de clientes, “como los puestos de trabajo y el daño a las empresas proveedoras con el descenso de los pedidos. Además, la limitación de las terrazas también afectaría a la imagen de la Comunitat”, asegura.

Malvarrosa, a parte

Ante el anuncio del consejero Castellano las reacciones no se han hecho esperar. A la satisfacción de unos se les ha unido las exigencias de otros. Los propietarios de los bares y restaurantes de la playa de la Malvarrosa, en la capital del Turia, habían acordado con el anterior equipo de Gobierno del Partido Socialista unas condiciones particulares que establecían como máxima una superficie de 50 metros cuadrados.

Sin embargo, los afectados de esta zona marítima piden acogerse a la moratoria y recuperar los 100 metros cuadrados de terraza, convirtiéndose en uno de los frente abiertos que ahora la Administración valenciana tendrá que abordar.

a.
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