Cásate con un holandés: la guía ‘antiturística’ de Ámsterdam

El movimiento Untourist Amsterdam ofrece un antídoto contra la masificación turística de la ciudad

Hordas de personas que pasean desorientados por la ciudad, que invaden carriles bici y tiran basura en las calles. Es la imagen que muchos ciudadanos de Ámsterdam tienen de los turistas que, por su parte, perciben a los amsterdamer -el genticilio de la ciudad, en neerlandés- como antipáticos, hoscos y malhumorados. ¿Es posible reconciliar a las ciudades con el turismo?

Los visitantes incívicos son un problema para muchas ciudades europeas que, como la propia Ámsterdam, pero también Venecia o Roma, avanzan en regulaciones que persiguen y multan comportamientos poco deseables.

Las bodas simbólicas entre residentes y turistas para conocer otra cara de la ciudad están desbordando incluso las previsiones de los organizadores

Pero, ¿existe alguna fórmula más amable para mantener los efectos positivos del turismo y, a la vez, no generar molestias a los residentes?

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Cásate con un amsterdamer

El movimiento Untourist Amsterdam, integrado por una comunidad de más de 200 emprendedores sociales, ONG, guías, hoteles y hostales, entre otros, cree haber dado con la solución. El antídoto pasa por involucrar más a los visitantes en la ciudad pidiéndoles que sean “agentes de cambio”.

Cásate con un amsterdamer. Foto: Untourist Guide.
Cásate con un amsterdamer. Foto: Untourist Guide.

Para ello han editado una guía de cien páginas repleta de ideas alternativas -y no exentas de ironía- para explorar la ciudad que buscan desplazar a los visitantes a lugares menos conocidos de la capital holandesa y, a la vez, practiquen un turismo más ecológico y respetuoso con la ciudad.

Así, y mientras el municipio persigue a quienes tiren basura en el suelo, orinen en público o acosen con fotografías a las trabajadoras sexuales, esta guía opta por un enfoque “refrescante y positivo”, según explica a Efe una de sus autoras, Elena Simons.

Entre las propuestas estrella precisamente destinadas a reconciliar a lugareños y visitantes están las bodas simbólicas, un fenómeno que está desbordando de solicitudes a los organizadores.

Las bodas tienen un coste de 100 euros y una duración de 35 minutos e incluyen desde los trajes a la música y los anillos

Una boda para conocer la ciudad

“Me tienes enamorado porque, cuando te miro, sé que no eres una de esas típicas turistas que arriesgan su vida por una foto, parándose en medio del carril bici: ¿Te casarías conmigo, aquí en mi ciudad, tan solo por un día?”, pregunta el holandés Pieter Hilhorst, vestido con una gorra de copa, pajarita y un traje de bodas en una de estas ceremonias ‘ficticias’.

Antes de dar el sí al que será su marido por esa jornada, la turista británica Joanna Whitehead, vestida de novia, responde: «Sé que me enseñarás un Ámsterdam original e inolvidable. Estoy segura de que no eres uno de esos holandeses gruñones, que le pegan gritos a los turistas porque no saben hacia donde ir».

La boda tiene lugar en la capilla Wed and Walk donde su propietaria, Sophie Kramer, prepara un discurso personalizado para cada pareja en una ceremonia que dura alrededor de 35 minutos y tiene un coste de 100 euros. Incluye todo lo necesario: vestidos, velos, sombreros, anillos, música y hasta champán.

Tour en patera

La nueva pareja ‘celebra’ su enlace con un tour por los canales en uno de los barcos de pesca que, en el pasado, utilizaron inmigrantes para alcanzar Italia desde las costas del norte de África.

Tour recogida basura canales. Foto: Untourist Amsterdam.
Entre las propuestas está también un tour para recoger basura de los canales. Foto: Untourist Amsterdam.

El capitán del barco, el refugiado sirio Mo al Masri, explica que la barcaza más grande se llama Señor Viernes (Aamo Gomaa, en árabe) y llegó a Lampedusa (Italia) desde Egipto en 2014 con 280 personas a bordo. El otro barco es conocido como Hadir, y partió el mismo año desde Túnez, con 87 inmigrantes.

Otras propuestas de esta singular guía pasan por pescar plásticos en los canales de Ámsterdam o recoger basura en el barrio rojo 

“El dueño de este negocio estuvo en la isla y vio un cementerio de barcos similares. Preguntó y le dijeron que como no conocen al propietario, no pueden ni destruirlos, ni quemarlos. Así que pidió al municipio de Ámsterdam negociar con el de Lampedusa para traer algunos barcos aquí con el objetivo de darles uso”.

Los ‘otros Ana Frank’

Por su parte, la historiadora Dienke Hondius organiza, para la compañía Tour of Hiding Places (paseo por los lugares ocultos), paseos que siguen los pasos de ‘los otros Ana Frank’; es decir, judíos, comunistas y disidentes que se escondieron en Ámsterdam durante la Segunda Guerra Mundial.

En la guía se detallan hasta cien de estas actividades de turismo alternativo, que incluyen desde la pesca de plástico en el canal a la recogida de basura en el barrio rojo y que persiguen que los 21 millones de turistas que visitan Ámsterdam anualmente dejen una huella positiva en la ciudad.

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