Ciudad Jardín, una plataforma de modernidad en Las Palmas

Un proyecto a la semana, 300 en una década. Miguel Martín Fernández de la Torre hizo crecer, con estilo y modernidad, Las Palmas de Gran Canaria

Miguel Martín Fernández de la Torre metió mano a una ciudad que durante sus cuatro siglos de existencia apenas contaba con algo más de cincuenta manzanas. Este arquitecto canario hizo que creciese y con estilo. En la década de los treinta del siglo pasado realizó un proyecto a la semana. 300 en total. Ciudad Jardín es parte de su legado de arquitectura moderna.

Desde su fundación en el siglo XV hasta el XIX, Las Palmas fue una ciudad amurallada, decimonónica, repleta de conventos e iluminada por antorchas, faroles de aceite y la luna llena. Una ciudad en la que sus conservadores moradores chocaron con la modernidad procedente del Atlántico. A mitad del XIX sus 15.000 habitantes se concentraban en dos barrios, Triana y Vegueta.

Los barrios de Vegueta, colonial, y Triana, con una mezcla de estilos modernista, neocláiso o racionalista canario, concentraban los 15.000 habitantes de Las Palmas hasta mitad del siglo XIX

El barranco de Guiniguada, por donde casi siempre corría agua abundante en dirección al océano procedente de las cumbres de la isla, los separaba y los puentes de piedra y palo los comunicaban.

Poco a poco fueron desaparecieron los restos de las murallas, los castillos de Santa Catalina, Santa Ana y Santa Inés, así como el Muelle Viejo y los dos puentes quedaron sepultados, cuando la ciudad ensanchó su suelo hacia el Atlántico para la construcción de la Avenida Marítima y la Ciudad del Mar.

Catedral de Las Palmas, en Vegueta. Foto Getty Images.

Catedral de Las Palmas, en Vegueta. Foto: Getty Images.

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Vegueta y Triana

En el barrio colonial de Vegueta se suceden construcciones de piedra; la inacabada catedral de Santa Ana, el nuevo Ayuntamiento, precedido por las quemadas Casas Consistoriales, ambos edificios en la plaza del mismo nombre que el templo religioso, y las nobles casas coloniales de grandes balcones.

Vegueta es un reflejo del estilo arquitectónico que se puede ver en Latinoamérica. En este barrio no falta un mercado y un puñado de museos, como el Centro Atlántico de Arte Moderno y el Canario

Aunque Miguel Martín Fernández de la Torre diseñó varios edificios en el barrio de Triana, es en Ciudad Jardín donde más intensamente trabajó 

Al otro lado del barranco sin agua está Triana, el barrio comercial  y moderno. El encanto que atesora emana de los diferentes estilos arquitectónicos con los que están construidas sus casas: colonial, neoclásico, modernista y racionalista canario.

Cabildo Insular. Foto Angel Luis Alday

El Cabildo Insular también lleva el sello de Miguel Martín Fernández de la Torre. Foto: Angel Luis Alday.

Este último ligado a la figura de Miguel Martín Fernández de la Torre. Un arquitecto local que introdujo el Movimiento Moderno en Las Palmas y el resto del archipiélago canario.

En Vegueta y Triana hay varios edificios diseñados por él: la  Casa Machín, en el primero, la casa Galván, la casa Figueroa y Cabildo Insular de Gran Canaria, en el segundo. Sin embargo, donde más construcciones levantó fue en Ciudad Jardín entre los años 1927 y 1939.

Ciudad Jardín

La ‘ciudad de los ingleses’, como se conoce a Ciudad Jardín, es un barrio donde dejaron huella los ingleses que por aquí estuvieron: la Iglesia Anglicana, el edificio del Club Inglés, el Hotel Santa Catalina, donde se hospedó, entre otros, la escritora Agatha Christie, o el antiguo Hotel Metropole, hoy usado como oficinas del ayuntamiento.

Racionalismo Las Palmas de Gran Canaria. Foto Tony HernaÌndez

Racionalismo Las Palmas de Gran Canaria. Foto: Tony HernaÌndez.

Además de casas, edificios y jardines, encontramos uno de los pulmones de la ciudad, el Parque Doramas, donde se puede contemplar parte de la variada flora de las islas, y el Museo Néstor, pintor y hermano de Miguel.

Ciudad Jardín, un barrio que recuerda al madrileño de El Viso, forma parte del plan de ordenación urbana de la ciudad, en el que se introdujo y desarrolló la arquitectura moderna de Miguel Martín. La casa Mulet, con su simetría clásica, los aleros, las barandillas de tubo, los soportes aislados y los huecos de esquina, es el paradigma temprano (1930) de una nueva arquitectura en España.

El barrio en cuestión es un entramado de calles estrellas, con esquinas en chaflán cóncavo en algunas de las intersecciones, una solución viaria que no se había visto antes en la ciudad. ¿El resultado? Pequeñas plazoletas en las esquinas de las calles en las que se levantan viviendas.

En el cruce de las calles Hermanos García de la Torre y Pío XII se encuentra la casa Van Hoey-Smith. Dos viviendas gemelas y simétricas, situadas en paralelo al trazado de las calles.

Casas Van Hoey. Foto Quique Curbelo

Casas Van Hoey. Foto: Quique Curbelo

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Vanguardias arquitectónicas en Las Palmas

El trabajo arquitectónico de Miguel Martín, además del amueblado de las construcciones, es de una clara orientación internacional, inspirado en los secesionistas vieneses y las vanguardias.

Del movimiento De Stijl, por ejemplo, rescató el uso de los tubos de fontanería, que combinó con el metal inglés, la cerámica belga, las maderas nobles y la piedra autóctona. El uso de la piedra de Arucas, un pueblo grancanario del interior, es su manera de integrar en el contexto la cultura tradicional del archipiélago.

Del ideal didáctico y social de la Bauhaus y del racionalismo clásico de la escuela de Madrid, donde se formó Miguel Martín siendo alumno de Secundino Zuazo, se contagió para diseñar la Colonia I.C.O.T. Un complejo de 35 viviendas sociales económicas unifamiliares dentro de uno de los barrios más selectos de la ciudad. Cuenta con jardín delantero y trasero, recuerdan a las casas adosadas inglesas.

Hotel Las Palmeras. Foto Daniel Martorell.

Hotel Las Palmeras, de Manuel de la Peña. Foto: Daniel Martorell.

De hoteles a viviendas

No muy lejos de este conjunto residencial se encuentra la Colonia Alvarado. Una vivienda que lleva por nombre el de la familia que la ocupa. La residencia, entre dos torres, evoca un barco: esquinas semicilíndricas, cubierta plana, terrazas con baranda tubular y la proximidad a un mar que en 1930 se podía ver, oler y escuchar porque no había las construcciones que hoy se levantan como muros.  

No muy lejos, pero sin la firma de Miguel Martín, se encuentra el Hotel Las Palmeras, una obra de 1958 de Manuel de la Peña. Un arquitecto que viajó por todo el Mediterráneo para inspirarse y diseñar un hotel. Lo diseñó y, de paso, regeneró y sacudió las estructuras estéticas de los estudios arquitectónicos locales de la época. En la actualidad el hotel se ha convertido en un edificio de oficinas que no se ha entendido, a tenor de las renovaciones que se han hecho en el mismo.

Colonia Alvarado. Foto Daniel Martorell.

Colonia Alvarado. Foto: Daniel Martorell.

Antes que Manuel de la Peña, Miguel Martín Fernández de la Torre transformó la sociedad canaria. La introdujo en la modernidad de la mano de su arquitectura. Lo hizo a través de edificios a los que se accede dibujando ángulos. Los edificios de este arquitecto se recorren, su arquitectura se descubre paso a paso.

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