Ciudades bajo ciudades: las maravillas subterráneas que Europa esconde

Catacumbas, túneles, pasadizos, cisternas y refugios antiaéreos: bajo nuestras ciudades hay otros mundos por descubrir

Habitadas a lo largo de cientos, e incluso miles de años, las ciudades europeas no siempre se construyeron desde cero. Arquitectos e ingenieros edificaron nuevas urbes sobre otras ya existentes, relegando al olvido auténticos tesoros en forma de catacumbas, lugares de culto, tumbas, refugios de guerra, almacenes o cisternas.

En ocasiones tras arduas investigaciones, otras por casualidad, y otras por accidente, estos atractivos se recuperaron años más tarde y hoy muestran una cara desconocida de los lugares que visitamos o en los que vivimos y a menudo nos regalan impresionantes historias que merecen ser descubiertas.

Descendemos a las profundidades de Edimburgo, Estambul, Londres, París, Roma, Estambul, Bruselas, Madrid y Barcelona para descubrir los secretos que descansan bajo sus subsuelos 

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En Edimburgo, Estambul, Londres, París, Roma, Bruselas, Madrid y Barcelona descendemos a las profundidades para conocer estas construcciones rodeadas de historia y misterio.

Edimburgo

Parte del halo de misterio que envuelve Edimburgo se debe a los callejones subterráneos de Mary King’s Close, en la Royal Mile.

Se trata de un conjunto de callejuelas del siglo XVII que quedó cegado y sepultado por sucesiones construcciones (encima se encuentran las City Chambers, actual sede del ayuntamiento de la ciudad) y que en 2003 se reabrió como atracción turística bajo el nombre de The Real Mary King’s Close.

Las calles de Edimburgo guardan oscuras historias. Foto Pearl Lung Visit Britain.
Las calles de Edimburgo ocultan tenebrosas historias. Foto: Pearl Lung | Visit Britain.

Allí se realiza un auténtico viaje al pasado en forma de hogares, comercios y callejones, mientras los guías explican la forma de vida cotidiana -y poco glamurosa- de los residentes y sus episodios más oscuros, como la epidemia de peste que asoló el lugar, aderezados por historias de fantasmas que tienen sus propios ghost tours.

Desde su refugio subterráneo bajo el edificio del Tesoro, en Londres, Winston Churchill dirigió el curso de la Segunda Guerra Mundial

Londres

Durante la Segunda Guerra Mundial, Winston Churchill ordenó construir en el sótano del edificio del Tesoro, en el barrio de Westminster, un auténtico laberinto de corredores que sirvió como refugio subterráneo y cuartel general del gobierno.

Desde las Churchill War Rooms, y rodeado por un ejército de telegrafistas, secretarias, radioperadores o ministros, dirigió el curso de la guerra y sobrevivió a los bombardeos nazis.

Churchill War Room. Foto: www.heatheronhertravels.com | Flickr.
Churchill War Room. Foto: www.heatheronhertravels.com | Flickr.

Además, el subsuelo de Londres oculta otros atractivos, como el Greenwich Footpath, un túnel para peatones que atraviesa el Támesis; The London Bridge Experience, una suerte de casa embrujada con criptas; y The Old Vic Tunnels, un entramado de túneles abovedados que sirve como teatro bajo la estación de Waterloo.

Además, el propio metro esconde otro mundo secreto y subterráneo, especialmente a través de las estaciones cerradas a lo largo del tiempo y hoy en desuso, fuente inagotable de misterios y leyendas.

Estambul

El Palacio Sumergido de Estambul, según la traducción del turco Yerebatan sarayi, es en realidad una espectacular cisterna construida en tiempos del emperador romano Justiniano I (527-565) para abastecer de agua al Palacio Bizantino.

Cisterna Basilica junto a Santa Sofia (Estambul). Foto: Wikimedia.
Cisterna Basilica junto a Santa Sofia (Estambul). Foto: Wikimedia.

También llamado Cisterna Basílica, fue capaz de acumular 100.000 m3 de agua, que se traían a través de los acueductos de Valente y Adriano y, a su vez, recibían el agua de los bosques de Belgrado, a unos 20 km.

El depósito cuenta además con un total de 336 imponentes columnas de nueve metros de altura, de diferente estilos y entre las que destacan dos que tienen que base sendas cabezas de Medusa, el ser que según la mitología convertía en piedra a quien mirase.

La visita a la Cisterna Basílica se realiza a través de unas pasarelas sobre el agua que sustituyen a las antiguas barcas

Hoy se puede recorrer a través de unas pasarelas por encima del agua que fueron colocadas en el siglo XX para sustituir a las barcas que hacían anteriormente los itinerarios.

París

Arrète! C’ést ici l’émpire de la mort (alto, está usted en el reino de los muertos) es la leyenda que nos espera en una de las entradas de las catacumbas de París, un cementerio subterráneo que cuenta con alrededor de 300 km de galerías construidas bajo la actual capital francesa.

Antiguas canteras de piedra caliza en la época romana, en 1786 y para poner freno a las epidemias que asolaban la ciudad, comenzaron a trasladarse los restos del cementerio de Los Inocentes de Les Halles y actualmente se estima que albergan alrededor de seis millones de esqueletos.

Catacumbas de París. Foto: Hartmut Kellner | Pixabay.
Catacumbas de París. Foto: Hartmut Kellner | Pixabay.

Más adelante las catacumbas se utilizaron como refugio de la resistencia francesa en la Segunda Guerra Mundial, escenario de ritos satánicos o cuartel general de los punks de la ciudad.

Hoy solo se puede visitar alrededor de un km de túneles, aunque si conseguimos dar con un catafilo, es posible conseguir acceso a otros tramos en visitas no oficiales.

Además, bajo París se encuentran también las antiguas canteras del Hospital de Cochin, explotadas entre los siglos XII y XVII; la cisterna de Montsouris, un depósito con aguas de color turquesa; el canal Saint Martin y sus dos km subterráneos entre Republique y Bastille, y bunkers de la Segunda Guerra Mundial ubicados bajo lugares como los jardines de Luxemburgo, la Gare de l’Est e incluso la Torre Eiffel.

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Roma

Puede que uno de los enterramientos más grandes e intrincados en el subsuelo sea el que descansa bajo Roma. Originariamente empleados para enterrar a los cristianos, algunos fueron decorados con pinturas y mosaicos.

Formando un auténtico laberinto, se cree que aún faltan muchas de estas criptas por descubrir y solo algunas están abiertas a los visitantes como las de Domitilla, las más grandes, con 12 kilómetros de longitud y más de 70 frescos restaurados; las de Priscila y la cripta de los Capuchinos.

Catacumbas romanas de Santa Tecla. Foto: EFE.
Catacumbas romanas de Santa Tecla. Foto: EFE.

Barcelona

Durante la Guerra Civil los vecinos de Barcelona construyeron refugios para protegerse de los bombardeos. Uno de los más grandes es el que se ubica en el barrio del Poble Sec, conocido como Refugi 307, con 400 m de túneles, con una altura de 2,10 metros y una anchura que oscila entre 1,5 y 2 metros.

Contaba, además, con varias estancias: lavabos, fuente, enfermería, sala para niños y hogar, entre otros.

Parte del Museu d’Història de la ciudad, que organiza visitas y otras actividades de froma regular, entre sus túneles podían protegerse alrededor de 2.000 personas de los ataques aéreos y representa la lucha de la ciudadanía por la supervivencia.

Refugio 307. Foto: Wikipedia.
Refugio 307. Foto: Wikipedia.

Bruselas

Hasta 1980 no comenzaron a realizarse investigaciones para devolver a la luz el que fuera el antiguo Palacio de Coudenberg, en Bruselas. Hicieron falta 25 años de excavaciones y arreglos para dar forma al conjunto arqueológico que se visita en la actualidad.

Pasto de las llamas en 1731, hoy solo se mantienen las cavas de los antiguos edificios que integraron el palacio de Coudenberg y que a finales del siglo XVIII sirvieron como cimientos de nuevas construcciones en la place Royal, condenando al olvido a un mundo de ladrillo en el que se suceden almacenes, cocinas e incluso una calle medieval antiguamente a cielo abierto.

Palacio de Coudenberg. Foto: Wikipedia.
El Palacio de Coudenberg fue uno de los más fastuosos de Europa. Foto: Wikipedia.

Madrid

Una urbe dentro de otra urbe es lo que esconde Madrid bajo su subsuelo, que incluso dio origen a la película documental ‘La ciudad oculta’, de Víctor Moreno.

Entre los tesoros bajo tierra se encuentran desde estaciones de metro fantasma, como la de Chamberí, a antiguos búnker de la guerra civil, entre ellos el del Parque del Capricho, que alojó el Cuartel General del Ejército Republicano del Centro y que resulta único en Europa por su estado de conservación.

Con 2.000 m2 y situado a 15 metros bajo tierra, capaz de resistir bombas de hasta 100 kilos, fue construido en el parque alrededor de 1937, aprovechando su situación lejos del frente de guerra, sus buenas comunicaciones y el arbolado propicio para el camuflaje. Cuenta con siete dependencias, cuatro salidas al parque y una galería de escape que atraviesa el subsuelo del Palacio de los Duques de Osuna.

Una de las chimeneas del bunker de El Capricho. Foto Juan Carlos Hidalgo | EFE.
Una de las chimeneas del bunker de El Capricho. Foto Juan Carlos Hidalgo | EFE.

El Palacio Real, el Palacio de Telecomunicaciones (hoy Ayuntamiento de Madrid) o el Palacio de Linares son otros de los lugares bajo los que se extienden galerías de túneles, mientras que bajo lugares como la Plaza Mayor descansan cuevas, pasadizos y falsas puertas como las que empleaba el legendario bandolero Luis Candelas.

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