Tras las huellas de las ciudades perdidas

Diversas ciudades olvidadas en el tiempo y ocultas por la naturaleza vuelven a la vida gracias al turismo

¿Qué habrá sentido el arqueólogo, viajero y espía suizo Johann Ludwig Burckhardt al atravesar un desfiladero y contemplar las ruinas de la ciudad perdida de Petra? ¿Y cómo habrá explotado el corazón de Hiram Bingham cuando tras la maleza confirmó que había dado con Machu Picchu?

Muchas ciudades devoradas por las nieblas de la historia han vuelto a la vida. No con sus habitantes como en sus tiempos, sino como valiosos monumentos históricos que ahora pueden ser visitadas por el turismo.

5 Kuelap -- Perú

Si Machu Picchu –por ser la estrella del turismo arqueológico de Perú- está demasiado congestionado, una buena alternativa es descubrir Kuelap. Es más grande y más antigua que su famosa hermana, y gracias a un nuevo teleférico es más fácil de acceder.
La ciudad fue construida por el pueblo chachapoyas (que significa Guerreros de las Nubes), que hacia el siglo XI levantaron una ciudadela que servía como fortaleza y centro religioso.
Abandonada en el siglo XVI por las enfermedades y las guerras contra el conquistador español, recién en 1831 un juez de la región confirmó que los rumores de los lugareños, de las ruinas de una gran ciudad preincaica, eran ciertos.

4 Chichen Itzá -- México

Aunque todavía quedan misterios por descubrir de la civilización maya, los investigadores revelaron que era una cultura sofisticada, con grandes expresiones artísticas, de arquitectura y conocimientos avanzados de astronomía.
Su esplendor se revela en los templos piramidales, en el campo de juego de pelota y en las columnas de edificios desaparecidos. Junto con el centro arqueológico de Tulum, permiten descubrir una civilización que hacia el siglo XIII entró en decadencia y desapareció sin que todavía se conozcan sus causas.

3 Angkor Wat -- Camboya

Angkor Wat es uno de los centros religiosos más grandes del mundo, con grandes construcciones y templos que se extienden en un predio de 200 km2 de metros cuadrados. Además de ser un punto clave de la religión hindú y luego budista, el lugar fue la antigua capital del imperio Jemer, durante los siglos IX y XV. Las investigaciones indican que la extensión puede llegar a los 3.000 km2 cuadrados, y que allí habrían vivido medio millón de personas.
Cuando el reino Thai conquistó a los jemeres, esta población se desplazó a la costa y abandonó el recinto, que fue devorada por la jungla.
Redescubierto en 1950 y convertido en el principal activo turístico de Camboya, se contempla cómo las raíces de gigantescos árboles se han apoderado de las estructuras de piedra.

2 Petra -- Jordania

Sí, aquí los herederos de Indiana Jones se sientan a sus anchas porque sus desfiladeros y templos excavados en la roca sirvieron de decorados para las aventuras del famoso explorador. La cultura nabatea construyó una ciudad que creció como paso de caravanas desde Oriente Medio hacia el Mediterráneo, y en las rocas de tonos rosados, amarillos y ocre levantaron impactantes edificios, que según los expertos, en su mayor parte son tumbas.
A causa de varios terremotos, y la destrucción de los acueductos, la civilización nabatea languideció y abandonó la ciudad hacia el siglo VII.
Si se la va a visitar, lo recomendado es concurrir al amanecer y al atardecer, cuando el sol cambia los colores de las formaciones rocosas.

1 Efesos -- Turquía

En su momento de esplendor, hacia el 200 antes de Cristo, era la tercer ciudad más importante del mundo antiguo. Sus ruinas exhiben la grandeza de las culturas griega y romana, reflejada en sus acueductos, portales, templos y anfiteatros.
Su progreso llegó de la mano de una intensa vida comercial que la llevó a tener una gran influencia en el Mediterráneo oriental. Pero en el siglo III el puerto se secó, la decadencia se apoderó de Efesos y los saqueos de los godos se encargaron de apagar sus últimos brillos.

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