Cómo es vivir en la calle más empinada del mundo

Baldwin Street, en la ciudad de Dunedin (Nueva Zelanda) aprovecha sus terroríficos 38 grados de pendiente como promoción turística y deportiva

Nueva Zelanda se caracteriza por su diversidad de paisajes, desde bosques y lagos a inquietantes parajes volcánicos de tierra negra. Bien lo sabe Peter Jackson, natural de este país oceánico, que uso la variedad de localizaciones para las trilogías de El Señor de los Anillos y El Hobbit.

Pero hay un pequeño pueblo al sudeste de la Isla Sur, llamado Dunedin, que tiene  un extraño récord: allí se encuentra Baldwin Street, con la fama de ser la calle más empinada del mundo.

Esta calle tiene 350 metros de largo y una inclinación de 19 grados. Con la calculadora en la mano, se deduce que su desnivel es de 38 grados, o sea, que por cada 2,86 metros que se camina se asciende un metro. A modo de comparativa, para los que viven en Barcelona, cabe consignar que algunas duras calles del barrio de El Carmel no llegan ni a la mitad del desnivel de esa cuesta.

Alcanzar hasta la parte superior es todo un desafío: se necesita al menos diez minutos y un buen estado físico para llegar sin expulsar el corazón por la boca. Como recompensa, en la cresta hay una fuente para refrescarse luego del mini trekking.

Su trazado no es de asfalto, como el resto de las calles, sino de hormigón con pequeñas protuberancias, para que los neumáticos de los coches puedan adherirse con más seguridad y evitar accidentes.

Dunedin organiza carreras y eventos benéficos en su famosa calle

Esta pequeña ciudad aprovechó este detalle de su orografía y lo promueve como un atractivo turístico. En verano, por ejemplo, se organiza la Baldwin Street Gutbuster, una breve pero durísima carrera rompe-piernas hasta trepar a la parte superior de la calle, y luego bajar a toda velocidad.

Además, sirve como marco para promociones: la empresa Cadbury, cada año, realiza el lanzamiento de miles de chocolatinas redondas cuesta abajo, cada una con un número comprado por algún participante. El evento, benéfico, permite recaudar cerca de 600.000 euros en cada edición.

Otras ciudades del mundo también cuentan con calles muy empinadas

Aunque Baldwin Street ostenta el récord del libro Guinness de ser la calle más empinadas, hay otras en diversas partes del mundo que están cerca del cetro de tener la mayor pendiente. Canton Avenue en Pittsburgh (Pensilvania, EEUU) -foto- tiene 37 grados de inclinación, aunque su trazado es de pocos metros, y en vez de acera, tiene escaleras para subir o bajar. Y, vaya paradoja, en su breve recorrido se prohíbe el paso de vehículos (excepto para los vecinos, claro).

También con 37 grados se encuentra la Waipio Road en Honokaa, (Hawái, EEUU), y con un ‘poco’ menos, se pueden citar los 33 grados de inclinación de Eldred Street, en Los Ángeles; y el Hard Knott Pass en Cumbria (Inglaterra), que técnicamente no es una calle sino una serpenteante carretera construida por los romanos en el siglo II.

a.
Ahora en portada