Comprar souvenirs en Turquía puede llevarte a la cárcel

Londres advierte a sus ciudadanos que hay penas de hasta 12 años de prisión por comprar antigüedades en los bazares turcos

La sombra de la película Expreso de Medianoche se extiende cuando alguien menciona a una prisión turca. El Foreign Office atiza el temor de los ciudadanos británicos al recordarles que es ilegal comprar antigüedades en Turquía para sacarlas del país, y que se puede castigar con penas de hasta 12 años de cárcel.

El ministerio de relaciones exteriores británicos lanzó una advertencia a los turistas que quieran viajar a Turquía, al recordarles las estrictas leyes del país sobre la adquisición y traslado de bienes considerados de valor histórico.

Antigüedades mezcladas entre baratijas

Es frecuente que en los zocos como el famoso Gran Bazar de Estambul se vendan antigüedades mezcladas entre recuerdos y baratijas, siempre que el ojo experto del vendedor detecte un potencial cliente para su operación.

Las leyes turcas permiten la compra y venta de objetos considerados de valor histórico, pero dentro de su territorio: sacarlos del país está prohibido.

Las leyes turcas permiten la venta de antigüedades, pero no su exportación sin los permisos legales

Para evitar problemas o sorpresas desagradables, el Foreign Office sugiere que el comprador siga los pasos legales cuando adquiere un objeto como recuerdo: que el vendedor firme un documento que garantiza que no es una antigüedad y que precise el valor exacto de la transacción.

En caso de que algún turista sea sorprendido en el aeropuerto con una reliquia, puede afrontar entre cinco y 12 años de pena de prisión y altas multas, indicó el organismo del gobierno.

Cuándo se considera antiguo

Un punto difícil de aclarar es que no hay una regla que establezca si un objeto viejo tiene valor como antigüedad o es una baratija con muchos años a cuestas.

Eso puede llevar a un problema legal, por lo que el Foreign Office sugiere que las transacciones se realicen en comercios con autorización legal para estas operaciones, o que en caso de dudas, no vale la pena arriesgarse por un simple recuerdo.

De esta manera también se puede evitar otro potencial problema: muchas veces un turista compra un recuerdo sabiendo que no tiene un valor como antigüedad, pero los funcionarios de aduana no siempre son expertos en la materia, y pueden causar un momento desagradable al exigir explicaciones por la operación.

Conservación del patrimonio

Las estrictas leyes turcas buscan mantener su importante patrimonio arqueológico dentro de sus fronteras, para evitar el continuo expolio por parte de traficantes y hasta del comercio legal.

Es un problema que también afrontan Egipto, Marruecos, Túnez y otros países del Magreb que reciben un importante flujo de turistas de países desarrollados, y que están dispuestos a invertir fuertes sumas para llevarse recuerdos de valor histórico a sus hogares.

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