Coralarium: el museo sumergido entre los corales de Maldivas

Se trata del primer museo semi sumergido del mundo, creado por el artista Jason deCaires Taylor para homenajear la vida marina

Preservar, conservar y educar. Y también, por qué no, disfrutar de un espectáculo submarino son los objetivos de Coralarium, el nombre del primer museo intermareal del mundo. El artista y activista ambiental Jason deCaires Taylor ha instalado en el atolón de Shaviyani (Maldivas) un parque de esculturas para concienciar sobre la supervivencia del coral.

Alrededor de 30 esculturas conforman este particular museo mecido por las olas, todas ellas representadas por personas reales y elementos marinos.

Los personajes interactúan con un gran cubo de acero inoxidable ubicado a unos 50 metros de la playa del complejo Fairmont Maldives Sirru Fen Fushi, de Accor Hoteles, que también colaboró en el proyecto.

Las esculturas se dividen en diferentes niveles, desde las que se unen al fondo marino mediante raíces hasta las que miran al cielo desde lo alto de la estructura preguntándose qué futuro deparará a los arrecifes de coral

Mundo submarino

Su instalación en una zona intermareal hace que Coralarium quede expuesto durante la marea baja y sumergido durante la marea alta. Así, tanto el cubo como las esculturas pueden disfrutarse desde la playa o buceando en el agua según el momento del día.

Al aproximarnos, un corredor de esculturas nos saluda y una escalera de acero nos conduce al interior. Formas humanas se funden con especies endémicas del atolón, como el coral de cuerno de ciervo, las higueras de Bengala, la hiedra o los pandanus, siempre con el objetivo de homenajear una riqueza natural y alertar sobre su preservación.

Las esculturas se dividen en diferentes niveles, desde las que se unen al fondo marino mediante raíces hasta las que miran al cielo desde lo más alto de la estructura, preguntándose qué futuro deparará a estos espacios marinos y qué se puede hacer para evitar la peor de las previsiones.

Lo más interesante del museo según su creador es que, en cierto modo, pertenece al mar. Así, “una vez que sumerges las esculturas, estas dejan de ser nuestras. En cuanto las hundimos pertenecen al mar y la naturaleza se hace con ellas”

Un museo que pertenece al mar

Lo más interesante del museo según Taylor, es que, en cierto modo, pertenece al mar. Así, “una vez que sumerges las esculturas, estas dejan de ser nuestras. En cuanto las hundimos pertenecen al mar y la naturaleza se hace con ellas”.

El diseño del cubo, con paredes agujereadas, se inspira en las estructuras naturales del coral, pero también tiene la intencionalidad de permitir a las mareas y a la vida marina abrirse su camino a través del museo y crear un micromundo en su interior.

Para construirlo, se utilizaron 200 toneladas de acero inoxidable con ph neutro, material que genera un atractivo juego de reflejos con el mar y el cielo, así como con los rayos de sol, que inciden de forma caprichosa en la superficie y en su interior.

CAT VINTON CQ9R4473 Jason deCaires Taylor Sculpture.
Con el tiempo, las esculturas serán colonizadas por especies marinas. Jason deCaires Taylor.

Las esculturas, por su parte, están hechas de cemento marino. Con el tiempo, las algas cubrirán el cemento y reclamarán la galería como parte del reino submarino.

Preservación, conservación y educación

Alrededor de la galería, el hotel también se ha embarcado en proyectos de regeneración de corales para cultivar más vida marina cerca del arte. Según el manager de Fairmont, Michiel Lugt, “esta galería es el entorno para que los huéspedes puedan convivir con las maravillas naturales de la zona”. “El arte genera asombro, impacta y, a la vez, conciencia”.

Además de la propia vida que generará el museo, dando cobijo a peces, esponjas, crustáceos y, por supuesto, corales, la concienciación es la piedra angular del proyecto.

2018 ha sido designado como el año internacional del arrecife, iniciativa nacida para señalar la degradación del ecosistema de coral en el mundo

2018: año internacional del arrecife

Y es que 2018 ha sido designado como el año internacional del arrecife, iniciativa nacida para señalar la degradación del ecosistema de coral. En Maldivas las alarmas comenzaron a saltar en 2016; sus corales mostraban una notable pérdida de color como consecuencia del impacto del cambio climático y de las actividades turísticas.

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En las obras de Taylor siempre subyace la llamada a la defensa de los océanos. Jason deCaires Taylor.

Por eso Coralarium se convierte en lugar de preservación, conservación y educación; un espacio para disfrutar pero, sobre todo, para crear conciencia sobre la necesidad de protección de los arrecifes de coral de Maldivas.

Taylor es autor también del Parque de Esculturas Submarinas Molinere, que se inauguró en 2006 frente a las costas de Granada, en el Caribe, y del Museo Atlántico, en Lanzarote, el primer museo sumergido de Europa. En sus obras subyace un mismo mensaje latente: la llamada a la defensa de los océanos que el artista proyecta en todos sus trabajos.

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