Por qué De Niro pide ayuda para reconstruir Barbuda

El actor es propietario de un polémico resort de lujo que quedó destruido tras el paso del huracán Irma

Frente a los representantes diplomáticos de todo el mundo, en la asamblea de las Naciones Unidas, el actor Robert De Niro hizo un llamado al mundo para ayudar en la reconstrucción de la isla Barbuda, arrasada por el huracán Irma.

El paso del ciclón tropical destruyó el 90% de las viviendas e instalaciones de esta pequeña isla caribeña de 160 kilómetros cuadrados, que cuenta con poco más de 1.600 habitantes. El turismo es su principal fuente de ingresos, y la destrucción de hoteles y comercios pone en peligro su existencia económica.

La isla ha quedado deshabitada. Los sobrevivientes han sido trasladados a la vecina isla de Antigua, quienes evitaron el paso del huracán María (que castiga a Puerto Rico) entre las ruinas.

Barbuda ha quedado deshabitada y el 90% de las construcciones fueron destruidas

“El paraíso no se ha perdido”, dijo De Niro ante la ONU. “Pero el proceso de reconstrucción será un camino largo y duro. Los habitantes de Barbuda tienen que ser parte de esa recuperación, con la reparación de todas sus casas, que las hagan más fuertes. Las necesidades más inmediatas, como agua, alimentos y atención sanitaria también deben de ser atendidas», dijo en la apertura de la asamblea del organismo internacional.

El polémico resort de De Niro

La proclama del actor no es altruista: De Niro es propietario, con el inversor James Packer, del complejo Paradise Found Nobu. Este centro forma parte de los 30 establecimientos y restaurantes que cuenta la cadena Nobu en el mundo, participada por el chef japonés Nobu Matsuhisa como la cara visible. En España abrieron un restaurante en Marbella y un hotel en Ibiza, y el Selenta Group (dirigida por el vicepresidente del FC Barcelona, Jordi Mestre) le cedió el control del Gran Hotel Catalunya.

En el caso del resort de Barbuda, se trata de un ambicioso proyecto que se levanta sobre la estructura del antiguo resort K Club, un centro de vacaciones que era frecuentado por la princesa Diana Spencer. El complejo quedó abandonado durante 12 años, hasta que De Niro y su empresa decidieron invertir 250 millones de dólares para rehabilitarlo.

El proyecto comprende la construcción de 50 villas con piscinas privadas, cuatro restaurantes, un spa, un embarcadero para grandes yates y un casino. Pero la iniciativa fue bloqueada por parte de la población autóctona, que se opone a que el complejo cuente con 120 hectáreas adicionales al trazado original.

Cada proyecto de envergadura en Barbuda tiene que aprobarse entre el gobierno, la asamblea local y los vecinos. Sólo 300 de los 1.500 firmaron el petitorio para detener las obras, y si bien los trabajos al final tuvieron luz verde, los trabajos se demoraron un año.

Pero Irma arrasó con los planes actuales y futuros, y el complejo de De Niro también fue severamente destruido. Los trabajos de recuperación en la isla implican una inversión de más de 300 millones de dólares, alrededor del 20% del PIB del pequeño estado caribeño. Con su mensaje ante las Naciones Unidas, De Niro espera ganar la confianza de los opositores a su proyecto hotelero y convertirse en el embajador de la reconstrucción de Barbuda.

a.
Ahora en portada