Duelo de guías en el Park Güell

Intérpretes titulados, a la greña con tour operadores y acompañantes 'piratas' en el icónico jardín

Los 35 grados centígrados que los termómetros han marcado este fin de semana no son lo único que caldea los ánimos en el Park Güell, en Barcelona. Los guías turísticos acreditados por la Generalitat están en pie de guerra contra un creciente ejército de acompañantes contratados por tour operadores y guías pirata. Ya se han cruzado denuncias y las discusiones en varios puntos del parque son frecuentes.

Uno de estos guías alegales es Marina Levinskaya, de Sehrs Tourism. Acompaña unos 20 turistas rusos. «No explicamos nada, sólo acompañamos a los visitantes porque se pierden. O les mostramos el baño», alega en un castellano roto. «Miente. Hace de guía y no paga ni impuestos», le acusa otro profesional, que la interrumpe. Éste último, licenciado, prefiere permanecer en el anonimato. La tensión es evidente.

Elisandra Enric, en cambio, no tiene reparo en denunciar. «Son competencia desleal, no pagan impuestos y ofrecen un servicio de peor calidad», acusa. ¿En qué sentido? «Yo he llegado a oír como explican que la Sagrada Familia se destruyó en la Guerra Civil», tercia. Ella sí posee la pertinente licencia y se lamenta que «la Marca Barcelona salga perjudicada».

Manga ancha

El jardín del Park Guell, de Antoni Gaudí, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984. Esta categoría exige que el recinto sea interpretado por guías titulados. «Hay dos tipos de ilegales que operan: free tours, reservados por internet y guías contratados por tour operadores rusos», relata Mireia García, que hace de cicerone a un grupo de italianos.

Los primeros, disponibles en webs como New Europe o Get Your Guide, funcionan con un sistema de propinas. «Son extranjeros que viven en Barcelona, y no hay manera de asegurar su calidad. Nosotros pasamos un examen oficial y otro de lenguas», recuerda García. ¿Qué impacto puede tener este ‘todo vale’ sobre la imagen de Barcelona? «Imagínate. Pueden explicar barbaridades», añade la joven guía.

Los acompañantes de turistas rusos aún son más opacos. «Sólo les acompañamos durante 50 minutos. No explicamos nada», se escuda una de ellas, Olga, acompañante rusa de Panorama. Son contratados en destino y aseguran que entre sus labores no está la de explicar los monumentos.

Controles

Los guías titulados, que se manifestaron el jueves en la entrada de El Carmel, piden que se cumpla la ley y se impongan controles. «En la Sagrada Família ya se hace, se pide la acreditación», explica Carles Ferrer. Él, como muchos otros, posee el título, és autónomo y está al día con Hacienda. «No es el caso de muchos piratas. Lo que ingresan es una incógnita y defraudan al fisco», añade.

El cobro de entrada en el Park Güell, que está previsto para octubre, es visto como una oportunidad. «Las taquillas ya estarán, así que esperamos que pongan algun tipo de control», admite Andrea Molino. Mientras, el malestar persiste.

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