El Carmen: la ruta más sabrosa para comerse Valencia

Colorido, vital y abierto, así es El Carmen, el barrio histórico del centro de Valencia en el que, además, se come de maravilla

El Carmen, como es conocido el famoso barrio del distrito de Ciutat Vella (Ciudad Vieja), es una de las zonas turísticas más antiguas y visitadas de Valencia. Sus calles estrechas de corte medieval, la concentración de atractivos y el buen ambiente que se respira merecen una visita, pero es que además cuenta una generosa propuesta gastronómica que resume lo mejor de la cocina mediterránea.

Emplazado en el corazón del centro histórico de la ciudad, alrededor de la Plaza de la Virgen y su catedral, un simple paseo nos permite descubrir monumentos y edificios de interés como Las Torres de Quart, las Torres de Serranos, el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), la Iglesia del Carmen, que da nombre a todo el barrio o la casa museo del pintor José Benlliure, entre otros lugares.

Una vez saciado el apetito intelectual, nos proponemos localizar los mejores puntos donde reencontrarnos con la cocina mediterránea más auténtica.

El Carmen es uno de los barrios maÌs encantadores de Valencia. Foto: Arlandis | Visitvalencia.

El Carmen es uno de los barrios maÌs encantadores de Valencia. Foto: Arlandis | Visitvalencia.

[Para leer más: El Cabanyal: la Valencia marinera renace como barrio de moda]

Un mercado con encanto

Comenzamos nuestro particular recorrido gastronómico por el  corazón del barrio haciendo una parada en el Mercado Municipal Mossèn Sorell, construido en 1932 y rehabilitado en 2008, y situado en la plaza con el mismo nombre. Es una edificación pequeña, pero con mucho encanto, que despunta por su oferta de productos gourmet.

En su interior se hallan dos locales ineludibles. El primero es La Ostrería del Carmen, estupendo para tomarse una copa de champagne o un buen vino blanco de la tierra, acompañado de ostras francesas o valencianas. Además, dispone de una buena selección de pates, foies y salazones.

Las cocas de Vinostrum son una delicia. Foto Vinostrum.

Las cocas de Vinostrum son una delicia. Foto Vinostrum.

Otro lugar muy concurrido del mercado es Vinostrum, la vinoteca que regentan Luis, Lidia y Boni. Cuenta con excelentes vinos nacionales e internacionales y cervezas artesanales que se disfrutan con elaboraciones tan gustosas y valencianas como el esgarraet (ensalada hecha con pimiento rojo asado, bacalao en salazón, ajos y aceite de oliva), quesos y todo tipo de cocas saladas. Es recomendable dejarse aconsejar por Luis Palomar, un gran experto en vinos que jamás defrauda.

 

En la conocidísima carrer dels Cavallers, una de las vías más antiguas de la ciudad, que enlaza la antigua morería con la catedral, los aficionados a las cervezas de barril internacionales encontrarán una suerte de paraíso. También los que busquen una definida cocina fusión tienen una parada inexcusable en Foc Bistró, local susceptible de tomar de pie una ración o tapa. Hay que probar -sí o sí- el hot dog de longaniza de La Ribera estilo satay con morcilla oreada porque es deslumbrante. Buena música.

Uno de los principales alicientes de Foc BistroÌ es su variedad de cervezas de grifo

Uno de los principales alicientes de Foc BistroÌ es su variedad de cervezas de grifo.

Buenos arroces

Siempre se ha dicho que es difícil comer buenos arroces y paellas en el centro de Valencia, pero esto era así hasta hace unos pocos años. Posiblemente, el mejor lugar para comerse una verdadera paella valenciana o un gustoso arroz negro en El Carmen sea el moderno restaurante Canela, ubicado muy cerca de las emblemáticas Torres de Quart. Cocina valenciana típica con toques de modernidad que realmente merece la pena conocer. Atención al rape en caldereta con gambas porque es para quitarse el sombrero.

Igualmente se comen ricos arroces en El Forcat (Roteros, 12), local amplio que brinda lo mejor de la cocina valenciana en un menú de 20 euros que incluye varias opciones: arroz a banda, paella, valenciana, arroz negro, o al horno.

En El Forcat se comen buenas paellas. Foto: El Forcat.

En El Forcat se comen buenas paellas (y no es decir cualquier cosa estando en Valencia). Foto: El Forcat.

También se localiza en la calle Roteros el restaurante Gallina Negra, que abrió sus puertas hace ahora un año y se ha convertido en uno de los nuevos focos gastronómicos de Valencia, gracias al buen hacer de Javier N. Renovales y Óscar Merino, dos jóvenes cocineros que templaron su talento a las órdenes del chef Ricard Camarena, y que practican una cocina respetuosa con el producto, muy imaginativa, libre y sustanciosa.

De hecho, han conseguido alzarse con un Bib Gourmand 2020 de la guía Michelin por su admirable hacer y su relación calidad-precio.

Cocina muy imaginativa y libre en Gallina Negra (2)

Cocina muy imaginativa la que probaremos en Gallina Negra.

Calles gemelas

En el carrer de Baix, una de las emblemáticas calles del Barrio del Carmen, haremos un inciso en Bajamarea, taberna italiana de ambiente marinero y pizzería artesanal (hay que pedir la pizza Bajamarea con mariscos frescos), que descuella por su gustosa cocina tradicional italiana ligada a los pescados y mariscos. Deliciosa la cola de rape a la mediterránea, o los gambones en salsa de pesto de albahaca. Dispone de singulares vinos italianos en la carta.

Paralela al carrer de Baix, está su calle gemela, el carrer de Dalt, y allí nos toparemos con El Refugio, un sencillo y pequeño restaurante con gracia, enclavado en un antiguo edificio del siglo XIX. Ofrece una cocina ecléctica que fusiona el Mediterráneo con Asia y Latinoamérica en platos como el magret de pato con bizcocho de wasabi sobre cama de berenjenas escabechadas y caramelo de chipotle, figatell de buey y foie-gras con boletus… ¿Un secreto? Habitualmente organizan exposiciones de pintura, ilustración o fotografía.

Mariscos y pescados son la base de la cocina de Bajamarea.

Mariscos y pescados son la base de la cocina de este italinao de El Carmen. Foto: Bajamarea.

Dos vegetarianos

El restaurante Kukla, que abrió sus puertas en el barrio hace un par de meses, ha logrado captar toda la atención de los valencianos amantes de la cocina de Oriente Medio. Ayelet y Ronen, sus dos socios nativos de Israel, prometen una cocina casera vegetariana de primera. Maravillosos sus diferentes hummus, el pita falafel y la coliflor con tahini, entre otras delicias. Lo mejor es dejarse llevar por las recomendaciones.

En el 8 del carrer Catalans, entre la famosa Plaza del Negrito, muy cerca de la catedral, y ocupando dos plantas de un antiguo edificio, encontramos Oslo, un restaurante vegetariano con aires nórdicos que ofrece una substancial cocina mediterránea basada en los productos de la huerta valenciana. Infaliblemente recomendable son sus croquetas de gorgonzola, higos y nueces, el guacamole con yuca frita o los rollos de berenjena rellenos de espinacas y crema de frutos secos y pimiento rustido. Dispone, además, de Ölga, su propia cerveza artesanal.

SonriÌe hay vino. Foto: Restaurante Oslo.

SonriÌe hay vino. Foto: Restaurante Oslo.

Un sitio chulo para todo

En la Plaça del Portal Nou se ubica Convent Carmen, en lo que antaño fue el Convento del Carmen, construido en 1608 y rehabilitado en 2018, tras estar un tiempo abandonado.

Hoy es un punto dedicado a todo tipo de eventos culturales, que encierra en su interior una iglesia desacralizada en la que se celebran conferencias y presentaciones, y un jardín de casi 2.000 metros cuadrados que sirve como zona de restauración.

Al frente del entramado gastronómico de Convent Carmen se halla uno de los mejores chefs de Valencia, Miguel Ángel Mayor, galardonado con una estrella Michelin en el restaurante Sucede.

Convent Carmen es uno de los espacios más interesantes del barrio.

Convent Carmen es uno de los espacios más interesantes del barrio. Foto: Covent Carmen.

Y nos hemos dejado para lo último, que no el último, a la taberna Paraiso Travel, el restaurante imaginado por ese inquieto cocinero colombiano llamado Junior Franco, que cocina como los dioses platos tan divertidos, creativos, gustosos y libres como el ceviche cartagenero con gamba roja, que viene mezclado con kétchup casero con ajo, mayonesa, cilantro, cebolleta picada y ají, el loquísimo plato llamado marmijapo, que sale de fundir el marmitako y el tartar de atún, y no es ni una cosa ni otra pero está delicioso, o la ostra valenciana con sorbete de mango verde, una creación refrescante y sorprendente.

Además, se pueden pedir innovadores cocteles. Un sitio para pasarlo bien comiendo y disfrutando del buen ambiente.

Junior Franco es el cocinero de ese local tan especial que es la taberna Paraiso Travel.

Junior Franco es el cocinero de ese local tan especial que es la taberna Paraiso Travel.

 

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