El turismo ruso desembarca en la Costa Brava para renovarla

El Patronato de Turismo de Girona trabaja por situarse como competencia de la Costa Dorada y disputarle los touroperadores de la ex Unión Soviética

La Costa Brava no se quiere perder el filón del turismo ruso en Cataluña, que este año llegará a representar un total de 800.000 visitantes durante la temporada de verano. Por ello, el Patronato de Turismo de Girona quiere situar localidades como Lloret de Mar, Tossa o Blanes en el mapa de los touroperadores rusos para competir con la Costa Dorada, referente del visitante procedente de países del ex bloque soviético.

Las comarcas de Girona llegan tarde a este mercado pero no por ello van a dejar escapar la oportunidad: es un valor interesante que puede acabar con el turismo low cost. “Los rusos tienen un alto poder adquisitivo y no sólo vienen buscando turismo de sol y playa por lo que la riqueza se reparte en otros negocios así como actividades culturales”, explican fuentes del Patronato. De media, un turista ruso gasta unos 250 euros por día y personas en estancias que llegan hasta las 14 jornadas. Por lo general, el gasto del turismo ruso en Cataluña crecerá un 120%, pasando de 680.000 euros a 1,5 millones.

Tres puntos de interés

“La Costa Dorada ha conseguido situarse como una de las elecciones favoritas para el turistas ruso pero eso no significa que la Costa Brava no pueda desviar parte del flujo”, explica el director comercial de Tez Tour –-el segundo touroperador ruso que trabaja en España–, Eugeni Vasiliev. De hecho, eso ya está pasando. Girona recibe cuatro vuelos semanales procedentes de Moscú este verano, además de los charter. Esta nueva situación puede dar lugar a que el turista ruso se convierta en un visitante itinerante. Así, durante sus vacaciones podría dividir sus días entre las dos costas y Barcelona ciudad.

Tez Tour se encuentra estos días organizando un congreso para 150 agentes de viajes en Girona. El objetivo es que estos profesionales conozcan a la perfección las posibilidades que ofrece la zona. Su importancia es básica: el 70% de los turistas rusos que acuden a Cataluña lo hacen mediante viajes cerrados.

Abandonar el ‘low cost’

En este sentido, el directivo indica que, pese a que los touroperadores rusos se miran con lupa localidades como Lloret de Mar por el turismo de borrachera, también es cierto que estos pueblos albergan grandes hoteles de lujo que atraen al extranjero. “El modelo no es compatible pero creemos que se están haciendo esfuerzos para salir del modelo low cost”, asegura.

Así, indican que el turista que viene a Cataluña se aleja de las conductas ligadas a la fiesta. “Los jóvenes rusos, que son el segmento de población que busca habitualmente este tipo de turismo, no vienen a España. Para hacer eso, es mucho más fácil que se vayan al sudeste asiático”, explica Vasiliev.

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