España prepara sus galas para seducir al turista ruso

El turismo ruso sigue creciendo, y Turespaña despliega nuevas estrategias de promoción para atraer a los viajeros con más poder adquisitivo

España quiere reconquistar al turista ruso, uno de los colectivos que más dinero gastan en sus estancias y que pasan más tiempo en sus visitas que otras nacionalidades.

Rusia es el mercado emisor de turismo hacia España que más creció en 2017 y todo indica que este año se mantendrá esa tendencia. Según Turespaña la llegada de visitantes de este país creció un 14%, y para este año podrá tener un incremento del 10 al 20%, dijo Manuel Butler, director del organismo, al visitar la Feria Internacional de Turismo de Moscú (MITT).

Según Butler el gasto del turista ruso es un 50% superior a la media del turista internacional que visita España, y la media de su estancia es de nueve días, superior al de otros viajeros. El año pasado estos visitantes gastaron 1.118 millones de euros, un 15,5% más que en el 2016.

El año pasado los turistas rusos gastaron casi 1.120 millones de euros en sus visitas a España

La crisis catalana les es indiferente

Los rusos han sido inmunes a la crisis política catalana, que impactó negativamente en el turismo. Casi dos de cada tres visitantes que llegaron a España recalaron en Barcelona, la Costa Brava y otros puntos de esta comunidad autónoma, dijo Octavi Bono, director general de Turismo de la Generalitat.

El turismo ruso a Cataluña creció en un 24,4% el año pasado, diez puntos más que el promedio de toda España. Si bien se registró un leve retroceso en las visitas del último trimestre, “a partir de enero la recuperación es clara”, dijo Bono.

Las reservas para este verano a los destinos catalanes, principalmente Barcelona y las playas de Costa Brava y Costa Dorada, han aumentado en hasta un 20 % en comparación con 2017, mientras que las aerolíneas que trabajan en este segmento tienen previsto incrementar sus vuelos entre Rusia y Cataluña.

Nuevas estrategias

España busca reforzar las estrategias para empujar la creciente demanda de visitantes rusos y recuperar los niveles que tenía antes de la guerra con Crimea y la devaluación del rublo.

En 2013 llegaron casi un millones de rusos a la región mediterránea, pero en los años siguientes el número se desplomó a la mitad. Ya el año pasado se contabilizaron 700.000 visitas.

Más que sol y playa

«No hay que denostar el turismo de sol y playa, porque es para nosotros el pan y la mantequilla, como dicen los ingleses. Es la base de nuestro turismo, lo que nos permite ser realmente los líderes mundiales en el llamado turismo vacacional», dijo Butler.

Tras Barcelona y su litoral, los rusos prefieren llegar a Valencia (15,34%) y Madrid (7,96%), destinos con los que Turespaña busca «promocionar la otra cara de España” y evitar que se centralice en las regiones costeras.

 «Queremos que también se beneficien del turismo las regiones del interior. Si vemos las cifras de los últimos años, esas zonas crecen el triple de rápido en turismo que los tradicionales destinos de sol y playa», afirmó Butler.

Fuera de esta oferta estival, el visitante ruso está especialmente interesado en el turismo de salud y la gastronomía, sobre todo el relativo al vino, valores que se enseñan en los stands españoles de la MITT.

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