Galicia contará con el primer faro-hotel de España

El faro de Illa Pancha, cerrado durante 34 años, resucitará como alojamiento turístico en marzo

Con la expansión de los GPS y los avances en la navegación marítima, los faros estaban condenados a morir de pie. Pero el turismo le está abriendo las puertas a una nueva oportunidad, al reconvertir las altas estructuras en alojamientos turísticos.

En marzo el faro de Illa Pancha, en Lugo (Galicia) será el primer faro reconvertido en hotel de España, después de estar durante 34 años en desuso.

Este faro está ubicado en un edificio de planta cuadrada de 128 metros cuadrados, con una torre en su centro, que comenzó a funcionar por primera vez en 1860. En 1980 se construyó un nuevo faro, una torre aislada con una linterna de alcance de 21 millas náuticas, que entró en servicio en 1983 y dejó al antiguo faro sin actividad.

El proyecto turístico contempla que el antiguo edificio tenga dos nuevas estancias, y su instalación no complicará el servicio de señalización marítima.

Campaña para revitalizar los faros

Esta apertura llega de la mano de la campaña Faros de España, lanzada por Puertos del Estado, para reconvertir los faros del país en hoteles, centros de interpretación, museos, o como platós para filmaciones.

De hecho, hubo un plan para reconvertir algunos de los 187 faros españoles en establecimientos hoteleros, que se vio paralizado por estar el Gobierno en funciones. Se espera que las siguientes autorizaciones sean el de Punta Cumplida, en la Isla de la Palma, o el Faro de Trafalgar.

Los faros que pueden reconvertirse en hoteles deben estar al menos a 100 metros de la costa o de un casco urbano. Pero en todo caso, es la autoridad portuaria la que hace una primera criba entre los faros que pueden rehabilitarse como alojamientos y la que tramita y aprueba el proyecto, aunque tiene que haber un informe intermedio autorizado por Puertos del Estado.

Ya hay 53 faros que tienen usos alternativos: 28 son centros de arte e interpretación, 12 son entidades culturales y de formación, cinco funcionan como puntos de investigación, siete cuentan con cafeterías y restaurante, y uno de ellos ofrece un acuario a los visitantes.

La idea no es nueva: en Noruega, Sudáfrica, Irlanda, Escocia o Inglaterra ya hay numerosos faros reconvertidos en hoteles.

a.
Ahora en portada