A ciegas: en este restaurante los cinco sentidos son protagonistas

Los restaurantes de Dans Le Noir ofrecen una triple experiencia: sensorial, humana y social en una cena única y totalmente a ciegas servida por invidentes

¿Te sabría igual una comida si no pudieras verla? Dans Le Noir (En lo Negro) es un restaurante muy especial donde los platos ya no entran por la vista. Ofrece cenas elaboradas con ingredientes de primera calidad pero con una peculiaridad: se come totalmente a oscuras.  

Podemos cenar en Dans Le Noir en Barcelona o en Madrid, pero también si viajamos a París, donde toda esta aventura en el año 2004.

La aventura de Dans le Noir comenzó en París; 15 años más tarde tienen establecimientos en Madrid y Barcelona, así como Londres, San Petersburgo, Auckland, Nantes, Melbourne y Burdeos

Fue allí donde Edouard de Broglie, el fundador, y el empresario invidente Etienne Boisrond decidieron ir más allá de las ‘cenas a oscuras’, un recurso de las asociaciones de ciegos para sensibilizar a familias y allegados, y convertirlas en una experiencia única que, a la vez, fuese fuente de empleo para discapacitados visuales. 

Dans Le Noir, Barcelona
Cenar aquí es mucho más que degustar alimentos. Foto: Dans Le Noir Barcelona.

Otras ciudades del mundo como Londres, San Petersburgo, Auckland, Nantes, Melbourne y Burdeos han abierto locales parecidos. Dans Le Noir es muy especial  porque le ofrece al comensal vivir una gran gastronomía en la más absoluta oscuridad, servidos y guiados por camareros invidentes o con visibilidad disminuida que se convierten en los dueños de la situación. 

Sin la vista, algo tan sencillo y básico como comer se convierte en toda una experiencia que lleva nuestros sentidos al límite y nos descubre nuevas sensaciones y emociones

Se trata de cenar viviendo una «triple gran experiencia» como a Dans Le Noir gusta recordar: humana, sensorial y social

Experiencia sensorial

Es paradójico como la falta de un elemento tan vital como la luz, en vez de limitar la experiencia, lo que hace es completarla y potenciarla hasta límites insospechados. Sin la vista, algo tan sencillo y básico como comer se convierte en toda una nueva experiencia, donde todos nuestros sentidos se agudizan y nos ofrecen nuevas sensaciones y emociones.

Dans Le Noir nos lleva a la verdadera esencia del sabor, nos hace cambiar todas las ideas preconcebidas y nos permite ver las realidades de la cocina. Su chef elabora una cocina refinada y sensorial con ingredientes de primera calidad para ayudar a nuestros sentidos a disfrutar del verdadero sabor de los alimentos a través de un juego que es el de adivinar lo que estamos comiendo.

 

Experiencia humana

La pregunta de: “¿Cómo nos servirán a oscuras?” se torna de lo más lógica. «En Dans le noir creemos que el factor humano es vital y de éste hemos hecho uno de nuestros pilares principales. Todo el personal de sala se compone de guías invidentes (personas con discapacidad visual); sucede entonces un encuentro mágico entre los videntes y los invidentes», señalan desde el restaurante.

Este cambio de papeles implica transferir toda nuestra confianza en nuestro guía invidente, pues sin él estaríamos perdidos. Es una experiencia muy emocional y esta afinidad nos conduce realmente a la confianza mutua y al respeto.

Esta sensibilización nos ayuda a darnos cuenta del valor de su trabajo y de su total capacidad para llevar a cabo cualquier tarea.

Experiencia social

Las personas somos seres sociales y a pesar de que pueda parecer lo contrario, es en la más pura oscuridad donde realmente desarrollamos nuestras aptitudes comunicativas.

Esta afirmación, lejos de ser popular, es de lo más certera, ya que a oscuras todas las personas somos iguales, no existen diferencias ni prejuicios, y las clases sociales desaparecen; por lo tanto iniciar una conversación, ya sea con una persona conocida o no,  se convierte en una experiencia de lo más natural. Todo cambia a oscuras y hasta las cosas más cotidianas se convierten en una experiencia de lo más natural. Ya sea comer, comunicarse, jugar o expresarse se elevan a cotas insospechadas.

Dans le Noir
Nunca creerás lo que no ver puede agudizar tus otros sentidos. Foto Dans Le Noir Barcelona.

Se entra en fila india y se distribuye a los comensales en sus mesas llevando sus manos hacia sus respectivas sillas, se les indica dónde están los cubiertos y la servilleta y se van sirviendo platos y bebidas. 

A oscuras, nueve de cada diez personas son incapaces de distinguir el vino blando del tinto o del rosado

Al principio y al final los camareros dan instrucciones como la de no levantarse a lo largo de la cena para evitar tropezar o empujar y, sobre todo, no alzar la voz, porque a oscuras se tiende a gritar y antes de la cena se consultan gustos, manías y alergias. Un menú completo incluye: primer plato, segundo plato, postre y dos copas de vino o refresco; un menú degustación: copa de cava, entrante, primer plato, segundo plato, postre y tres copas de vino o refresco

Adivinar lo que se come y lo que se bebe es un reto, nueve de cada diez personas son incapaces de distinguir el vino blanco del tinto o del rosado. Al finalizar y una vez que la vista se ha habituado a la luz, se muestran fotografías de los platos y se explican los ingredientes. 

Los invidentes ayudan a los videntes a que coman a oscuras con absoluta tranquilidad. El proyecto Dans le Noir ha ido desarrollándose en varios países para sensibilizar sobre el problema de la ceguera y favorecer la inserción laboral. «¿Quien mejor que un ciego para servir una cena a oscuras?», defiende Maite Sutto, la directora de los locales de Barcelona, que fueron los primeros en abrir en España y que está a punto de cumplir un decenio.

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