Carme Ruscalleda firma el menú más elegante del Paseo de Gràcia

El restaurante Blanc, en el Mandarin Oriental ofrece un menú del mediodía que presenta el talento de Carme Ruscalleda en los fogones

No es fácil decir cuál es el menú del mediodía más elegante del Paseo de Gràcia, pero en Doña Croqueta nos vamos a jugar por una apuesta segura: el restaurante Blanc, del Hotel Mandarin Oriental.

Allí Carme Ruscalleda (siete estrellas Michelin) lleva adelante este restaurante, en donde todo gastrónomo conoce su pasión por crear sus platos con productos de temporada y de proximidad. 

Por cierto, el resto de la oferta gastronómica del hotel también lo firma la propia chef de Sant Pol de Mar.

Este menú va cambiado según la temporada, pero lo que no cambia nunca es su sobriedad, elegancia y el equilibrio entre ingredientes que se encuentra en cada uno de sus platos. ¡Empecemos con este excelente menú de mediodía!

Croquetas de aperitivo

Para abrir el apetito y como aperitivo, el personal del restaurante quiso hacer honor a Doña Croqueta con unas croquetas de remolacha y queso azul y otras de jamón ibérico.

Todo gastrónomo conoce la pasión de Carme Ruscalleda por crear sus platos con productos de temporada y de proximidad

Las de remolacha y queso azul desplegaron un juego visual gustativo muy divertido. Te encuentras una croqueta de color rosa corazón debido a la remolacha, pero, en boca aparece toda la fuerza del queso.

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Croquetas de remolacha y jamón ibérico. Foto: Rubén Hernando.

La croqueta de jamón ibérico, también muy rica, ya que el producto es de muy buena calidad; pero es una croqueta más habitual. Ambas se presentaron con un rebozado clásico y bien escurrido de aceite.

Anguila del Delta del Ebro

Entre los platos principales del menú de medio dia del restaurante Blanc, teníamos para elegir entre la sopa de invierno, cebolla, huevo, pan crujiente y jamón; la ensalada de langostinos, papaya verde, soja y manzana ácida o la coca de anguila del Delta del Ebro con fresón, nabo daikon y shiso.

Nos decantamos por la coca de anguila, una tartaleta alargada de hojaldre donde de forma estudiada y sutil se montan los ingredientes que forman el plato.

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Coca de anguila del Delta del Ebro con fresón, nabo daikon y shiso. Foto: Rubén Hernando.

La anguila, el fresón fresco y sabroso, el nabo daikon laminado extremadamente fino y el shiso ofrecen un bocado de contrastes, ligero, crujiente, con gustos ácidos y dulces, una combinación fresca y ligera, pero donde hay poca presencia del pez.

Un arroz ideal para el mediodía

El segundo fue elección más difícil, ya que los tres candidatos como segundo plato del restaurante Blanc pintaban con muchos números para llevarse el premio. Nos ofrecieron canelones “Barcelonina” de tres carnes; bacalao con patatas, col y all i oli; y el arroz ibérico con verduritas.

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Arroz ibérico con verduritas. Foto: Rubén Hernando.

Teniendo en cuenta que era jueves, nos decantamos por el arroz ibérico, un plato muy rico y perfectamente cocinado al punto. Destacaba el sabor al caldo de carne y el lomo ibérico con notable presencia en el plato. Las judías verdes, de muy buena calidad, le daban el toque de verdura perfecto.

El carrito de los postres

Para cerrar el menú, la oferta de postres nos llegó en forma del clásico carrito; el más espectacular que se pueda encontrar entre los restaurantes más selectos del Paseo de Gràcia.

El abanico de postres que transporta el carrito es impresionante: mousse de chocolate y frutos rojos; tarta de frambuesa; lemon pie; trufas de chocolate; tarta de frutos de la pasión y un clásico de niños, el marshmallow.

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Tarta de frutos de la pasión. Foto: Rubén Hernando.

No me pude resistir al rojo de la tarta de frutos de la pasión. Una exquisitez absoluta y el colofón a un gran menú con producto fresco, de temporada y local en un escenario top.

Excelencia si necesidad de exageraciones

El restaurante Blanc presenta un ambiente amable y servicial en todo momento pero, sin las grandilocuencias de los establecimientos de cinco estrellas que, a veces, son exageradas. 

La amplitud y la luminosidad son las características del espacio donde se encuentra el restaurante.

Vale la pena disfrutar del menú, el servicio y la experiencia en general.

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Carrito de los postres en el restaurante Blanc. Foto: Rubén Hernando.

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