Desde Escandinavia al Montsant con seis vinos en tres años

Una pareja de suecos con un equipo de campanillas han creado Bell Cros, un nuevo concepto de vino que busca la excelencia en el interior del Montsant

Ann y Peter Skoglund son ciudadanos suecos residentes ahora, en nuestro país, concretamente a caballo entre el Montsant y Barcelona. Ellos se definen como emprendedores y entusiastas incurables del vino, y lo hacen conscientes de que han dejado de lado una placentera vida sin compromisos de trabajo y se han vuelto a liar, pero esta vez en un proyecto que tiene tanto de romántico como de exclusivo.

Han creado una marca de vinos de élite: Bell Cross; se han hecho con un equipo de campanillas encabezado por el mejor enólogo del año, Joan Asens, uno de los grandes creadores de la marca Priorat; y desde el 2017 han sacado a la luz en enero de este año —hasta ahora infausto 2020— ya seis marcas, seis tipologías de vinos y todos ellos de grandísima calidad.

Ann había abandonado el mundo de la salud y Peter, máster en ingeniería mecánica y marketing además de sommelier por el WSET (nivel 3+) por entregarse a su proyecto de Bell Cros.

La vendimia. Foto: Jordi Català  
PraÌctica de la actividad de la vendimia. Foto: Jordi Català

De Escandinavia al Mediterráneo

Ann y Peter explican su aventura: «Realmente no nos habíamos planeado adquirir un viñedo. El vino era, sin duda, uno de nuestros placeres en la vida, pero no éramos expertos en el tema. Acabábamos de vender nuestro negocio en Suecia y teníamos la intención de disfrutar de nuestro recién adquirido tiempo libre y no embarcarnos en nuevos proyectos.

Y continúa, “pero siempre nos ha gustado la cultura y el clima de los paiÌses maÌs meridionales y poco después de comprar un apartamento en Barcelona comenzamos a descubrir el campo y los vinos catalanes. Los primeros vinos que encontramos fueron los de la DOC Priorat, de fama mundial, y luego los vinos de la cercana DO Montsant».

[Para leer más: El Senat del Montsant, el embajador de viñas ancestrales]

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«Y fue aquí donde tropezamos con un viñedo que estaba en venta. Como entusiastas incurables que somos, nos era imposible resistir el desafío. Aquel viñedo del hermoso valle al pie de las montañas del Montsant pasó a ser nuestro. Sabíamos que teníamos mucho que aprender y buscamos información», añade. 

Todo queda en casa

”A medida que el proyecto crecioÌ, se nos ocurrioÌ la idea de reunir un equipo local que pudiera crear vinos, lo que atraería una mayor atención sobre la DO de Montsant». Pero, continúa Peter, «nunca nos pudimos imaginar que recibiríamos un apoyo tan intenso de la gente local. Todos compartieron generosamente su experiencia y conocimientos con nosotros, y todos nos dieron consejos para ayudarnos a salvar las dificultades. Nos recibieron con los brazos abiertos». 

Bell Cros con MarsaÌ€ al fondo. Foto: Jordi Català 
Bell Cros con MarsaÌ€ al fondo. Foto: Jordi Català

El nacimiento de los terruños

En el 2017, Peter y Ann Skoglund adquirieron su primer viñedo funcional en el valle, y Bell Cros (Valle Bello), el nombre que recibiría la marca, se expandioÌ posteriormente con la compra de siete viñedos contiguos. Peter afirma que: «Aunque nos estamos expandiendo, el enfoque siempre estaraÌ en los vinos que expresen su identidad local y que tengan un caraÌcter uÌnico y una calidad superior. Creo que estamos muy cerca de lograr nuestros objetivos”.

Precisamente, los primeros vestigios de vino en la zona se descubrieron en Marsà, cerca de Falset, el pueblo más cercano a Bell Cros, con fragmentos de ánforas en lo que una vez fue un asentamiento romano. Pero fue ya en la Edad Media cuando los monjes plantaron hectáreas de viñas e introdujeron nuevas técnicas agrícolas que crearon un entorno en el que las vides prosperaron.

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En este contexto, cerca de 14 de las 25 hectáreas de Bell Cros (23 conectadas) están plantadas con viñas de Cariñena, Garnacha y Garnacha blanca de 30-80 años en suelos de gran riqueza, arcillo-calcáreos, graníticos, pizarrosos con licorella y arcillosos.

Llegar y besar al santo: los primeros vinos y de calidad

Cada vino de una viña tiene un nombre propio para distinguirlo. Las primeras en recibirlo fueron 4.500 botellas de vino elaborado exclusivamente con uvas cariñena. Se llama ”El Tracte”, ”apretoÌn de manos” en catalaÌn. Simplemente porque se acordoÌ con un apretoÌn de manos la firma del contrato en el que 4.000 kilos de uvas se incluiriÌan en la compra de la tierra por parte de Peter y Ann a sus antiguos propietarios.

El viticultor Baltasar Vendrell. Foto: Jordi Català
El viticultor Baltasar Vendrell. Foto: Jordi Català​

«El Tracte” estaba hecho con esas uvas. Un buen apretoÌn de manos catalaÌn es una forma habitual de sellar un acuerdo y significa mucho maÌs que una firma, cosa que el vino tambieÌn simbolizariÌa. Se calcula que el viñedo producirá ocho vinos (de los cuales ahora mismo ya hay seis), vinos tintos, blancos y rosados, aunque el enfoque principal estaraÌ en la produccioÌn de vinos tintos.

Peter explica que: “nuestro enoÌlogo, Joan Asens, ya nos ha presentado aproximadamente 20 muestras de diferentes vinos”. Con un total previsto de 75,000 botellas al año, muchas de ellas se exportarán, Bell Cros también estaÌ cerrando conversaciones con varios distribuidores de Suecia.

Una bodega sostenible para el 2022

La pareja sueca realizoÌ maÌs compras de tierras que ahora conectan su viñedo con un aÌrea elevada con una vista fantaÌstica de los campos de viñedos y MarçaÌ€. Según Peter: «La idea es que los hueÌspedes puedan disfrutar de los vinos de Bell Cros mientras disfrutan de impresionantes vistas desde este punto, perfecto para construir una bodega subterránea (proyecto avanzado de Batlle i Roig) y una cabaña convertida en residencia para los propietarios y todo ello se espera que se complete en el 2022». 

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Enseñar el vino, un modelo propio de turismo

Bell Cros se ha volcado en dar la bienvenida a los entusiastas del vino y de la comida local y ha organizado un programa de visitas cuya tipología temática variará según la época del año.

En enero, los visitantes pueden ver coÌmo se podan las vides, a principios del verano es el periÌodo de la oracioÌn y en otoño es la eÌpoca de la cosecha. Los visitantes son obsequiados con alimentos mediterráneos de proximidad, que la bodega combina con sus vinos. Bell Cross tambieÌn ofrece a los visitantes la oportunidad de elaborar su propio vino con cariñenas y garnachas tomados directamente de los barriles de roble y las tinas de acero.

La puesta de largo

En enero del 2020 en el bar de vinos AmoVino en Barcelona se celebró la puesta de largo pública de Bell Cross. Los seis miembros del equipo presentaron el proyecto y tres vinos, Tracte 2017, El Camí 2018 y L’Adicció 2018, anunciando para mayo la aparición de otros dos: La FigaFlora y L’Amic. El enólogo Joan Asens habló sobre las cualidades del viñedo de Bel Cros para producir vinos únicos y que el viñedo está en proceso de transición de viñedo orgánico a a agricultura ecológica.

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Miguel Figini, responsable de la red comercial, clientes, acogida de visitantes, marca y ventas en España, presentó el nuevo programa de visitantes basados en tres pilares: aprender, unirse y divertirse. Figini, es tambieÌn es director de ”L’Espai del Vi CatalaÌ€”, escuela de enoÌlogos y productores noveles que se hacen cargo de los viñedos familiares. Bell Cros invita a los estudiantes a adquirir experiencia praÌctica con actividades como la vendimia y la pisada de uvas a la manera tradicional.

More than wine es el eslogan con el que se presenta Bell Cros, que parte de un movimiento que pretende llevar los vinos del Montsant a la altura quer se merecen. Peter afirma que: “Nuestra ambición es ayudar a llevar la reputación de la DO Montsant a un nivel absolutamente superior. Y finaliza además que: ”es un privilegio trabajar con personas increíbles en estos entornos increíbles».

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