Messi echa el cierre a su restaurante en Barcelona

El barcelonés Bellavista del Jardín del Norte cierra sus puertas al público y albergará únicamente eventos privados

El restaurante barcelonés Bellavista del Jardín del Norte, del que formaban parte como socios la familia Messi y el Grupo Iglesias, se ha convertido en un proyecto inviable, por lo que cerrará sus puertas al público y albergará únicamente eventos privados.

Situado en la céntrica calle de Enric Granados, el Bellavista había celebrado su segundo aniversario el pasado julio, cuando presentó su nueva carta con una propuesta gastronómica renovada y pensada sobre todo para compartir.

Actividades y eventos privados

Según informó el restaurante en un comunicado, «el establecimiento ha recibido múltiples solicitudes para albergar actividades y actos privados, como eventos de empresa y celebraciones particulares».

La transformación del restaurante en un establecimiento para eventos privados responde, según Juan Carlos Iglesias, a la crisis económica, que ha hecho inviable el proyecto

Los socios del Bellavista consideran que, debido a las características del restaurante, sobre todo a su tamaño (mil metros cuadrados más otros mil metros de jardín) y distribución, “el local es prácticamente único en la ciudad de Barcelona para realizar este tipo de eventos».

La transformación del restaurante en un establecimiento para eventos privados se ha debido también, según Juan Carlos Iglesias, a la crisis económica, que ha hecho inviable el proyecto.

Cocina mediterránea

La cocina mediterránea y los productos de calidad eran los protagonistas de la oferta gastronómica de Bellavista en su última etapa, comandada desde la cocina por el chef Miguel Estrada, cuatro años cocinero del restaurante Tickets, de Albert Adrià.

Precisamente, el Grupo Iglesias, que cuenta con la marisquería Rías de Galicia, la casa de tapas La Cañota y Espai Kru, es socio de los establecimientos de los hermanos Adrià elBarri, que engloba al Tickets, Pakta, Bodega 1900, Hoja Santa, Enigma y Niño Viejo.

El chef Miguel Estrada comandaba desde los fogones la propuesta gastronómica de Bellavista, caracterizada por la cocina mediterránea y los productos de calidad 

Además de su gastronomía, el restaurante destacaba por su concepción: reproducía un hipotético pueblo en el que el comensal podía ir visitando sus diferentes espacios en función del momento del día o de sus ganas de comer, desde el quiosco, pensado para los desayunos, al colmado, la tómbola, el bar del pueblo, la iglesia o la plaza mayor.

Así, por ejemplo, en la iglesia los comensales se sentaban en unos bancos y sillas que asemejaban los reclinatorios y la barra estaba presidida por una enorme campana reproducción a escala de la de la basílica de San Pedro del Vaticano.

No faltaban, como en cualquier bar de pueblo, las pantallas de televisión gigantes para ver el fútbol y otros acontecimientos deportivos, y en honor al socio futbolístico, había un pequeño “altar Messi” con sus camisetas del Barça y de la selección argentina y una de sus botas de oro.

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