El espíritu de la Ley Seca revive en Gatsby

Gatsby relanza su propuesta de restaurante-show con un ambiente que recuerda al glamour de los años 20

Fiel a su concepto de speakeasy, el restaurante Gatsby de Barcelona está oculto a la vista. Un pasillo en la calle Tuset conduce hasta una gran puerta de madera, y al cruzarla, detrás de un pesado cortinado se despliega un salón que recuerda a la época en que el glamour de los años 20 se balanceaba con la sordidez de la Ley Seca.

El nombre recuerda al personaje de Francis Scott Fitzgerald, aunque en realidad la estética tiene más ligazón con la película de Baz Luhrmann de 2013.

Estética del glamour de los años 20

El lugar está decorado en estilo art decó, entre grandes lámparas hexagonales y columnas de madera en forma de palmera. Plataformas, sillones y taburetes, y una gran barra central conforman el mobiliario.

En Gatsby cada 15 minutos hay un show de música, baile, contorsionistas o acróbatas

Gatsby pertenece al grupo Sutton, de la familia Cano, que también cuenta en su portfolio con el Club Sutton, la sala Bikini y la discoteca Imperator.

Gatsby
La estética de Gatsby recuerda al EEUU de los años 20.

Eje de la zona alta de Barcelona

Este restaurante busca ser uno de los ejes de gravedad de la diversión nocturna de la zona alta de Barcelona. Mientras que de miércoles a jueves el público se adivina más juvenil, de 28 a 40 años, los viernes y sábados el rango de edad sube levemente.

Cada tanto se adivina la presencia de algún deportista, actor, músico o aspirante a los focos de la fama. Es un lugar para ser visto, pero sobre todo, para ver.

Espíritu de cabaret

Porque uno de los rasgos destacados de Gatsby es emular el espíritu de cabaret de los locales del Estados Unidos de hace un siglo. Cada 15 minutos, hay un espectáculo de música y baile, que pueden ser de rhythm and blues y latino, de éxito de las últimas décadas o de homenaje a las grandes divas.

gatsby show
Cada 15 minutos hay un espectáculo musical.

Pelucas, brillos, escotes, movimientos rápidos de piernas, algún contorsionista o acróbata y una precisa coreografía que va desfilando mientras se degustan los platos. Y si no hay show, hay un DJ amenizando la noche.

Eso sí: si se pretende disfrutar de este carrousel de espectáculos, hay que saber buscar lugares que uno no quede de espaldas o que una columna tape la visión.

La propuesta gastronómica

Gatsby tiene un completo menú a la carta, pero lo sugerido es optar por la propuesta llamada “A little party never killed nobody” (Un poco de fiesta nunca mató a nadie), a 62 euros por persona.

gatsby platos
La propuesta gastronómica de Gatsby es para recomendar.

Se trata de una serie de entrantes para compartir como la ensalada de burrata con tomates cherries y albahaca; foie micuit con confitura de frutos rojos, tartar de atún rojo, aguacate y huevas de trucha (una tendencia convertida en clásico) y croquetas melosas de jamón ibérico.

De segundo se puede elegir entre el lomo de salmón con verduras salteadas o la paletilla de cordero deshuesada con cremoso de patatas. Este plato, en verdad, superaba a cualquier otro.

De postre, antes de los recomendados cócteles, se ofrece un brownie de chocolate con nueces, todo matizado con vino de buena calidad.

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