Fire: la elegante relectura de la cocina a las brasas

El restaurante del Hotel W de Barcelona demuestra que cuando las manos expertas se ponen a jugar con el fuego surgen sabores inéditos y sorprendentes

Barra del restaurante Fire, del hotel W

Según los antiguos filósofos el fuego es uno de los elementos básicos de la naturaleza, y su dominio fue uno de los saltos que llevó a la especie homo a conquistar el mundo. El restaurante Fire demuestra cómo las llamas y las brasas pueden crear platos con sabores nuevos, de opuestos que se atraen y sin renunciar a la elegancia.

Desde el balcón de Barcelona

Abierto hace pocas semanas en el lujoso hotel W, al término del Paseo Marítimo de Barcelona, Fire presenta su propuesta en un ambiente de lujo informal, con la ciudad que se despliega a lo largo de la costa como telón de fondo.

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La chef a cargo es Carlotta Delicato, una joven cocinera ganadora del concurso Hell’s Kitchen 2016 de Italia (organizado por el mediático Gordon Ramsey), y que emprendió el desafío de crear una oferta gastronómica que no baje el listón que el hotel ya tiene con el restaurante de Carles Abellán.

La chef Carlotta Delicato propone que las brasas, el humo y el fuego generen sabores inéditos de ingredientes de la tierra y el mar

Un entrante para iniciar el viaje gastronómico. Foto: Lys Ortega

Un entrante para iniciar el viaje gastronómico. Foto: Lys Ortega

Su propuesta es que lo simple es la llave a la sofisticación. Aquí no esperen una simple carne a la barbacoa o un pescado quemado por fuera y apenas cocido por dentro. Si bien el fuego es la materia prima de la cocción lo que propone Delicato y su equipo es crear sabores inéditos en base a la fusión de ingredientes conocidos.

El viaje por el fuego

Se sugiere empezar el viaje gastronómico con un cóctel. Hay cuatro opciones, acertadamente llamadas Lava, Humo, Oxígeno y Carbón. Elegimos este último, negro como el mineral, donde la ginebra Tanqueray se combina con licor de jengibre, lima, sirope lapsano y clara de huevo. El alcohol está en la medida justa para no pasar factura de entrada.

Cóctel 'carbón', un oscuro y sabroso homenaje al fuego. Foto: Lys Ortega

Cóctel ‘carbón’, un oscuro y sabroso homenaje al fuego. Foto: Lys Ortega

Una buena forma de descubrir la mayor variedad de sabores posibles en Fire es pedir dos o tres entrantes y luego compartir alguno de los segundos platos, de dimensiones más que generosas.

Hay que detenerse a sentir la mezcla de sabores de la cebolla con queso fundido tras siete horas de cocción

Entre los primeros elegimos la original cebolla, cocinada en el interior de una planta ahuecada y con su interior de queso Idiazábal fundido tras una cocción de siete horas; y la lengua de ternera a la brasa, servida con calabaza, vinagre de higos, topinambur y mosto de uva.

Pero también cabe destacar que hay para elegir pastas (spaghetti con salsa de tomate a la brasa, con vainilla y ricota casera ahumada), la coliflor fermentada tres días con ‘tierra’ de centeno, miel y mostaza, el tartar de ternera con tuétano a la brasa y gel de manzana (al que se le puede añadir trufa negra) o el escalope de foie gras con setas y salsa de arándanos.

Carnes y verduras a las brasas, pero de sabores inéditos. Foto: Fire

Carnes y verduras a las brasas, pero de sabores inéditos. Foto: Fire

Los impactantes segundos platos

A mitad de camino entre los entrantes y principales siguió un bogavante a la brasa, servido con salsa de erizo y uva morada que daban un toque más intenso a su sabor suave.

Los segundos platos pueden ser el potente Tomahawk (un ojo de costilla con hueso largo, de hasta dos kilos), la pierna de cordero lechal rellena, el carré de cochinillo (de 500 gramos) o algunos de los pescados como el rodaballo salvaje o los filetes de bacalo o de besugo gallego.

La chef Carlotta Delicato. Foto: Fire

La chef Carlotta Delicato. Foto: Fire

Cabe advertir que al margen de la guarnición estas carnes y pescados se sirven con una variedad de cinco salsas y otros tantos acompañamientos, que pueden ser puré de patatas ahumados, arroz o ensaladas.

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O sea: hay que estar preparado para hacer frente a los tamaños de las porciones.

Por ello, para no agobiarse, decidimos que la mejor opción era el lomo de jabalí, 200 gramos de carne a la brasa con setas, puré y salsa de pimienta verde.

Hay que animarse a cerrar la comida con el impactante cacao. Foto: Fire

Hay que animarse a cerrar la comida con el impactante cacao. Foto: Fire

El cierre

De postre habían sugerido el potente cacao, una cúpula de chocolate con añadidos de otras preparaciones de este alimento. Pero bajamos la guardia al más suave mandarina, una tarta de queso caramelizada de esta fruta y ligeramente flambeada.

Estas preparaciones se pueden degustar al mediodía o a la noche, preparados en una cocina abierta que trabaja sin pausa. Porque que un alimento esté elaborado con un elemento tan simple como el fuego significa que tiene una compleja producción por detrás.

a.
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