Gïk: la acertada estrategia del océano azul

Gïk Live representa el triunfo de un nuevo concepto de bebida: sabor a vino y color azul

“Somos Gïk y vamos a cambiar el mundo. Creemos en la rebeldía creadora, queremos innovar y construir cosas nuevas, romper con el pasado e inventar el futuro. Nunca vamos a tener una oficina fija; Internet y nuestro buzón de correo electrónico se han convertido en nuestra oficina real”. 

Así se presentan los creadores de Gïk Live, el proyecto de bebida que iniciaron hace tres años en Bilbao, que busca romper moldes en el sector de las bebidas alcohólicas.

Creadores fuera del mundo del vino

Ninguno de sus impulsores procede de una familia con tradición vitivinícola y tampoco tenían la más mínima idea de cómo se hace un vino. Y tardaron un año y medio para hacer realidad su bebida azul (y es natural, no teñida), con la ayuda de la Universidad del País Vasco.

En España no se puede denominar a Gïk como un vino, aunque sí es posible hacerlo en EEUU

Finalmente lo consiguieron, pero cabe aclarar que está rigurosamente prohibido llamarle vino a su bebida azul, después de las encendidas polémicas que generó su irrupción en el mercado por parte de los viticultores y de las autoridades reguladoras del vino.

Crecimiento en todo el mundo

Gïk cuenta con un volumen de exportación de más de 450.000 botellas al año, la mayoría a los EEUU, en donde acaban de abrir una oficina, y en donde sí se vende oficialmente como vino.

Esta bebida afronta una importante demanda en más de 25 países como Reino Unido, Japón, Suiza, China, México y Corea del Sur. Mientras tanto, en España se sitúa en una posición discreta en las ventas, aunque El Corte Inglés ya lo comercializa.

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Perfiles innovadores

Los responsables de la “blasfemia azul”, como fue bautizado informalmente, son seis jóvenes de Portugalete (Vizcaya), que querían conseguir una bebida “fácil de beber, dulce, pero sin azúcares añadidos, seca y suave”.

Los creadores de Gïk Live provienen del diseño, la comunicación y la informática

Sus impulsores son veinteañeros y ninguno es experto en enología: Taig Mac Carthy es diseñador gráfico, Aritz López es graduado en comunicación audiovisual, Iñigo Alday y Gorka Maiztegi (ingenieros informáticos) gestionan las ventas en la web, Sheila Aguilar es experta en estrategia de empresas, e Imanol López proviene del marketing y la administración. 

Su proyecto empezó a tomar forma un programa de emprendedores en la Universidad del País Vasco (UPV-EHU) y Zitek, que les facilitó los medios para llevar a cabo su meta de llegar a jóvenes sin tradición vinícola, con un perfil cool y vanguardista. O sea, nuevos consumidores.

El origen de la idea

López, responsable de comunicación, explica que la idea procede de un proyecto empresarial que surgió en la universidad. “Mientras trabajábamos en la idea descubrimos un libro titulado The Blue Ocean Strategy (La estrategia del océano azul) en el que se explica que existen mares, plagados de tiburones, que han devorado a tantos peces que el agua se ha vuelto roja”.

“Pero también hay océanos azules en los que los peces nadan libremente. Así es como nos atrajo la idea poética de transformar un océano rojo en uno azul’’, describe.

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Cómo es Gïk Live

Gïk Live es una bebida alcohólica derivada del vino (99% vino y 1% mosto) de color azul añil. Está elaborada con uvas procedentes de distintas bodegas españolas a partir de la mezcla de diferentes variedades de mosto de uvas tintas y blancas, fermentadas hasta alcanzar los 11,5 grados de alcohol.

En su proceso combina técnicas tradicionales con nuevas tecnologías, que incluyen la suma del pigmento de la piel de la uva, antocianina, que causa el intenso color azul añil.

También incorpora indigotina, un pigmento de la planta isatis tinctoria, al que se le añade edulcorante no calórico, pero no azúcar como a los vinos tradicionales, lo que le confiere un sabor dulce pero no empalagoso. 

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Cuándo disfrutar de la bebida azul

Esta bebida se puede consumir a diferentes temperaturas, es posible maridarla con casi cualquier alimento, puede convertirse en cóctel, y por su color y baja graduación es ideal para sorprender a una franja de población que consume cerveza, combinados o destilados pero que no suele beber vino.

Precisamente Gïk busca ser un ‘vino fácil’, una puerta de entrada que acabe interesando a los consumidores ajenos al mundo del vino. Como dicen sus creadores: “No trabajamos con uvas, trabajamos con personas”.

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