Hooters abandona su imagen sexista (¿responde a #MeToo?)

Hooters quiere dar una imagen más amable y usa una estrategia para seducir al público millennial

La corrección política lleva a que muchas empresas eviten polémicas sexistas. Mientras el movimiento #MeToo se enlaza con las reivindicaciones feministas, y eventos como la Fórmula 1 anuncian que no contarán con azafatas en sus carreras, Hooters busca aplacar las voces críticas con una estrategia para seducir a los millennials.

Es que esta cadena de restaurantes norteamericana es famosa no por sus hamburguesas gigantes o sus alitas de pollo (que tampoco están tan mal) sino porque sus platos son servidos por camareras vestidas con camisetas ceñidas y pantalones de tamaño mínimo, un atuendo que es criticado por sexista.

 

 

Las redes sociales suelen reflejar la incomodidad de algunos clientes con la vestimenta de las camareras. “Comiendo en Hooters por primera vez en mi vida (no pregunten). Especialmente en la era del MeToo, se siente como parte de una extraña e incómoda reliquia de una era pasada”, dice este tweet de un periodista de Rolling Stone y Washington Montly.

El cambio llega desde Japón

El primer paso para dar una imagen políticamente más amable lo dio un restaurante de la franquicia en Tokio, que ofrecerá espacios de coworking para trabajadores freelance y millennials.

Hooters ha sido criticado por los atuendos minúsculos de sus camareras

Entre las 13:00 y las 19:00, el restaurante Hooters del barrio de Ginza habilitará 20 espacios para que cualquier persona llegue con su ordenador portátil y pueda trabajar (y de paso socializar) el tiempo que quiera.

A quienes busca seducir

La idea es atraer a trabajadores independientes, emprendedores y “nómadas digitales”, como se les llama a los jóvenes que llevan su móvil y ordenador a cualquier destino.

Y de paso, la cadena busca que el local tenga un mejor rendimiento económico en las horas de menor consumo, sobre todo después del mediodía y antes de la noche, informa el medio Sora News 24.

Cómo funciona el sistema

La gestión de estos espacios estará a cargo de la empresa Spacee, una aplicación especializada en ofrecer ámbitos para el coworking en Japón.

Según esta empresa, la posibilidad de trabajar en un ámbito como Hooters permite realizar “nuevos descubrimientos y tener ideas innovadoras”, debido al ambiente distendido que allí se respira.

Por 100 yenes (75 céntimos de euro) los clientes pueden disfrutar de una conexión wifi de alta velocidad, y de paso, tener importantes descuentos para consumir bebidas y comidas.

Estrategia en la que todos ganan

Inclusive para los estudiantes el servicio es gratuito, así como para los menores de 18 años, que por alguna razón legal del gobierno japonés, debe estar acompañado por un mayor de edad.

Esta es una estrategia “win-win”, o sea, que busca que todos tengan beneficios: Los usuarios del sistema pueden trabajar al menos durante seis horas a un precio accesible, en una ciudad donde los alquileres de oficinas y espacios de trabajo llega a tarifas astronómicas.

En cuanto a Hooters gana en tener ingresos adicionales en horas de mesas vacías, y pone una pátina de corrección política en su imagen pública frente a sus detractores. Eso sí: todavía nadie anunció que las camareras vayan a cambiar su uniforme de trabajo.

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