La cata de vinos mejor dotada del mundo

El ya clásico maridaje de expertos y profesionales, esta vez en el Alkimia de Jordi Vilà, anuncia el Premio Vila Viniteca de cata que juntará a 120 parejas

El próximo domingo 1 de marzo tendrá lugar la 13ª edición del premio de cata de vinos por parejas más importante del mundo, el Premio Vila Viniteca, en esta edición tendrá lugar en Barcelona, pues viene alternándose cada año con Madrid. Su dotación de 40.000€ (30.000€ para los vencedores, 7.000€ para los segundos clasificads y 3.000 para los terceros). Y la circunstancia del rápido agotamiento de todas las plazas el pasado 9 de enero en solo 4 minutos así lo indica.

Pero como ya es tradición, esta cata abierta a todo el planeta viene precedida de otra muy especial, un maridaje de expertos en un restaurante, siempre especial, que prepara platos en consonancia mútua con un servicio de vinos procedentes de Vila Viniteca y que ya han participado en los premios, y  diseñado por Quim Vila y Siscu Martí.

Esta comida ya es un clásico, somelieres, enólogos, comunicadores enogastronómicos y especialistas intentan adivinar la procedencia, las variedades, la edad, la marca y el país de cada vino, tal y como pasará en el próximo premio pero con 250 personas. Mientras, un chef, en este caso Jordi Vilà, estrella Michelin, del restaurante Alkimia en el conjunto gastronómico de Cervezas Moritz.

jordi vinateca         

El premio de cata por parejas número 13

Quim Vila y Siscu Martí —socios y propietarios de Vila Viniteca— han presentado el 13.º Premio Vila Viniteca de Cata por Parejas, que tendrá lugar en la Casa Llotja de Mar de Barcelona. El premio cuenta en cada edición con un jurado formado por profesionales relacionados con diversas áreas del mundo del vino como Xandra Falcó Fernando Gurucharri, presidente de la Unión Española de Catadores.

También José Peñín, referente en sus puntuaciones, periodista y editor de guías y libros especializados; Juan Muñoz, presidente de la Unión de Asociaciones Españolas de Sumilleres; y Jordi Segura, de Euroselecció, que es la empresa de las copas premium Riedel en España. El también tradicional cartel, en este caso el de la 13ª edición es una obra del diseñador portugués Francisco Providência.

Siscu Martí, Juan Muñoz, Jordi Vilá, Quim Vilá, Jordi Segura y Fernando Gurucharri. Foto: Jordi Català
Siscu Martín, Juan Muñoz, Jordi Vilà, Quim Vila, Jordi Segura y Fernando Gurucharri. Foto: Jordi Català​

Sumilleres, restauradores, viticultores, enólogos, bodegueros, periodistas, especialistas y forofos en el mundo del vino, coinciden en una cita anual que supone una gran oportunidad de cata, además de albergar una reñida competición. Este certamen, único y singular porque cada pareja de cata —un total de 120— tiene que acordar las respuestas, fue creado el 2007 por Quim Vila y Siscu Martín de Vila Viniteca, una de las distribuidoras de vinos de referencia. 

En las dos fases, no hay más información que el color de cada vino, el olor y el gusto. De cada uno hay que acertar el país, zona de procedencia, la denominación de origen, las variedades de uva, la añada, el viticultor y la marca. Cada dato puntúa entre 1 y 3 puntos, por lo cual no se trata forzosamente de acertar qué vino es, si se pueden adivinar otros detalles.

No hay estrategias ganadoras, y hay criterios para todos los gustos. Segun Quim Vila, «hay quién piensa al probar un vino, que la primera impresión es la buena, y quien opina que es mejor la reflexión” y añade que competir en pareja crea la excusa con frases como «yo lo sabía, el otro es el que me ha hecho fallar».

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Un Showroom enogastronómico

Paralelamente a la competición, el premio acoge al público que quiera ser testigo del concurso y disfrutar de un un showroom de más de 60 bodegas y marcas premium (de 11:00 a 18:30h), además de un bufete de quesos seleccionados por Vila Viniteca (de 14:00 a 15:30h).

Las entradas para asistir como público al concurso de cata y disfrutar de los vinos, cavas y destilados del showroom, así como también del bufete de quesos, se pueden adquirir por 15 euros en su página web.  

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Jordi Vilà y el Alkimia

Un jovencísimo Jordi Vilà emergió de la cocina del barcelonés Jean Luc Figueras hace dos decenios para abrir Abrevadero, su primer restaurante. Dice Jordi que «Yo tenía 24 años y Sonia 21 (su mujer con la que forma un equipo de leyenda) y queríamos dar de comer pero huyendo de la presión del estrés, de la exigencia, de esas cocinas de broncas y de gritos que me parecían absurdas”. 

Después vendría su primer Alkimia (2002) con el que se labró su gran prestigio. También vendrían otras aventuras como el Louis 1856 en el 2015, también en la antigua fábrica Moritz, un restaurante que entusiasmó a la crítica, con una propuesta muy original y sobre todo con la idea de dignificar la sala, pero de difícil rentabilidad, y el traslado del Alkimia a la antigua cervecería Moritz en el 2016. Según Vilà, el nombre de Alkimia «viene por el concepto encaminado a un viaje interior en la búsqueda de uno mismo y de la felicidad. Por el viaje alquimista, no por las probetas”.

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Un restaurante de diseño y una cocina que busca en las raíces

Actualmente, Vilà, que ha aparecido muy recomendado en la prensa extranjera, incluyendo el The New York Times, posee una estrella Michelin (2005) y es responsable de toda la oferta gastronómica de la Fábrica Moritz, a cuya planta noble trasladó su Alkimia (el mejor restaurante de diseño SBID 2017, de los International Desing Adwards.

Y Mejor restaurante de autor de INARCH Nazionale junto a su apuesta complementaria más informal, Al Kostat. Vilà, que está considerado uno de los mejores chefs catalanes del momento, trabaja para que cada plato que se ofrezca en Alkimia se enmarque dentro de una gastronomia reconocible, cuyas raíces son esencialmente catalanas, para conseguir imaginar y participar en la evolución de la cocina catalana de futuro.

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