Esencia de Porrera, esencia del Priorat

Marco Abella vueve a ser premiada masivamente acumulando un palmarés extraordinario de 5 años, reflejo de la calidad de sus vinos

El Clos Abella, de la bodega Marco Abella de la DOQ Priorat, sigue reafirmándose como uno de los mejores vinos del momento haciéndose merecedor de premios y reconocimientos mundiales. Su añada de 2013 ha sido premiada con un Platinum y una puntuación de 97/100 en el prestigioso concurso Decanter.

La marca que consiguió en el 2015 un 100/100 (Ed McCarthy winereviewonline) fue reconocida en 2014, en su añada 2009, como el mejor vino del mundo por Wine in China Magazine.

Así mismo Wine Enthusiast, una de las revistas de vinos más influyentes, erigió al Clos Abella 2010 como el mejor vino español del 2016, entre más de 2.000 vinos españoles y latinoamericanos con una puntuación de 95/100.

Un terroir de Marco Abella
Un terroir de Marco Abella

Pero Marco Abella, que sigue acumulando grandes premios desde 2013, acaba de destacar entre más de 17.000 vinos en el Decanter World Wine Awards con Mas Mallola 2015Loidana 2016Òlbia 2016Olbieta Negro 2017Olbieta Blanco 2017.

Más recientemente fue premiado en el concurso Garnachas del Mundo con los oros de Loidana 2015, y Rocarroja Mas Mallola 2015, entre otros muchos premios a lo largo del año.

La familia Marco Abella, viticultores de Porrera desde el siglo XV, todavía elaboraban vinos tres siglos después. Cuando la filoxera asoló las viñas, a finales del siglo XIX, la familia emigró a Barcelona, aunque conservando las tierras de Porrera.

La historia de Marco Abella

En 1898, Ramón Marco Abella, abuelo del propietario actual, decidió recuperar una de las mejores viñas del Priorat. Pero no fué hasta un siglo después que su nieto David, al que muchos estíos en Porrera le insuflaron el amor por la viticultura, se puso al frente de un gran proyecto vitivinívola totalmente nuevo, junto a Olivia Bayés, su esposa.

Ambos decidieron dar un giro a sus vidas profesionales en la dirección de artes gráficas y en la abogacía, respectivamente, y dar un paso adelante consagrándose al vino de alta calidad del Priorat. Corría el 2000 cuando David Marco plantó las primeras vides en L’Alforja y compró 18 hectáreas más en Porrera, para vender la uva a otros elaboradores.

Pero su pasión por el vino le llevó en el 2005 a construir una moderna bodega en las afueras de Porrera, cerca de la finca de Els Perers. La idea era elaborar vinos que respondieran perfectamente al terroir de las diversas fincas que fue incorporando, tanto en Porrera como en Gratallops.

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David y su esposa imprimen su estilo a cada rincón de Marco Abella, bodega que distribuye sus propios vinos, y lo hacen junto a los enólogos José Luis Ruiz y Damià Del Castillo, los sumilleres Ferran Casellas y Joan Ayra, y la encargada de la bodega, Núria Torres

Oliva Bayés, por su parte, ha merecido ser destacada por el experto Zoltan Nagy en su reciente libro Reinas de copas que retrata la presencia y el ascenso de las mujeres en los niveles de dirección y producción en bodegas de referencia y otras cada vez más importantes. 

En Marco Abella se trabajan seis fincas de entre 500 y 710 metros sobre el nivel del mar lo que aporta frescura, intensidad aromática y capacidad de envejecimiento a los vinos. Son 30 hectáreas de viñas, plantadas con las variedades tradicionales del Priorat como Cariñena y Garnacha Tinta, pero también con Syrah, Cabernet Sauvignon, Merlot, Macabeo, Garnacha Blanca, Pedro Ximenez y Viognier.

David Marco y Olivia Bayés
David Marco y Olivia Bayés

Se practica desde siempre la producción ecológica junto a las últimas técnicas de biodinámica que respetan a animales y plantas. Los trabajos de campo, por ejemplo, están relacionados con las fases lunares. Tres días antes de la luna llena se aplican compuestos naturales antifúngicos, como cola de caballo, ya que la probabilidad de desarrollar patologías en la viña aumenta en esta fase.

La bodega posee una superficie de 1.500 metros cuadrados repartidos en tres plantas, dos de ellas sepultadas a más de siete metros de profundidad para integrarse perfectamente en el paisaje y para vinificar por gravedad y respetando al máximo la uva, el mosto y el vino. La vinificación se realiza en depósitos de cemento, de poliéster reforzados con fibra de vidrio y en tinas de roble. 

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Los vinos de Marco Abella son complejos y con alto potencial de envejecimiento que reflejan las características y la esencia del suelo (la llicorella) de las viñas y del microclima específico de Porrera en el Priorat, una de las más renombradas regiones vínicolas del mundo. En estos momentos se producen dos líneas principales de vinos: DOQ Priorat y Vinos Mediterráneos (ver infografía).

El packaging y la personalidad de la marca está en consonancia con la calidad de los vinos. Las etiquetas son obra de Josep Guinovart, pintor barcelonés abstracto e informalista de prestigio mundial, gran amigo de la familia, que creó en el 2006 pinturas inspiradas en los viñas y el paisaje del Priorat reflejando el espíritu de estas tierras y al tiempo la modernidad de la bodega.

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