Steve Anderson: el chef inglés con alma birmana y corazón español

Autor de ‘Una historia de Birmania: cocina, familia y rebelión’, nos encontramos con el chef Steve Anderson en Baalbec, su nuevo restaurante en Valencia

Físico de formación y cocinero por enamoramiento, Steve Anderson, acaba de abrir Baalbec, su nueva apuesta gastronómica en Valencia. De raíces birmanas, su relevancia en el actual panorama culinario valenciano y una fascinante historia familiar, que ha relatado en el libro ‘Una historia de Birmania: cocina, familia y rebelión’, le colocan en nuestro radar.

Alto, espigado, atento, amable y respetuoso, con un español fluido y una exquisita educación puramente british. Así es Steve Anderson (Londres, 1964), el chef inglés que lleva casi 30 años residiendo en Valencia, justamente desde principios de los años 90, cuando llegó a la capital del Turia como turista y se quedó prendado con la ciudad.

De raíces anglo-birmanos y afincado en Valencia, el chef Steve Anderson es el resultado de una historia familiar que bien podría ser el argumento de una serie de la BBC

[Para leer más: Cinco restaurantes de Valencia para amar la cocina creativa]

Dicen que la vida da muchas vueltas y que cada cual tiene que inventar su camino, y Anderson es un ejemplo de que no todo en nuestra existencia podemos controlarlo por mucho que nos empeñemos. Él mismo comenzó su vida profesional como docente de Física y ha terminado siendo un reconocido restaurador y propietario de dos exitosos restaurantes en Valencia.

Menu Mezze en Baalbec. Foto Enric Pérez.
Menu mezze en Baalbec. Foto Enric Pérez.

Una historia familiar de novela

Los rasgos físicos de Steve delatan sus orígenes anglo-birmanos, y son el resultado de una historia familiar que bien podría ser el argumento de una serie de la BBC.

Una emocionante aventura existencial que tanto Steve Anderson, como su hermana Bridget, catedrática de Universidad en Bristol (Inglaterra), han relatado en el libro: ‘Una historia de Birmania: cocina, familia y rebelión’.

La pasión por la cocina de Steve Anderson le viene de su madre Rosemary, que había heredado una vasta cultura gastronómica birmano-india de Grandy, su madre

La atípica genealogía de Anderson comienza a finales del siglo XIX en la actual Myanmar (Birmania), durante la época colonial, cuando su bisabuelo, el magistrado británico William Carr conoce en un mercado a Ma Khin, una jovencísima birmana de clase trabajadora que vendía puros.

Portada del libro escrito por Bridget y Steve Anderson.
Portada del libro escrito por Bridget y Steve Anderson.

Ambos se atraen, y tras muchas vicisitudes, que incluyen grandes dosis de intolerancia, clasismo y racismo, acaban contrayendo matrimonio, terminando sus días en Londres.

Por su parte, los padres de Steve, Rosemary y Gerald, los dos médicos, se conocieron a finales de los años 50 en Gran Bretaña, mientras eran estudiantes de Medicina. “Se enamoraron durante una clase de Anatomía mientras compartían un cadáver”.

Y puntualiza: “Fue una relación complicada, como casi todas las de mi familia, pues mi padre, originario de Gales era católico, y mi madre, inconvenientemente muy oscura de piel para la Inglaterra de la época, era mitad budista y mitad anglicana. Pero finalmente consiguieron casarse”.

De grata lectura, el libro, publicado en castellano y en inglés, combina con acierto y fluidez una época ya pasada con recuerdos e imágenes familiares, junto a sabrosas recetas de cocina del sudeste asiático bellamente fotografiadas

[Para leer más: Rakel Cernicharo: la chef indomable]

Incipiente amor por la cocina

La pasión por la cocina de Steve Anderson le viene de su madre Rosemary, que había heredado una vasta cultura gastronómica birmano-india de Grandy, su madre. “Mi abuela, aunque birmana, huyó a la India junto a su familia tras la ocupación japonesa del país durante la 2ª Guerra Mundial. Ella atesoró muchas recetas maravillosas que años más tarde solía cocinar junto con mi madre en nuestra casa de Gales y que a mi tanto me gustaban”. 

El magistrado William Carr junto a su esposa Ma Khin.
El magistrado William Carr junto a su esposa Ma Khin.

La idea de contar en un libro la historia de Ma Khin y del resto de la familia surgió de su hermana Bridget tras finalizar sus estudios universitarios. Fue entonces cuando decidió grabar cintas conversando con su abuela Grandy.

En estas grabaciones le habla de su infancia en su mansión de Rangún junto a su padre, el magistrado inglés y su madre, Ma Khin: una vida llena de lujos, criados y carruajes.

En Valencia, en la planta baja del modernista Mercado de Colón, Steve Anderson, abrió en el 2014 Ma Khin Café, todo un homenaje a su bisabuela, cuya fotografía preside además el restaurante

También habla de su boda secreta con un birmano, de la complicada huida hasta la India tras la invasión nipona, del racismo siempre presente en la Inglaterra de entonces. “Mi abuela solía contestar, siempre con un impecable acento inglés, que era esquimal cuando le inquirían una y otra vez sobre sus orígenes” cuenta divertido Anderson.

De grata lectura, el libro, publicado en castellano y en inglés, combina con acierto y fluidez una época ya pasada –no exento de una trabajada investigación histórica- con recuerdos e imágenes familiares, junto a sabrosas recetas de cocina del sudeste asiático bellamente fotografiadas.

En el restaurante Baalbec se disfruta con la mejor cocina mediterránea. Foto Enric Pérez
En el restaurante Baalbec se disfruta con la mejor cocina mediterránea. Foto Enric Pérez.

Un restaurante dedicado a su bisabuela

En Valencia, en la planta baja del modernista Mercado de Colón, Steve Anderson, tras una década al frente de su primer restaurante, Seu-Xerea, abrió en el 2014 Ma Khin Café, todo un homenaje a su bisabuela, cuya fotografía preside además el restaurante.

A tan sólo 100 metros del restaurante Ma Khin, y haciendo esquina con la Gran Vía Marqués del Turia de Valencia, Anderson abrió el pasado mes de febrero Baalbec​, restaurante en el que desarrolla una “cocina mediterránea de la otra orilla”

“Aquí presento una cocina asiática fuertemente vinculada con la historia, a la que llamamos ‘decolonial asian food’, que evidencia el periplo vital de nuestra familia. Una gastronomía que tiene como fin el respeto por las tradiciones, promoviendo a su vez, el encuentro y el intercambio cultural”.

Baalbec, la apuesta mediterránea

A tan sólo 100 metros del restaurante Ma Khin, y haciendo esquina con la emblemática y conocida Gran Vía Marqués del Turia de Valencia, Anderson abrió el pasado mes de febrero Baalbec, restaurante en el que desarrolla una “cocina mediterránea de la otra orilla”, y recalca: “creo que hay una confusión por parte de los valencianos acerca de lo que es la otra orilla del Mediterráneo, pues no es Marruecos precisamente, sino que son países del este como el Líbano, Turquía, Grecia, Siria, Israel, Palestina o Egipto. Es una cocina que me gusta porque aunque es distinta, se elabora con productos estacionales que podemos encontrar en Valencia, y esa diversidad es lo que deseo mostrar”.

Berenjena asada con tahini. Plato del restaurante Baalbec. Foto  Enric Pérez
Berenjena asada con tahini, restaurante Baalbec. Foto Enric Pérez.

Una cocina abierta preside el espacio fundiéndose elegantemente con un comedor espacioso y luminoso, de amplios ventanales.

La sensación que produce Baalbec es lo más parecido a la que se tiene al comer en casa de un amigo

La sensación que produce es lo más parecido a la que se tiene al comer en casa de un amigo. Esta ha sido la idea principal de la arquitecta valenciana Sonia Rayos, la de crear un espacio hogareño a la par que innovador.

En la carta se observan platos caseros y tradicionales que podríamos encontrar en muchos hogares turcos, libaneses o egipcios. Nada que ver con los restaurantes convencionales de este tipo cuya cocina se basa fundamentalmente en falafels, shawarmas o kebabs.

Así, al mediodía y durante las noches existen planteamientos gastronómicos tan llamativos como los menús mezzes, por un óptimo precio de 17 euros al mediodía, que incluyen una selección de aperitivos mezzes fríos y calientes, un plato principal individual a elegir y un postre. Durante las noches el menú cuesta 25 euros (4 mezzes, pescado, carne, encurtidos, pan y postre).

Menu Mezze (Baalbec). Foto Enric Pérez.
Menu mezze (Baalbec). Foto Enric Pérez.

Ante nuestros ojos desfilan unas koftas de lentejas y quinoa con salsa de tahini y ajo, musaka libanesa con pan de pita, chipirones fritos con harissa, codornices baharat con ensalada de ruibarbo y remolacha, o berenjena asada con tahini, entre otros platos. Además, postres como el cremoso de avena con cardamomo y granada o el delicado pastel turco con yogur y naranja, entre otras apetecibles propuestas.

Uno de los puntos fuertes de Baalbec es su carta de vinos, pues anuncia una breve pero bien intencionada selección de referencias españolas y también libanesas, griegas e italianas

Uno de los puntos fuertes de Baalbec es su carta de vinos, pues anuncia una breve pero bien intencionada selección de referencias españolas -haciendo especial hincapié en los valencianos-, y también libanesas, griegas e italianas.

Rodeando a los comensales y distribuidos por las estanterías, ejemplares de ‘Una historia de Birmania: cocina, familia y rebelión’, con las andanzas de cuatro generaciones de una misma estirpe que, pese a las múltiples dificultades, lograron encontrar su camino.

a.
Ahora en portada