Diez verdades y mentiras del vino

¿Es saludable? ¿Cuánto dura después de abierto? ¿Los mejores son los más caros? Aquí presentamos algunas respuestas a las dudas más clásicas del vino

Es una de las bebidas más antiguas que se conocen, pero en el mundo del vino persisten muchas dudas, creencias erróneas y verdades que se desconocen. La confusión puede ser frecuente, por ello Bodegas Cartema acerca algunas respuestas a varias dudas clásicas.

Posee propiedades antioxidantes y antiinflamatorias: verdad.

Varios estudios científicos han demostrado que gracias a las propiedades que tienen las semillas de la uva, el vino sí posee las características de ser antiinflamatorio y antioxidante. Compuestos fenólicos, taninos y antocianos están presentes en el hollejo de las uvas. Al ser extraídos mediante el proceso de fermentación, y estar presentes en el resultado, previenen y mejoran inflamaciones y otros temas de salud.

Beber dos copas al día es recomendable para la salud: verdad.

El vino es una bebida natural que contiene varios componentes como flavonoles, resveratrol, polifenoles, antocianinas, ácidos fenólicos, etcétera. Dichos compuestos son beneficiosos para el cuerpo. El resveratrol, por ejemplo, es una sustancia rica en antioxidantes que mejora la salud cardiovascular. Por lo tanto, tomada con moderación, es una bebida muy beneficiosa.

Retrasa el envejecimiento: verdad.

Los componentes nombrados anteriormente actúan contra los radicales libres, una de las causas del envejecimiento de las células.

Vino2
No es un elixir de la eterna juventud, pero contrarresta varios signos del envejecimiento. 

Hay que servir el tinto a temperatura ambiente: mentira.

Para disfrutar de sus cualidades y propiedades, se debe servir y consumir a la temperatura adecuada. Un vino de crianza debe rondar los 16 grados centígrados, el tinto reserva los 17 y el blanco alrededor de los ocho grados.

Una vez abierto debe consumirse en pocos días: verdad.

Mientras más estables sean, pueden aguantar un poco más. Bodegas Cartema recomienda beber el blanco en un período máximo de tres días después de abierto. Conservado en la nevera y con su corcho, un tinto en cambio puede durar hasta una semana en un lugar fresco y con poca luz.

La carne se debe acompañar siempre un tinto y el pescado con un blanco: mentira.

El punto clave de esta creencia popular está en el maridaje. La idea es saborear al 100%, tanto el plato que se va comer como la bebida a degustar y poder mezclar ambas opciones sin ‘tapar’ el sabor de ninguno. Potenciar los sabores, no contrarrestarlos, es el objetivo. Lo bueno es combinar los platos de sabor fuerte con vinos con cuerpo y los más light con otros más suaves. No obstante la gastronomía ha evolucionado muy rápido y va más allá de la cocina tradicional, con lo que el abanico es más amplio a la hora del maridaje.

vino3
Ni blanco con pescado ni rojo con carne. La regla no es tan estricta. 

Los más caros son los mejores: mentira.

El precio no es el factor determinante en la calidad de un vino. Para disfrutar de este producto no hay que ser un experto. Aunque, lógicamente, cuanto más se aprende más se disfruta

El vino mejora con el paso del tiempo: depende.

Para llegar a este punto se debe conservar el producto en un lugar idóneo que cumpla con ciertos entornos apropiados como la temperatura, el lugar donde se guarda, la colocación, la humedad, la luz, y muchas otras. Depende incluso del mismo vino.

Hay un orden correcto para servir los vinos: depende.

Bodegas Cartema indica que, normalmente, los blancos se sirven antes que los tintos. Los ligeros, antes de los que presentan más cuerpo y los secos antes que los dulces.

Reduce el riesgo cardíaco y el colesterol: verdad.

Este producto, que dispone de antioxidantes y polifenoles, es un buen vasoprotector, con lo que ayuda al corazón y a reducir el colesterol.

a.
Ahora en portada