Girona ‘cuelga’ un restaurante sobre el río Onyar

Girona ha 'colgado' un restaurante sobre la icónica vista de la ciudad en el río Onyar, lo que ha soliviantado a algunos vecinos. Con todo, el espacio gastronómico Vol espera ser el escaparate de la mejor cocina local durante doce meses.

Girona ‘colgará’ a 14 de los mejores chefs locales en una pasarela sobre la mítica vista de la ciudad sobre el río Onyar. El restaurante y espacio de showcooking «Vol» (vuelo) abrió el miércoles con el objetivo de ofrecer los mejores menús y catas de caldos durante un año entero. Entonces, vencidos los doce meses, la estructura se desmontará y recalará en otras ciudades europeas.

El Vol mide veinte metros de largo y pesa 28 toneladas. La pieza está inspirada en el Puente de Eiffel de la ciudad. Construida en metal y madera, la estructura es casi transparente para que entodo momento se pueda ver en el interior.
 

 
El espacio se desmontará el próximo año para recalar en otras ciudades europeas

 
Los curiosos verán satisfecha su curiosidad: el Vol ofrece menús de mediodía y noche cocinados por algunos de los mejores chefs de la región. Entre otros nombres, prepararán sus platos Pere Melangelada (jefe de cocina del restaurante Quimera), Toni Vallory (presidente de Girona Bons Fogons), Josep Sabrià (Duc de l’Obac) -que cocinó el menú inaugural- y Josep Soto (Llevataps).

Todos los menús cuestan 65 euros y son en formato «showroom» para facilitar la interacción con los profesionales de los fogones. Las sesiones están limitadas a un máximo de 18 comensales, que pueden reservar individualmente o en grupo.

Además de ofrecer cocina elaborada, Vol ha programado catas de vinos y gintonics, entre otras actividades.

El espacio gastronómico ha requerido una inversión de 400.000 euros, que ha pagado Ixce, una empresa local. El ayuntamiento ha bendecido una iniciativa que, dice, ayudará a promocionar la ciudad y cocina local.

El Vol debía inaugurarse el pasado 18 de julio, pero «condicionantes técnicos» retrasaron su inauguración hasta el pasado miércoles. Además, un grupo de vecinos encabezados por la CUP protagonizó una protesta ante el espacio durante la puesta de largo. Los residentes denunciaron la «privatización» de parte de la icónica vista sobre Girona y los elevados precios del bufé.

a.
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