Hoi An: escapada a la ciudad con más magia de Vietnam

Famosa por sus sastrerías, que emplean las mejores sedas del mundo, y sus linternas, que la tiñen de color, es uno de los rincones más bellos de Asia

Es imposible quedarse indiferente ante la belleza del casco histórico de Hoi An. Esta coqueta ciudad del centro de Vietnam, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, brilla cada noche con miles de linternas multicolores,un arcoiris que también se puede ver en sus decenas de sastrerías artesanales, con las mejores sedas de Asia. Pocos planes evaden más que un paseo por sus canales, sus arrozales y sus campos de loto.

Vietnam es un país de contrastes. La cosmopolita y moderna Ho Chi Minh​ poco o nada tiene que ver con la mucho más austera y monocorde Hanoi, la capital. Los paisajes montañosos de Sapa difieren 180 grados de las amplias llanuras del delta del Mekong.

Y en medio, como si fuera una confluencia de todos estos paisajes, encontramos Hoi An. Ciudad de cuento de hadas, no puede haber más consenso a la hora de definirla como la más bonita de Vietnam. Simplemente, enamora.

Con todas sus casas bajas pintadas de amarillo albero, la coqueta Hoi An podría parecer un escenario si no fuera porque sabemos que es real, tal cual lo era entre los siglos XVI y XVIII

Linternas y sedas multicolores

El desarrollo de los últimos años de Da Nang como gran centro turístico, con una oferta de playa y ocio similar en España a la de Benidorm o Alicante ha permitido que Hoi An sea más accesible y fácil de visitar que nunca.

Menos de una hora en coche nos permite llegar desde el aeropuerto internacional de Da Nang a un rincón de Vietnam que se ha quedado anclado en la época colonial.

Con todas sus casas pintadas de amarillo albero y no más de tres alturas podría parecer un escenario, si no fuera porque sabemos que es real, tal cual lo era durante los siglos XVI al XVIII.

Centro histórico de Hoi An. Foto Sergio Cabrera.
Centro histórico de Hoi An. Foto Sergio Cabrera.

Fue entonces cuando Hoi An se convirtió en el pueblo hermoso que es hoy. Importante puerto pesquero, a los pies del río Thu Bon, las influencias de China, Japón y, posteriormente, la colonización francesa, dejaron huella en sus calles, su arquitectura y su urbanismo.

Importante puerto pesquero, las influencias de China, Japón y, posteriormente, la colonización francesa, dejaron huella en sus calles, su arquitectura y su urbanismo

Que se mantuviera a salvo de batallas y ataques durante las guerras que asolaron Vietnam en el siglo XX es un milagro. Gracias a él, tenemos la oportunidad de disfrutarla actualmente.

Dos ciudades en una

Hay un importante contraste entre el Hoi An de día y el de la noche. Las horas de mayor calor e intensidad solar en esta zona de Vietnam suelen coincidir con el mediodía, de ahí que el mejor plan sea relajarse en las playas a pocos minutos en bici o moto del centro.

A diferencia de otras zonas playeras de Vietnam, las de aquí están limpias y con todo tipo de instalaciones e infraestructura para que disfrutemos sin echar nada en falta.

Playa de An Bang.  Foto Flickr R. Koo.
Playa de An Bang.  Foto Flickr R. Koo.

La mejor, sin duda, es la de An Bang. Si queremos un extra de soledad, tendremos que andar hasta la de Cua Dai, donde se encuentran algunos resorts.

Hoi An es la capital de las linternas, con las que atraen a la buena suerte y a los espíritus benignos. Al caer el sol, el centro se convierte en un gigantesco mercadillo nocturno plagado de estas bolas de luz

Para llegar a An Bang, pasaremos por una pequeña isla llamada Tra Que. Esta está llena de pequeños huertos, granjas y cooperativas que han sabido enamorar a los turistas con una oferta muy interesante de experiencias 100% vietnamitas.

Así, ofrecen cursos de cocina con ingredientes recolectados previamente en su huerto, paseos por la isla cuidando de los animales e incluso degustaciones dignas de estrella Michelin. No es de extrañar que sea uno de los planes para los que todo el mundo reserva una mañana (eso sí, el precio suele superar los 25 €/persona).

Entre arrozales y flores de loto

Pero todo Hoi An está rodeado de paisajes agrícolas que nos dejan boquiabiertos. Poder pasear en bicicleta por caminos entre arrozales, caminar entre campos de flor de loto, sortear pequeños puentes hasta dar al mar… hacen del cicloturismo y la caminata otra de las opciones más interesantes para antes o después de las horas de más calor.

Una vez al mes, coincidiendo con la luna llena, se apagan todas las luces de la ciudad y son las linternas las únicas que iluminan Hoi An conformando un espectáculo impactante

Se han creado bastantes rutas e incluso es posible hacerlas con guías locales (una agencia muy recomendable es Venus Travel, que se encarga de todo). Esta es la mejor opción porque nos podrán llevar, sobre todo si es al atardecer, a los puentes de nueva construcción de la zona.

Además, ver la puesta de sol desde el Cua Dai, un impresionante puente con el mar a un lado y el delta del río al otro, deja absolutamente sin palabras.

Hoi An nocturno. Foto TurVietnam.
Hoi An nocturno. Foto TurVietnam.

Festival de luz y color

Luego, de vuelta al centro histórico, empieza el auténtico festival de luz y color que es Hoi An. Si durante el día llaman la atención las sastrerías de seda, que enseñan su muestrario multicolor (las mejores están en la calle Tran Hung Äạo), la noche está llamada a las linternas.

Hoi An es la capital de estas bolas de luz con las que atraen a la buena suerte y a los espíritus benignos. Al caer el sol, el centro se convierte en un gigantesco mercadillo nocturno donde comprar linternas de todos los tamaños y colores, pero también frutas tropicales, probar todo tipo de platillos vietnamitas, recuerdos de seda y todo tipo de souvenirs.

Sedas en Hoi An. Foto TurVietnam.
Sedas en Hoi An. Foto TurVietnam.

Además, es frecuente aprovechar para dar un paseo por sus canales en barco, al estilo veneciano pero sin remeros cantando. Así, podremos comprobar la herencia nipona en puentes de estilo japonés tradicional, así como otros de estilo chino. Lo habitual es acabar el paseo haciendo volar una linterna.

Una vez al mes, coincidiendo con la luna llena, se apagan todas las luces de la ciudad y son las linternas las que la iluminan. El espectáculo es impactante, más cuando todo el mundo a la vez deja volar pequeñas linternas o dejan velas en cuencos de papel navegando por el río hasta que se apagan por sí solas.

Linternas en el mercado nocturno de Hoi An. Foto Sergio Cabrera.
Linternas en el mercado nocturno de Hoi An. Foto Sergio Cabrera.

Sabores locales

Gozar de las mejores vistas, al tiempo que se huye de los grupos de turistas, es posible. Basta con irse a cenar a restaurantes como el Diep Nu Quan, frecuentado solo por locales, y donde se sirve el mejor pescado y marisco a un precio de risa y en una terraza que da al centro histórico.

Para disfrutar de los sabores locales no hay que perderse los pescados y mariscos de Nu Quan, frecuentado por locales, y un buen milk tea o café vietnamta en el Café Mai

Y si no queremos alejarnos de él, no faltarán opciones para un buen ‘milk tea’ (té con leche y hielo) o el tradicional café vietnamita (de filtro y con leche condensada) en el Café Mai o cócteles en The Chef, una terraza en uno de los pocos tejados del casco histórico habilitados para ello (166 Tran Phú).

Acabar la jornada brindando a la luz de las linternas de Hoi An es una de las sensaciones más mágicas que podremos llevarnos de un viaje a Vietnam.

Linternas en Hoi An. Foto Flickr M Verch.
Linternas en Hoi An. Foto Flickr M Verch.

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