La Holanda profunda que se oculta en sus islas

Ni tulipanes ni bicicletas surcando los canales: los Países Bajos más auténticos se encuentran en cinco islas al norte del país

Antes que llegue la crudeza del invierno, el norte de los Países Bajos ofrece unos paisajes naturales dignos de visitar. Sobre el Mar del Norte se encuentra un abanico de islas con playas solitarias de arena blanca, con encantadores pueblos que invitan al turismo de desconexión.

La zona norte neerlandesa es una histórica región que ofrece una naturaleza que conserva su estado agreste. Las islas de Schiermonnikoog, Ameland y Texel forman parte del “collar de cinco perlas” que conforman las islas del Mar de Wadden. Pampus y Vuurtoreneiland, por su parte, están localizadas en el mar interior IJmeer, vecinas a la capital Ámsterdam.

De las tres primeras algunas están deshabitadas y se están reduciendo de tamaño debido a la erosión y las corrientes marinas que afectan la zona. Aunque se podría pensar que la mejor época para visitar estas islas sea entre mayo y junio, el otoño trae consigo también un encanto especial y con opciones para todos los gustos.

Wadlopen, un paseo por las marismas

La isla de Schiermonnikoog es uno de los lugares que respira más paz y tranquilidad en los Países Bajos. Un sitio donde practicar ejercicio o deportes de aventura en medio de la naturaleza más agreste. La isla debe ser recorrida a pie o en bicicleta, ya que los coches están prohibidos para los no residentes.

El atractivo más difundido de esta isla es la actividad que los lugareños llaman wadlopen, una caminata sobre las marismas. El mar Wadden descubre unos enromes bancos de arena cuando la marea está baja, y un paseo por estas marismas, enmarcadas por lodazales, tienen al final una grata recompensa para los visitantes, con el avistamiento de colonias de focas, aves y una gran diversidad de flora.

Schiermonnikoog marismas
Una caminata por las pantanosas marismas de Schiermonnikoog. 

El arte nórdico en una sola isla

Durante noviembre, artistas procedentes de Alemania, Suecia, Dinamarca y los mismos Países Bajos exhiben sus trabajos por todos los rincones de la isla de Ameland.  Las exposiciones tienen temas muy variados, y se pueden disfrutar en diferentes iglesias, museos, galerías de arte, e incluso granjas.

El paisaje silvestre de la isla también sirve como escenario para las obras de algunos artistas, que se suman a las actuaciones nocturnas y los diferentes talleres que completan la propuesta artística del lugar.

Ameland Graffiti
Grafiti en una granja de Ameland. 

La mejor gastronomía neerlandesa

A solo un par de horas de Ámsterdam se encuentra uno de los considerados paraísos naturales de los Países Bajos, la isla de Texel.  Enormes y blancas dunas vírgenes configuran uno de los paisajes más fascinantes que se pueden visitar en el país.

Además del exótico paisaje que se puede observar, Texel es famosa por tener una de las gastronomías más apetecidas de los Países Bajos. Su plato estrella es una raza de cordero que en su crianza se alimenta en prados de suelo salino y presentan un extraordinario sabor. Una de las experiencias culinarias más tradicionales y deliciosas que se pueden disfrutar en este país, acompañados de una buena cerveza artesanal holandesa.

Cordero de Texel
Cordero de Texel. 

El fuerte histórico de la diversión

Muy cerca de Ámsterdam se localiza la isla de Pampus, donde funciona un fuerte que data del siglo XIX y que formaba parte del plan militar concebido para defender la ciudad de los ataques extranjeros a través del río Ij. Fue ocupado por los alemanes en la Segunda Guerra Mundial, tras ser clausurado en 1933. En la década de los 90 fue restaurado y ahora es posible alquilarlo para realizar cualquier tipo de eventos, desde cumpleaños hasta bodas.

A la isla solo es posible acceder a través de barcos. Una visita a este histórico e importante lugar se completa con una visita guiada donde se explica y descubre todos los secretos que guarda este fuerte holandés.  

Pampus fuerte
Fuerte militar de Pampus. 

Una salvaje experticia culinaria

También a pocos kilómetros de Ámsterdam se encuentra Vuurtoreneiland, la Isla Faro. Un islote casi desierto en el que se puede disfrutar de una de las mejores experiencias gastronómicas, al cenar en medio de la naturaleza agreste, con animales autóctonas.

Un menú de cinco platos que cambia cada mes es ofrecido por el restaurante de la isla. Diferentes propuestas de carne, pescado y verduras locales de temporada son suministradas por proveedores de la zona y cocinadas en fuego de leña.

A la isla solo es posible acceder gracias a un barco que sale desde el Hotel Lloyd, muy cerca del centro de Ámsterdam

Vuurtoreneiland cocina al aire libre
Cocina al aire libre â€‹en Vuurtoreneiland. 

 

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