La CUP cubre en el Parlament la ‘kale borroka’ turística de sus cachorros

La formación antisistema asegura que las políticas del gobierno también provocan “violencia” y advierte de más ataques

Los socios de Junts pel Sí respaldan los actos vandálicos perpetrados esta semana contra el turismo barcelonés. La CUP da amparo a los responsables de los ataques y se niega a condenar tanto el asalto a un autobús turístico como el pinchazo de las ruedas de un servicio de alquiler de bicicletas. “Siempre nos pedís que renunciemos a la violencia, pero la violencia también la provocan las políticas del gobierno”, defiende la diputada Mireia Boya en declaraciones a Rac1.

La organización antisistema Arran, vinculada al partido, ha reivindicado ambas acciones por “la ocupación del espacio público por parte de empresas turísticas”. Boya trata de enfatizar que ambas entidades son independientes pero apoya la “acción simbólica que denuncia el modelo turístico depredador de Barcelona”.

Además, lanza un aviso a navegantes: habrá más ataques. “Si estas acciones simbólicas no suceden significa que estamos abandonando la lucha social, muy necesaria para acabar de sumar al movimiento independentista una parte del electorado cercano a los comunes”, avisa.

Boya también lamenta que la Generalitat avale “este modelo depredador”. Por ello, carga contra las “políticas neoliberales” del consejero de Empresa, Santi Vila. “El señor Vila debe comprometerse a poner fin a toda política neoliberal después del 1 de octubre”, solicita. Y zanja: “este modelo económico es violencia pura”.

Precisamente Vila fue el encargado este lunes de asegurar que el gobierno se personará contra Arran por el asalto al bus turístico. “La CUP se equivoca si no condena los hechos, lo hace muy mal”, avisó a su socio de gobierno. “Perjudica muchísimo a Barcelona, a Cataluña y al procés”, zanjó.

a.
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