La ruta para descubrir las letras que conquistaron a Barcelona

El libro ‘Itineraris brossians’ permite descubrir las obras de poesía visual que el artista Joan Brossa creó en Barcelona y alrededores

Quien haya caminado por la Plaza Nova de Barcelona, frente a la Catedral, se habrá topado con una serie de letras de bronce, que si se mira desde un cierto ángulo, forma la palabra ‘Barcino’, el nombre con que la ciudad fue fundada hace unos 2.000 años.

Esta es una de las obras, quizás la más conocida, de Joan Brossa, un artista catalán de una producción casi inabarcable, que tocó las teclas de la poesía, la dramaturgia, el cine, los musicales, la ópera, el diseño gráfico y una especialidad que le dio fama mundial: las poesías visuales.

El arte total de Brossa

Brossa amaba a Wagner. Como el compositor alemán, creía en el Gesamtkunstwerk, o sea el arte total, la fusión de creaciones condensada en un mismo espacio o en una obra.

Brossa jugaba con las letras, las transformaba en obras de arte donde cada persona le otorgaba un significado

De eso se tratan las poesías visuales: una combinación de esculturas usando al alfabeto como materia prima, para crear un arte donde las letras (gigantes o pequeñas) se convierten en mensajes, y que pueden tener de compañía elementos como huellas de pie o signos gramaticales.

Letras gimnastas, en el Barrio Gótico. Foto: Wikipedia.

Lletres gimnastes de Joan Brossa

Descubriendo las creaciones por la ciudad

Muchas de sus creaciones fueron efímeras, pero unas 50 permanecen en las calles, parques, paredes y plazas de Barcelona y de ciudades vecinas como Badalona, Sabadell, L’Hospitalet y Santa Coloma, pero también en Girona, Palma, e incluso en Fráncfort del Maine y La Habana.

[Para leer más: Barcelona: la luz y el arte brillan en Poblenou]

Estas piezas se pueden seguir, como si fuera una ruta turística, gracias a los Itineraris brossians, el libro de Daniel Giralt-Miracle y Glòria Bordons que publica el Ayuntamiento de Barcelona, edición revisada y ampliada de la obra que vio la luz en 2006, en homenaje al artista en el centenario de su nacimiento.

Esas rutas transitan por las calles de la Ciutat Vella, el Eixample, Sant Gervasi, Horta y Guinardó, y en puntos de Nou Barris y Montjuic.

Monumento al libro, en Paseo de Gràcia y Gran Vía, en Barcelona. Foto: Wikipedia.

Monumento al libro, en Paseo de Gràcia y Gran Vía, en Barcelona. Foto: Wikipedia.

Donde encontrar las huellas de Brossa

En ellos, además del Barcino de la Plaza Nova, se pueden ver el antifaz de Las Ramblas, las Letras Gimnastas al lado de la tienda El Ingenio (que lamentablemente cerró sus puertas), la B gigante del Espacio Escénico Joan Brossa del Born, el Homenaje al libro en Paseo de Gràcia y Gran Vía y las pisadas que van de la A a la Z en una pared en la calle Valencia.

También es posible descubrir el fauno escondido en un interior de manzana del Eixample, las letras de colores que caen como lluvia en la fachada del Colegio de Aparejadores, las Letras Fugitivas dentro de la editorial Penguin Random House, los pasos de baile en Nou Barris y la descomunal A acompañada de un signo de interrogación en los jardines cercanos al Velódromo de Horta.

Portada de Itineraris brossians, editado por el Ayuntamiento de Barcelona.

Portada de Itineraris brossians, editado por el Ayuntamiento de Barcelona. 

Más allá de los poemas visuales

Los sitios sugeridos van más allá de los poemas visuales, como los lugares en donde realizó obras efímeras, los que alojan esculturas como el Reloj Ilusorio (en el Teatro Poliorama, en Las Ramblas), y sus estudios de las calles Génova, Balmes y Alfonso XII.

Seguramente muchas personas se toparon con estas obras sin tener en claro su origen o autor. Pues ahora con este libro se puede conocer cómo Brossa contribuyó con sus creaciones a que Barcelona sea una ciudad diferente.

La letra A que Brossa creó para los jardines de Horta. Foto: Wikipedia.

La letra A que Brossa creó para los jardines de Horta. Foto: Wikipedia.

 

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