La Sagrada Familia echa a un visitante por explicar el templo a un grupo de niños

La Sagrada Familia quiso echar a la calle a un visitante por explicar el templo a doce niños. David C. ha denunciado que un guardia de seguridad le instó a "callar y disolver el grupo" por informar a los menores. "Fui tratado como un delincuente", lamenta.

La Sagrada Familia quiso echar a la calle a un visitante por explicar el templo a un grupo de doce niños. David C. denuncia que «fue tratado como un delincuente» por los guardias de seguridad por informar a los menores de algunos elementos arquitectónicos cuando se lo preguntaron. 

El incidente ocurrió el domingo 24 de octubre en Barcelona. El visitante entró a la basilica con sus hijos, compañeros del colegio y algunos padres. «Era jornada de puertas abiertas. No había guías oficiales. No gesticulábamos ni íbamos como un grupo organizado. Aún así, un guardia de seguridad me abordó», denuncia a 02B.

«Cállese y disuélvase»

Según David C., el vigilante le espetó: «O se calla y disuelve el grupo o le acompañamos a la puerta». El visitante, que pertenece a la asociación Amics de la Sagrada Familia, no quiso que el incidente se tornara feo. «Nos lo tomamos a buenas y continuamos, ya que había niños», abunda. 

Aún así, el donante –que paga anualmente para la construcción del templo- confiesa sentirse indignado. «Escribiré una queja oficial a los Amigos del Templo. Creo que no es manera de tratar a alguien, menos aún cuando está acompañado de un grupo de niños», valora.

Legalidad 

Preguntado sobre la cuestión, los guías turísticos secundan el celo del templo. «Sin conocer el incidente, no es negativo interpelar a visitantes sobre la relación con los grupos. Cada día tenemos supuestas familias de 35 personas, que en realidad son guías turísticos pirata», explica Maria Paz Alonso, portavoz de APIT-Cataluña.

Según la profesional, la Sagrada Familia –igual que otros monumentos- «sufre un grave problema de intrusismo». Al ser Bienes de Interés Cultural (BIC), sólo los guías oficiales pueden explicarlos, para preservar la calidad. «Ignoro las formas de los guardias, pero si abordaron al visitante y le pidieron la relación con el grupo para cerciorarse de si era un guía, la Sagrada Familia obró bien», concluye.

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