La sombra de atentado contra el avión malasio propaga en China el miedo generalizado al terrorismo

La cuarta potencia turística despierta a la realidad de una ola de ataques perpetrada por los separatistas de Xinjiang, que incluiría la explosión del vuelo MH370 de Malaysia Airlines y que se ha cobrado la vida de varios viajeros internacionales. Los expertos advierten de que el país “deberá acostumbrarse a esta realidad”.

La realidad alejada del terrorismo ha cambiado bruscamente en China –cuarta potencia turística—, que observaba despreocupada los ataques perpetrados alrededor del mundo o, a lo sumo, en las provincias occidentales, donde el movimiento separatista de Xinjiang, una de las mayores prefacturas, ejerce la violencia. Hasta tres atentados, si se confirma que el accidente del vuelo MH370 de Malaysia Airlines es, en realidad, un embate, han conmocionado al país, acostumbrado a vivir bajo la represión de su gobierno pero sin actos violentos en la calle.

El ataque suicida en la plaza de Tiananmen de Pekín este octubre quebró bruscamente esa perspectiva desafecta. Un coche explotó bajo el retrato del mismísimo Mao Zedong. Murieron dos turistas y los tres terroristas. Luego, la masacre de hace diez días en la estación de Kunming azotó de nuevo conciencias y conmocionó a los chinos. Ocho encapuchados asesinaron a machetazos a 29 pasajeros ferroviarios.

Este lunes, un grupo terrorista, la Brigada de los Mártires Chinos, reivindica que perpetró un atentado en el vuelo MH370. Volaban 153 chinos, incluyendo una formación de artistas compuesta por 30 personas que regresaba desde Kuala Lumpur, donde organizó una exposición de caligrafía tradicional. La suerte del avión malasio ha puesto patas arriba la mayor red social china, Weibo –una suerte de Twitter—. “No está claro qué pasó con el avión, pero lo cierto es que en China va a haber cada vez más atentados”, prevenía un usuario.
 

 
EEUU cree que los separatistas chinos habrían modificado sus objetivos en busca de mayor impacto

 
Los analistas internacionales dan empaque a las sospechas que se lanzan desde los perfiles. “Los ataques en Kunming y en Tiananmen sugieren que puede existir un plan organizado entre los militantes uigures para golpear las zonas orientales de China, de mayoría étnica han, a fin de llamar la atención de todo el país”, escribe Jacob Zenn, de la Fundación Jamestown. De hecho, Estados Unidos maneja información que señalaría que los separatistas habrían modificado sus objetivos hacia el Este del país en busca de un mayor impacto.

En las ciudades de la costa reside la mayor parte de la población y son los enclaves que más demanda turística captan. La sofisticación podría estar relacionada con la entrada en contacto de los uigures con los grupos terroristas de los países fronterizos con Xinjiang, un auténtico polvorín. Algunos independentistas de la región china han luchado en Afganistán junto a milicias islamistas. En todo caso, los especialistas en terrorismo islámista apuntan que esta conexión no está clara y que sería una pasarela que las autoridades chinas están dispuestas a explotar.
 

 
Los especialistas en terrorismo islámista apuntan que la conexión con Al Qaeda es incierta

 
‘China tiene los mismos enemigos que Occidente’. Ese sería el mensaje que las autoridades comunistas trasladarían para lograr la solidaridad internacional. Ello permitiría desviar la atención sobre la represión y la constante violación de los derechos humanos que ejerce el gobierno, según las ONG. Pero el componente propagandístico que se presume no implica que no exista la coordinación entre algunas ramas de la órbita de Al Qaeda y el terrorismo chino.

La investigación sobre la tragedia del MH370 sigue, aunque el ministro malasio de Aviación ha reconocido que obra en su poder la carta de los mártires con la que se proclaman autores del supuesto atentado.

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