El telesilla de la discordia en Baqueira Beret

Una infraestructura levanta una polémica entre los vecinos de una urbanización y los propietarios de pisos de lujo al pie de las pistas

El Vall d’Aran, en el extremo noreste de Cataluña, es uno de los centros de esquí más grandes y exclusivos de España, donde 155 kilómetros de pistas concentran a más de 750.000 esquiadores teecada temporada. Y en estos valles donde se habla aranés, más exactamente en la estación de Baqueira Beret, se encuentran algunas de las urbanizaciones más caras de la comarca. Y entre ellas se levanta una agria polémica por un telesilla que beneficia a una comunidad pero que invade la privacidad de otra.

Según informa El Mundo, la urbanización Val de Ruda, en el municipio de Naut Aran, es una de las más exclusivas en este entorno de segundas residencias de lujo. Desde allí, sus propietarios pueden acceder a pie hasta las pistas de esquí y abordar un telesilla que les lleva directo a las cumbres.

Pero los vecinos de otra urbanización, Port de la Bonaigua, protestan porque este transporte a las nieves pasa demasiado cerca de sus viviendas, y cualquier esquiador puede fisgonear el interior de los apartamentos en un golpe de vista.

Un telesilla en manos del Tribunal de Justicia

La infraestructura de la discordia unifica el aparcamiento de los 500 pisos de la urbanización Val de Ruda con la entrada de la estación de esquí, donde se pueden congregar hasta 3.000 personas por hora.

Estos residentes presentaron un recurso judicial, admitido por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, para invalidar esta construcción que había sido levantada en el último mandato de Jordi Pujol. En realidad el cuerpo judicial ya había anulado su licencia de edificación en 2004, pero la Generalitat hizo una pirueta en las normativas del planteamiento y el proyecto siguió adelante.

Además, los millonarios que habían comprado pisos por unos 500.000 euros en Val de Ruda agradecen a la aerosilla, porque vieron cómo sus inversiones se duplicaban cuando se levantó la infraestructura. Pero eso fue antes de la crisis, ahora las propiedades se derrumbaron a los valores que tenían cuando salieron al mercado.

Mientras los ricos defienden su comodidad para salir a las pistas sin necesidad de usar el coche, y los residentes de Port de la Bonaigua ven pasar los telesillas a pocos metros de sus salones, la nieve sigue cayendo en Baqueira a la espera que el TSJC decida la suerte del transporte.

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