Las favelas, un alojamiento alternativo para las Olimpiadas de Río

Con el 90 por ciento de los hoteles ya ocupados durante los Juegos Olímpicos del próximo agosto, Río de Janeiro está recordando que sus favelas, bastante menos peligrosas que hace unos años, albergan hostales baratos y que permiten empaparse de las costumbres locales. 

Según la Empresa Brasileña de Promoción del Turismo (Embratur), a menos de tres meses para la inauguración de los Juegos Olímpicos, el 90% de la capacidad hotelera de la ciudad ya ha sido reservada.

Llegada de 500.000 turistas

La Asociación Brasileña de Industria de Hoteles (ABIH) también ha indicado que, para esas fechas, está ocupado el 98% de los hoteles de 5 y 4 estrellas, y el 88% de los de 3 estrellas. Es más, de acuerdo con un estudio del Rio Convention & Visitors Bureau, la ocupación hotelera de la urbe durante el periodo olímpico será un 208% superior a la registrada en el Mundial de Fútbol de 2014.

Actualmente, Río dispone de unas 52.000 habitaciones de hotel, muy por encima de las 32.000 disponibles que tenía antes del Mundial y de las 27.800 que exigía el Comité Olímpico Internacional (COI) cuando le otorgó el derecho a organizar el evento en 2009.

En concreto, se calcula que unos 500.000 turistas extranjeros visitarán Rio durante esos días y que más de la mitad permanecerá en la ciudad durante una quincena. Un número muy importante para un país que sólo recibió 6,3 millones de visitantes foráneos durante todo 2015.

Vistas impresionantes

Ante esta situación, las autoridades están recordando que los hostales que se encuentran en las favelas pueden ser una buena opción para jóvenes aventureros o bohemios. ¿Sus principales atractivos? Precios muy bajos, un magnífico enclave en las colinas de jungla tropical, imponentes vistas sobre el Pan de Azúcar y el Atlántico, y relajantes patios bañados por el sol.

Además, sus modestas instalaciones permiten conocer la cultura de los suburbios pobres de la ciudad, donde se calcula que vive una quinta parte de la población. Estos barrios, antaño muy peligrosos por sus bandas de narcotraficantes que provocan asesinatos y tiroteos a diarios, son bastante más tranquilos desde que el gobierno implementó un programa de pacificación en 2008.

En colinas tropicales

Uno de sus establecimientos más populares es Pousada Favelinha, con habitaciones dobles que rondan los 30 dólares por noche. Está situado en la favela Pereira da Silva, al final de una empinada cuesta, donde el estrépito del tráfico desaparece bajo los cantos de los pájaros y los gritos de los niños que hacen volar sus cometas.

Su propietaria, Solange dos Santos, afirma que «cada vez más turistas están perdiendo el miedo a alojarse en esta zona. A veces la gente viene con prejuicios, pero luego se queda fascinada al poder interactuar con los vecinos y comprobar la paz y tranquilidad que se respira en la casa».

a.
Ahora en portada