Las iglesias del valle de Boí esperan el milagro de la estación de esquí

El patronato espera superar el ERE temporal gracias a la reactivación económica de la zona

El valle de Boí (Lleida) vive una de sus peores etapas por el concurso de acreedores de la estación de esquí –no en vano la empresa significa el 66% del PIB de la comarca del Alta Ribagorça– y el futuro incierto que planea sobre los negocios vinculados a ella. Por ello, el anuncio de que la compañía se reactivará el 8 de diciembre, para el puente de la Purísima, ha quitado un peso de encima a muchos empresarios. Entre ellos, a los responsables del consorcio que se encarga del cuidado y promoción de las iglesias románicas de las cercanías.

Los dirigentes del Centre del Romànic esperan que, cuando acabe el ERE temporal en enero, la compañía pueda asumir los trabajadores sin que la viabilidad de la empresa se vea comprometida. Sin embargo, la reactivación económica de la zona no es su único dolor de cabeza. La Generalitat les ha reducido este 2012 las subvenciones de 180.000 euros a 60.000 y posiblemente tendrán que sufrir más recortes. «El 60% de los ingresos se deben a lo que pagan los visitantes. La reducción de subvenciones es un duro golpe», explican fuentes del Centre Romànic.

El ERE temporal afecta a 14 trabajadores y obliga a sólo programar visitas en las puentes y en el periodo vacacional de verano. La agrupación de edificios tiene un éxito más que contrastado entre los visitantes. Cerca de 18.000 personas visitaron los edificios que conforman la ruta del románico. El valor cultural de estas edificaciones es muy alto. Las iglesias de la Vall de Boí son uno de máximos exponentes del románico en Cataluña. De hecho, cabe recordar que ocho de ellas han sido designadas como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

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