Lloret se zafa de la mala fama y gana de nuevo al turista nacional

La antigua capital de la borrachera" reclutó a internautas muy críticos con el pueblo y los invitó a hacer turismo. Había nacido una campaña. Al calor de la iniciativa, Lloret aumentó visitantes un 50% en julio.

Corría 2004 cuando la entonces consejera catalana de Interior, Montserrat Tura, juzgó que Lloret de Mar (Girona) concentraba el «turismo de borrachera» en la región. Diez años después, el pueblo ha conseguido lavar su imagen y recibir a más de 24.000 turistas nacionales en julio, un 50% más que el año anterior.

Parte de la culpa la tiene la ingeniosa campaña «Viu Lloret» («Vive Lloret«). La iniciativa consistió en invitar a tres internautas que criticaron al pueblo en las plataformas Tripadvisor y Twitter y llevarlos de turismo al pueblo. «Pretendemos trabajar en los tópicos para ayudar a cambiar la imagen de Lloret gracias a su experiencia personal», reza el dossier de campaña.

La estrategia, dirigida al público nacional, se lanzó a finales de mayo y se ganó la admiración en redes sociales.

Más de tres meses después, las cifras de visitantes revelan que Lloret ha noqueado a sus competidores en verano. El número de visitantes procedentes de otras partes de España creció un 20% en mayo, un 37% en junio y un 50% en julio.

A la espera de los datos de agosto, la cifra queda muy por encima de los crecimientos regionales. Según datos del INE, toda la Costa Brava recibió 146.193 visitantes nacionales en julio, apenas un 2% más que el año anterior. El mismo mes llegaron a la vecina Costa Daurada 152.981 veraneantes domésticos, un discreto 16% más.


Competidores

A escala menor, destinos rivales como Salou (Tarragona), Peñíscola (Castellón) o Gandía (Alicante) también quedan por debajo del municio gerundense. Salou contó 52.436 visitantes domésticos en julio, sólo un 26% más. Por contra, Peñíscola se estancó en 55.721, un descenso del 0.4%. A su vez, Gandía registró 29.499 nacionales, apenas un 4% más.

La campaña «Viu Lloret» (vídeo abajo) se ideó junto a la agencia de publicidad OgilvyOne Worldwide y costó 375.000 euros. La iniciativa se financió con la recaudación de la tasa turística.

Ahora, el consistorio está elaborando un estudio para determinar los impactos concretos de la misma. A tenor de las cifras de visitantes, el resultado invita al optimismo.

a.
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