Los selfies en los encierros disparan las alarmas en la España rural

Un hombre corneado por un toro mientras grababa el encierro con su móvil en Toledo reabre el debate sobre la necesidad de mayores sanciones

El uso de los teléfonos móviles en los encierros de toros se ha convertido en un grave problema de seguridad en las poblaciones españolas que celebran sus festividades de verano con actividades taurinas. La muerte de un hombre de 32 años en Villaseca de la Sagra (Toledo) que corneado mientras grababa los encierros con su móvil este domingo ha desatado los alarmas entre los alcaldes de las poblaciones que celebran encierros.

La grabación de los encierros de toros y los famosos selfies suelen ser una práctica habitual dentro de las barreras, pero el problema de seguridad sobreviene cuando los aficionados a fotografiar los toros salen de la protección. Fue el caso del hombre que este domingo salió a grabar un video en Villaseca de la Sagra.

Estaba apuntando su cámara hacia uno de los animales, pero la atención puesta en su teléfono móvil le impidió percatarse de que tenía otro animal detrás. Fue embestido por el animal y recibió una cornada en el cuello que le causó la muerte horas más tarde en el hospital.

«Siempre pedimos a la gente que esté pendiente, que los toros tienen mucho peligro, pero somos muchos», ha explicado el alcalde de la población Jesús Hijosa. El médico que atendió al herido recordó que hace cinco años un joven murió en las mismas circunstancia: con su móvil en la mano y sorprendido por el toro.

El uso de móviles está prohibido en la mayoría de encierros de la España taurina. En Pamplona, usar móviles durante los encierros es una actividad multada con entre 750 y 1.500 euros. Un joven que corrió el año pasado delante de los toros con su móvil activó un despliegue policial para hallar al corredor que iba haciendo selfies.

La policía local despliega dispositivos especiales para decomisar cámaras y teléfonos móviles durante las corridas, pero el cerco policial hace que el uso de las Gopro, cámaras fáciles de ocultar en la cabeza o debajo de la ropa, sean cada vez más utilizadas. El Ayuntanmiento de Pamplona ha endurecido la normativa para sancionar hasta 3.000 euros a quienes con sus c´maras de video supongan un obstáculo para los corredores.

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