Los trabajadores de Boí-Taüll acumulan tres meses sin cobrar

La estación de esquí vuelve a encontrarse en una situación económica crítica. La Generalitat decide en los próximos días si concede un préstamo de cantidad superior al emitido en octubre para salvar a la compañía.

La plantilla de Boí-Taüll ha dicho basta. Acumula tres meses de impagos tras soportar un invierno con retrasos habituales en las nóminas y un paquete de medidas para aligerar la masa salarial. La estación de esquí, que salió del concurso de acreedores a finales de 2012, no levanta cabeza y los trabajadores –unos 190 si se tiene en cuenta fijos y temporales– ven poco probable que esta dirección pueda reorientar el rumbo y evitar una nueva quiebra.
      

 
El grupo Nozar intenta conseguir un crédito de 600.000 euros para revivir a Boí-Taüll

 
El secretario de organización de CCOO de Lleida y miembro del comité de empresa de la firma, Manuel Romero, habla claro: “La compañía adeuda 450.000 euros en salarios, además de impagos a proveedores y la seguridad social”. Se trata de un 30% de la nómina de marzo, abril entero y las liquidaciones del personal de temporada y todos los salarios del personal fijo en mayo, que realizan tareas de mantenimiento. Además, tampoco parece probable que se cobre junio. La plantilla plantea tomar medidas. “Este invierno la situación ha tocado fondo: largos turnos de trabajo sin recibir salario, tenían que pagarse de su bolsillos los desplazamientos, las viviendas y la calefacción”, explica Romero.

La dirección de Boí-Taüll se reunirá en los próximos días con la Generalitat. Tratará de conseguir un crédito de unos 600.000 euros que sirva para mantener a flote la compañía hasta otoño. El Govern ya concedió un préstamo de 400.000 este octubre que, según fuentes empresariales, ha sido devuelto. “La firma le interesaba cumplir para mantener la puerta abierta. Ahora bien, con una nueva inyección de capital no conseguiremos nada. Sólo pagar deuda”, asegura Romero.

Para mantener la paz durante la temporada, la empresa pagaba sólo el 25% de las nóminas. La situación real constrasta con la que ofrecía el grupo Nozar, propietarios de Boí-Taüll y que se encuentra en situación concursal, a los medios de comunicación. La firma funcionaba a pleno rendimiento, según se pudo comprobar en invierno. La dirección llegó a asegurar que se trabajaba con mínimos de ocupación del 60% durante toda la temporada.

“Hay una mala gestión y eso se ve en las reservas del próximo puente”, asegura Romero. Las reservas del valle de Boí se sitúan alrededor del 100%. “En cambio, la estación, con 1.000 plazas hoteleras, no llega al 10%”, se lamenta. El problema reside en que la dirección ha intentado captar un cliente de poder adquisitivo superior y ha olvidado el cliente familiar tradicional. La jugada no ha salido bien, vistos los resultados.

a.
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