Marsella: el balcón para contemplar las vanguardias en el Mediterráneo

Marsella se renueva constantemente, y esta milenaria ciudad ha cambiado su cara en las últimas décadas con una ambiciosa renovación urbanística

Marsella compite de tú a tú con Barcelona para llevarse el cetro de la ciudad más moderna del Mediterráneo, un título que no es fácil de conseguir cuando ambas urbes tienen más de 2.000 años de historia.

Esta ciudad francesa, la tercera más grande después de París y Lyon, ha vivido una revolución arquitectónica en los últimos 20 años impulsada en parte por su crecimiento urbano y también gracias a algunos eventos como la denominación de Capital Europea de la Cultura en 2013.

Colección de arquitectos estrella

En este sentido, otro paralelismo que tiene con Barcelona es que Marsella también cuenta con un variado catálogo de obras de afamados estudios y grandes arquitectos modernos, desde Zaha Hadid a Norman Foster, pasando por Kengo Kuma y Stefano Boeri, en una colección iniciada con un proyecto de Le Corbusier a mediados del siglo pasado.

Hadid, Foster, Ricciotti, Kuma, Boeri y el mítico Le Corbusier son algunas de las grandes firmas que dejaron su huella en Marsella

Ya hemos hablado en otra oportunidad del Mucem, el Museo de las Civilizaciones de Europa y el Mediterráneo diseñado por Rudy Ricciotti, con su curiosa terraza con un tramado de hormigón y su estructura metálica que formo parte de la ola renovadora de la fachada marítima.

Mucem y Villa Mediterranee  Foto Oficina de turismo de Marsella

Los bloques del Mucem y Villa Mediterranée Foto Oficina de turismo de Marsella

Pero hay muchos otros edificios para descubrir en este balcón al mar o en su trazado de forma de anfiteatro, que como puede se adapta a la complicada orografía mediterránea.

Villa Mediterranée

No muy lejos del Mucem se encuentra la Villa Mediterranée, diseñada por el italiano Stefano Boeri. Este arquitecto, famoso por sus bosques verticales, creó un centro de investigación de la historia y ecología de este mar interior.

Villa MediterraneÌe Foto Fred Romero   Flickr

Villa MediterraneÌe, diseñada por Stefano Boeri. Foto: Fred Romero – Flickr

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Su rasgo más llamativo es el voladizo de 40 metros, pero cuando se entra en este edificio los visitantes se asombran con su sala de conferencias ubicada bajo el agua, en un espacio que integra al mar en la nueva arquitectura de la ciudad.

La hoja de plata

También en el Puerto Viejo se levanta el Pabellón de espejos creado por Norman Foster. Se trata de una estructura de acero pulido de 46 metros de largo y 22 de ancho, que funciona como un espejo para quien transite bajo su techo.

Pabellon Norman Foster  Foto Oficina de turismo de Marsella

El Pabellón del Puerto Viejo, diseñado por Norman Foster. Foto: Oficina de turismo de Marsella

Sostenida por ocho delgadas columnas metálicas, parece como una hoja de plata que flota sobre las cabezas de los peatones.

El mayor rascacielos

En una ciudad que busca presumir de modernidad no podía faltar el diseño de Zaha Hadid. En este caso, Marsella tiene el primer rascacielos diseñado por la arquitecta anglo-iraní. Sería el equivalente a la Torre Montparnasse para los parisinos, porque esta torre de 33 pisos es el edificio más alto de la metrópolis. Y como aquel, este tampoco es amado por los marselleses.

CMA CGA Foto Iwan Baan

La torre de CMA-CGA, diseñada por Zaha Hadid. Foto: Iwan Baan

La Torre de CMA-CGM, como la Montparnasse para los parisinos, no es un edificio que enamore a los marselleses

Sede de la compañía CMA-CGM, está recubierto en una fachada de cristal que envuelve a un cuerpo central más oscuro que se eleva hasta la terraza.

Pero lo más llamativo está en los primeros niveles, cuando la estructura se convierte en un movimiento elegante en el techo del edificio que forma su base.

La lámina de mosaicos

Así como el Mucem, otro edificio impulsado por la capitalidad cultural del 2013 es el Fondo Regional de Arte Contemporáneo, firmado por el japonés Kengo Kuma.

Frac Paca Foto Jacqueline Poggi Flickr

Vista de la nueva Marsella desde la terraza del Frac-Paca. Foto Jacqueline Poggi-Flickr

Ubicado entre ese museo y la torre de Hadid, llama la atención su fachada de cristales semitransparentes, un mosaico en 3D de cuadrados con ligeras variaciones de ángulos, que sirven para unificar los dos volúmenes del centro.

[Para leer más: Marsella, el punto de encuentro del Mediterráneo]

Uno de ellos está dedicado a exposiciones y al centro de documentación, y el otro cuenta con servicios como cafetería, el auditorio, laboratorios y una terraza recomendada para capturar vistas panorámicas del puerto y su entorno.

La renovación de los diques

A pocos pasos, hacia el puerto, unos antiguos depósitos portuarios construidos en 1856 cobraron nueva vida tras la renovación que llevó adelante el estudio 5+1AA.

Les Docks Foto Txmx2 Flickr

Les Docks, nuevo polo cultural y gastronómico. Foto Txmx2-Flickr

Les Docks integra el pasado marítimo de Marsella con la nueva faceta de meca turística, ya que en este gigantesco edificio de 356 metros de largo fue recubierto con una estructura de vidrio que permite usar los siete pisos y sus cuatro patios con una variada oferta gastronómica, cultural y de ocio.

Además allí se han instalado más de 200 empresas donde trabajan unas 3.500 personas, lo que lo convierte en un polo de creatividad industrial en la ciudad.

La fábrica que produce cultura

Otra interesante muestra de rediseño de un edificio es la antigua fábrica de La Friche, la segunda mayor productora de tabaco de Francia, que cerró sus puertas en 1970.

Friche La Belle de Mai Foto François Pacaud Flickr

Espacios diáfanos en Friche la Belle de Mai. Foto: François Pacaud – Flickr

Las renovaciones de Les Docks y La Friche son dos ejemplos de cómo estructuras industriales se adaptan para la cultura y el ocio

En 1992 el lugar se transformó en un centro cultural, que renovó su estructura con la transformación de un área de 45.000 metros cuadrados donde se realizan presentaciones al aire libre y en espacios cerrados, con una gigantesca terraza que es invadida por niños que lo usan como patio de juegos y adolescentes que demuestran sus habilidades en el skate park.

El legado de Le Corbusier

Pero esta renovación urbanística no está completa si no se cita a una obra clave de un arquitecto fundamental en el siglo XX: Le Corbusier.

En 1952 este creador franco-suizo presentó la Cité Radieuses, que bajo el concepto de ‘una ciudad dentro de la ciudad’ renovó las teorías de vivienda y urbanismo en la posguerra, cuando se vivía una crisis habitacional.

Le Corbusier La cite Reduisse  Foto Oficina de turismo de Marsella

La Cité Radieuses. Foto: Oficina de Turismo de Marsella

Los 337 apartamentos no solo fueron diseñados para que puedan vivir 1.600 personas sino para que desarrollen sus actividades lúdicas, sociales y comerciales en un mismo entorno.

Cada nivel se pensó con un objetivo: varios fueron asignados para viviendas, otros para oficinas, pero también había plantas enteras para comercios, otra para centros educativos, también se encontraba un hotel, y en la terraza se instaló un gimnasio, un circuito deportivo y una piscina.

La creación de apartamentos-dúplex, la propuesta de una terraza con servicios comunitarios y el concepto de calles comerciales interiores serían aplicados en otros edificios similares firmado por el arquitecto en diversas partes del mundo.

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